Allí estaba de nuevo desplegando sus dotes de seductor, preguntándola cómo se encontraba, diciéndole lo mucho que la echaba de menos y lo preocupado que estaba por la desaparición de Diana. Laura escuchaba con los ojos cerrados, apretando los labios, conteniendo la cólera que le subía por el estomago hasta que no pudo más.
- ¡Basta, Luis! ya no me creo tus mentiras, tu nunca has querido a nadie, no te has preocupado nunca de nada que se aleje un centímetro de tu ombligo, la pena es que haya tardado tanto tiempo en darme cuenta....... ¿Sabes una cosa? Que creo que tu eres el mayor responsable de la desaparición de Diana y que no se si lograré perdonarte algún día. Probablemente no. –
- Comprendo que te dure el enfado pero....- intentó argumentar él, Laura volvió a tomar la palabra sin dejarle terminar.
- ¡Tu no comprendes nada! Tu eres el mayor error que he cometido, no te quiero otra vez en mi vida. Me gustaría no haberte conocido.-
Roberto hizo ademán de abandonar el despacho, pero Laura le retuvo.
- Laura no te consiento que me hables así- dijo Luis visiblemente enfadado.
- Tienes razón, no debes consentirlo, no vuelvas a llamarme – y le colgó el teléfono.
- ¿No crees que has sido un poco dura con él? – le apuntó Roberto.
- ¿Dura? Duro es que el padre de tu hija desaparezca del mapa cuando más lo necesitas.
- Bueno, Laura, reconoce que si se hubiera quedado, tampoco habrías contado con él- terció Roberto.
- Tienes razón – reconoció ella – tal vez lo más duro es reconocer que elegí a la persona equivocada para compartir mi vida –
- No le des más vueltas, lo importante es darse cuenta – le dijo Roberto acariciándole ligeramente la mejilla – Venga, no perdamos más tiempo, vámonos al Parque del Oeste, tenemos que traer a Diana a casa.
- ¡Basta, Luis! ya no me creo tus mentiras, tu nunca has querido a nadie, no te has preocupado nunca de nada que se aleje un centímetro de tu ombligo, la pena es que haya tardado tanto tiempo en darme cuenta....... ¿Sabes una cosa? Que creo que tu eres el mayor responsable de la desaparición de Diana y que no se si lograré perdonarte algún día. Probablemente no. –
- Comprendo que te dure el enfado pero....- intentó argumentar él, Laura volvió a tomar la palabra sin dejarle terminar.
- ¡Tu no comprendes nada! Tu eres el mayor error que he cometido, no te quiero otra vez en mi vida. Me gustaría no haberte conocido.-
Roberto hizo ademán de abandonar el despacho, pero Laura le retuvo.
- Laura no te consiento que me hables así- dijo Luis visiblemente enfadado.
- Tienes razón, no debes consentirlo, no vuelvas a llamarme – y le colgó el teléfono.
- ¿No crees que has sido un poco dura con él? – le apuntó Roberto.
- ¿Dura? Duro es que el padre de tu hija desaparezca del mapa cuando más lo necesitas.
- Bueno, Laura, reconoce que si se hubiera quedado, tampoco habrías contado con él- terció Roberto.
- Tienes razón – reconoció ella – tal vez lo más duro es reconocer que elegí a la persona equivocada para compartir mi vida –
- No le des más vueltas, lo importante es darse cuenta – le dijo Roberto acariciándole ligeramente la mejilla – Venga, no perdamos más tiempo, vámonos al Parque del Oeste, tenemos que traer a Diana a casa.
(Continuará) ..................
2 comentarios:
Voy a ejercer de mi mismo....
Obviamente, seguro que todas las entregas son necesarias.
Y algunas, incluso prescindibles.
Magnificamente escrita, pero para los que esperamos dosis de emoción y sorpresa, ésta no ha sido la entrega.
Si no hubiera sombra no seríamos capaces de distinguir la luz. Si hubiera emoción y sorpresa en todas las entregas no lo percibiriais en ninguna.
Prepárate para la siguiente, majete!!!!!
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