Marta ocupaba una mesa cerca del archivo, de la máquina de café y de la fotocopiadora. Estaba preparando las distintas copias de una demanda, cuando apareció Nacho.
-¿Qué hay Marta? Oye ¿me puedes numerar la prueba y preparar dos ejemplares?- preguntó mientras le extendía una carpeta llena de papeles.
- No, hoy tengo mucho trabajo- fue su respuesta a la vez que rehusaba la carpeta.
Nacho se dio la vuelta sorprendido por la contestación. Valoró durante unos segundos la situación y la mirada desafiante de Marta y finalmente le dijo: “lo necesito para mañana, me lo puedes dejar en mi mesa a última hora de la tarde”
-Ya te he dicho que no- repitió Marta. Nacho, no salía de su asombro, y le dijo -¿te pasa algo?-.
-Nada- respondió ella y en un tono cargado de ironía le preguntó: - ¿Qué tal con mi amiga Ángeles? Creo que la primera cita ha sido muy fructífera -.
-¿A que te refieres?- dijo Nacho cambiando su tono de voz y su semblante y adelantándose hacia Marta.
Marta seguía con la tarea que estaba realizando, como si no hubiera oído la pregunta, cuando sintió la mano de Nacho presionando su antebrazo- te he hecho una pregunta- dijo él en tono amenazante.
Marta intentó liberarse de su garra sin éxito. – Me parece muy fuerte que te la hayas llevado a la cama, ¿qué piensas hacer con ella? ¿seducirla y luego abandonarla como hiciste conmigo?-.
Nacho apretó más aún el brazo de Marta y casi sin mover los labios le dijo al oido: -mantente al margen sino quieres tener problemas-
Marta sacudió su brazo para librarse de él y le dijo casi gritando: -Pues que sepas que hay otro hombre, con el que ha quedado mañana en el Café Vestal a las ocho, que se hace llamar poeta urbano ¿lo sabías? Y lo peor es que ella cree que eres tu- .
Continuará...................................