FINALISTA EN LA MICROBIBLIOTECA




Aquelarre


A veces venían, a veces no, nunca los veía pero sabía cuando estaban porque hablaban entre ellos y se acostumbró a oírlos mientras peinaba a sus muñecas, hacía los deberes o estaba a punto de dormirse. Creció en su compañía y pensó que aquello le pasaba a todo el mundo, hasta el día que sus amigas del colegio se burlaron de ella, tomándola por loca. Se hizo el firme propósito de no hablar nunca más de ello y se tapaba los oídos cuando volvían aquellas conversaciones suspendidas en el aire para no escucharlas. El tiempo y la negación hicieron de ella  una mujer respetable. Su toga y renombre se convirtió en  azote de brujas, hechiceras y chamanes. Ha conseguido acallar las voces, todas menos una que cada noche, en el silencio de su almohada,  le susurra insistentemente al oído: ¿Por qué lo haces? 


(Este es el relato que ha quedado finalista en el Concurso de la Microbiblioteca de Noviembre junto con los de Rubén Gozalo, Miguel Ángel Flores y Javier Ximens. Si queréis leerlos:

FINALISTA EN WONDERLAND 07 ENERO



Los ciclos de la luna

Cada noche de luna, ella salía al balcón con su taza de café a esperar sus influjos.  Con la  nueva  se tiró Aquilino el del séptimo,  pobre hombre, tantas deudas y una mujer tan rifada le lanzaron sin remedio al vacío. Marieta, la vecina que vivía arriba, escogió la luna llena para saltar, con la de mamporros y golpes que le asestaba su hombre, ya estaba tardando. El cuarto creciente enloqueció al estudiante de Notarias del quinto que se lanzó en busca de la usucapión perdida. Lo que nunca pudo imaginar es que el  menguante sólo la quería a ella. 

(Esta visto que el año no podría empezar mejor, después del Regalazo de Reyes, me viene otro regalo, quedar finalista en Wonderland con este relato "Los ciclos de la luna" . Espero que os guste)   

GANADORA EN WONDERLAND




Biografía capilar


Los cien años de la abuela estaban recogidos en la negra cabellera que escondía celosamente en un moño. Cada noche lo deshacía y tamizaba con un peine de púas apretadas para despegar de sus cabellos las miserias que no eran suyas. Lo componía de nuevo por la mañana,  entrelazando su pelo con las lágrimas de la melancólica Julita, la hija que no encontró su camino; los éxitos del nieto que le salió listo y la mala vida que le dio Venancio, que acabó con sus ahorros y su paciencia. Siempre había un reproche para él al colocar la última horquilla.

(Con este relato gané el Concurso de Wonderland esta semana. Este triunfo me viene tras una larga época de sequía y me ha sabido rico, rico) 

FINALISTA EN PUNTO DE LIBRO


De la noche a la mañana 

Siempre me he negado a tener perro, por eso cada mañana saco a pasear a la correa que espera ansiosa el momento de salir a la calle. Hoy hemos esperado en casa a ver si por fin amanecía pero parece que a la mañana no le ha sonado  el despertador y ha obligado a la noche a hacer horas extras. 

Me acerco hasta la panadería guiada por los brincos y tirones  de mi alegre acompañante, pero en su lugar encuentro un local vacío con  un cartel de "SE ALQUILA". ¡Qué raro! si anoche pasé por aquí cuando Roque echaba el cierre, dejando preparadas las bandejas de bollos para hornear al día siguiente…

Decido comprar el pan en la tienda de Sole, que siempre huele a harina de otro costal   y que tiene de todo un poco y casi de nada. La correa se sabe el camino y me lleva casi a rastras hasta la puerta de un bazar oriental. Desorientada mira hacia los lados para finalmente volverse hacia mí y esconderse en mi bolsillo.  Una joven china se asoma a la puerta:

 ─¿Y la tienda de Sole?─  le pregunto desconcertada.

─ Si tenemos, en la planta de abajo─ me contesta sin entender una palabra.


Vuelvo abatido a casa, sigue sin amanecer y se han ido los de siempre. Me paro ante una papelera  y tiro la correa, menos mal que nunca le puse nombre para no cogerle cariño.

(Este relato ha sido elegido este mes como finalista en el Concurso de Relatos que promueve la Revista Literaria Punto de Libro, accediendo a la final anual) 

MATERIAL RECICLABLE


Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, ella vigilaba el puñado de ojos asustados que la recibieron dentro. Murmuró un saludo y se acopló como pudo entre los codos y rodillas de los demás. Buscó, sin éxito, la silueta de la mano de su padre entre las que aplastaban por fuera las paredes del contenedor y aprovechó las despedidas de otros para terminar de acomodarse antes de iniciar el largo viaje. Algunos lloraban, otros rezaban en voz baja, los menos reían nerviosos, pero todos sabían que no volverían, ya no había futuro para ellos en este planeta. 

FONDO DE ARMARIO



Siempre tengo a mano un vestido negro para despedir a los que se van y otro de lunares para disfrutar con los que se quedan. Unos tacones de aguja para contonearme ante las adversidades y pisotearlas después. Una buena capa que cubra mis desamores y mis fracasos. El picardías rojo lo reservo para los instantes de magia y pasión, mientras el jersey de cuello alto me aporta el  calor que me niega la soledad del invierno. Poseo una gran colección de paraguas de distintas formas y colores, pero aún no he conseguido que me resguarden de las más oscuras tormentas. 

EPÍLOGO

Últimamente no me acompaña la suerte en el Concurso de Abogados. A mi me gusta y... ¿a vosotros? Las palabras del mes eran:  ocaso, accionista, jolgorio, titularidad, preferente







EPÍLOGO

Ya no queda nadie, solo mi toga y yo, ella sigue tan negra y brillante como el primer día, en cambio a mí se me han arrugado las manos y encogido la memoria. Parece que fue ayer cuando cedí la titularidad del despacho familiar a una gran firma y adquirí la condición de accionista de un renombrado bufete; cuando contaba con un asiento preferente en la ópera y estaba presente en todos los jolgorios de la alta sociedad. Mírame ahora, en un local que no conozco al que llaman "El Ocaso", sentado ante una mesa que no es la mía y  rodeado de abogados con toga blanca que me interrogan sobre mi edad y otras tonterías. Cierto es que no me acuerdo de mis años, pero ellos tampoco recuerdan ni un solo artículo del Código Civil. 

FINALISTA EN III CONCURSO PUNTO DE LIBRO



El dulce sueño de una noche

Veinte años juntos, compartiendo éxitos, bonanzas y  sábanas de seda  y ahora duermen sobre cartones al lado de un carro de hipermercado que se les hace grande para llevar todo lo que les queda.
  
Él lleva días preparando la sorpresa y cuando empieza a caer la noche, esconde el carro tras unos arbustos, la coge de la mano y la lleva hasta el palacete de la colina, que sabe deshabitado hasta el verano. Penetran por un hueco del enrejado, empujan una contraventana y se cuelan en el interior. Él ya tiene la mesa puesta en el Salón de los Espejos con mantel de hilo y aroma a alcanfor, candelabros y cubertería de plata, cristalería de Bohemia y vajilla de porcelana fina. Ella sonríe nerviosa entre tanto lujo, mientras, él saca de la bolsa los recuerdos de otros tiempos sazonados con dos latas de sardinas. Se contemplan a la luz de las velas saboreando el tiramisú que el restaurante de la plaza desechó porque  agriaba y se miran más allá de sus ojos y de sus miserias. Él le regala una flor de papel, se besan  y se aman en una inmensa cama con dosel. Antes de que el reloj del pasillo marque el final del hechizo, lo abandonan poco a poco rumbo a su callejón reteniendo el tacto de las alfombras mullidas en las plantas de sus pies.

Los periódicos del día siguiente recogen la noticia: " Una pareja de indigentes es abatida por disparos de los  Cuerpos de Seguridad del Estado cuando intentaba huir tras perpetrar un robo en el palacio de la colina. La policía sigue buscando el botín".

No queda rastro alguno, sólo una flor de papel pisoteada y teñida de sangre en la que nadie ha reparado.

Este relato ha resultado finalista en el III Concurso Punto de Libro y publicado en la revista nº 31. http://puntodelibro.es/index.php/la-revista/179-n-31-septiembre-2013  con el honor de compartir podium con Joaquín Valls y Rafa Heredero y  pasar a la final.


PUNTO FINAL

Sabía que al doblar la esquina estaría de nuevo en el punto de partida con la misma maleta, repleta entonces de aventuras y ahora de arrepentimientos. El miedo le salió al encuentro al igual  que hace cinco años cuando supo que iba a ser padre, entonces le hizo huir y esta vez le ha hecho volver.
Ella está asomada a la ventana tendiendo la ropa, más bella que nunca, con ese mechón rebelde que juega a taparle los ojos. Sus miradas se encuentran e intercambian reproches y remordimientos. Por un instante esboza una leve sonrisa en la ventana y él se abraza a un destello de esperanza en la calle.

─¿Eres cliente de mi mamá?─ le pregunta un niño que juega a las canicas frente al portal.

─Pablito, sube, te he dicho mil veces que no hables con desconocidos─ grita ella desde arriba  antes de cerrar todas las contraventanas.

Un olor a puchero flota en el aire junto con los besos que no le dio y el hijo que no educó. Se aleja, al fin,  con  el precio de su cama clavado en las entrañas.  

(Esta es mi contribución de Septiembre al concurso de ENTC sobre el tema "Volver")

MERCEDES GARCÍA LLANO

La conocí el año pasado cuando se alzó con el primer premio de la I edición de Concurso de Relatos Breves Leonardo Barriada con un relato muy evocador "Tras las brumas de los sueños". Es una escritora que no sabe que lo es, un diamante en bruto que ya emite destellos, no la perdáis de vista.

Vladimir Kush

GUSTOS Y DISGUSTOS

Me gusta que el mar me robe los ojos; me gusta que su orilla se adueñe de mis pies , me gusta que me permita acariciar su piel camaleónica. Me gusta que me regale al oído el ronroneo de sus olas y que me salpique con agua del agua del horizonte. Me gusta ver cómo las mareas desafían  las alturas de los acantilados y sin embargo odio asomarme al vértigo.
No me gustan las flores pero  me enternece cuando alguna se digna a sobrevivir entre el asfalto. Me gusta callejear sin rumbo por la ciudad y recoger supervivientes margaritas que decoran mis jarrones.
Me gusta cuando mi amigo Martín hace alarde de la palabra “amigo” y me regala ramilletes de libros. Me gusta cuando él me advierte de no dejarme llevar por el romanticismo temiendo que los deshoje y pierdan su esencia.
Me gustan las pelis de “llorar y llorar” y mentir cuando digo que me sorprende su final feliz.  Me enloquecen las de amor y desamor, especialmente si sus protagonistas se camuflan en cuerpos de Richard Gere o Antonio Banderas, y no necesariamente en ese orden.
No me gusta la lógica aplastante de mi amiga Isabel cuando me recuerda que tengo muy poco en común con ellos: Ni me gustan las alfombras ni el color rojo me apasiona especialmente. Y sin embargo yo insisto, practicando desfiles en tacones imposibles que me hacen perder la razón. No me gustan esos test de compatibilidad de los que ella tanto se fía. Creo que desahucian de amor relaciones incipientes y son innecesarios para las duraderas.
Me gustan las sonrisas de la gente que un día se convierten  en imprescindibles: la tímida del chico desconocido con el que me cruzo en la calle cada mañana. La disimulada de mi hija, a la que su rebeldía de adolescente no le permite mostrarse  como niña. La calentita, con olor a hogaza recién hecha, del panadero de mi barrio. La de sonido a bostezo de mis compañeras de trabajo. La fantasmal de mi marido a las 7 de la mañana frente a la cafetera. La libertadora de mi jefe los viernes a las 3. La inesperada de mi madre cuando el olvido le presta algún recuerdo.
Me gusta el chocolate y en consecuencia, no me identifico  con las verduras. Me gusta de disfrutar de una buena comida (cualquiera)  y digerirla en  una buena sobremesa, aunque carezco de conversación con las básculas.
No me gustan los médicos. Me producen hipocondría y sin embargo mi pareja empieza a sospechar que le engaño con “Hause”.
Me gusta recordar mis 17 con las canciones de “Los Secretos”. Sí es cierto. Me gusta la melancolía. Me gusta creer en el azar y no obstante creo que no es casualidad que me apasione Paul Auster. No me gusta hablar tanto de mí misma y sin embargo, le he robado parte del mes de octubre a Sabina para confesar que, “el gusto ha sido mío.”


Mercedes García Llano


ACTO DE ENTREGA DE PREMIOS DEL II CONCURSO DE RELATOS BREVES "LEONARDO BARRIADA"

Los diplomas


La nieta de Leonardo Barriada entregando el 2º premio a Mar González Mena

Conchita Piñera Barriada entregando el 1er premio a Cristian Martín Ríos

Félix Bonilla, Mar González Mena, Cristian Martín Ríos, Esperanza Temprano, Conchita Piñera

Me hubiera gustado charlar un buen rato con Mar y conocer un poco mejor a Cristian pero la tarde pasó en un abrir y cerrar de ojos. Me quedo con el dulce sabor de la caricia en el aire de Carmencita y el escalofrio de las huellas en la nieve de Filandon y os dejo con estos versos que cerraron el acto de entrega de premios que tuvo lugar en nuestra grandiosa y mimada Escuela.

No dejes que se sequen los tinteros
ni que el olvido se escriba en las pizarras
no permitas que los pupitres se tiñan de soledad.
Vamos a respirar un sueño 
que perdure al despertar




MOVIOLA



No sé qué me está pasando, pero mis manos se vuelven  cada día  más pequeñas. Mis largos y estilizados dedos han dado paso a unas gordezuelas manitas de bebé, torpes y ávidas de aprender nuevas texturas. Lo mismo me pasa con los dientes, se me han ido cayendo los definitivos para dejar paso a los de leche e incluso éstos últimos han desaparecido de mi boca. He dejado de correr y estoy aprendiendo a andar, mañana tal vez solo gatee.
Sospecho que son estas pastillas que nos dan en el orfanato, al fin y al cabo nadie nos espera. Estoy deseando llegar al principio para poder nacer en otro sitio donde mi historia se escriba con lápices de colores.

¡RÍETE, TONTO!

Nació siendo un tipo serio. Tardó dos años en esbozar su primera sonrisa y ya tenía cinco cuando se arrancó con una carcajada. Después de estos prometedores comienzos ya no tuvo ningún otro conato risueño ni falta que le hacía hasta el pasado Viernes en el que, después de muchos meses de malestar general y  pruebas médicas, el doctor le dio el remedio.

─Necesita usted reírse, caballero.

─Preferiría no hacerlo─ le confesó él.

─Pues morirá usted en poco tiempo abatido por el peso de la seriedad─ concluyó el médico.

Lo intentó primero ante el espejo, pero la fuerza de la gravedad había ejercido ya un poder incuestionable sobre las comisuras de sus labios, después frecuentando espectáculos cómicos, que no le hacían ninguna gracia para terminar haciendo unos ruidos guturales en el sofá que parecían más la invocación de un totonaca al dios de la lluvia que una risa.
Decidió terminar con su vida, antes de que ésta terminara con él y se lanzó al abismo por un acantilado. Mientras caía le sobrevino un golpe de risa sonora y liberadora y descubrió que estaba curado... a dos palmos del suelo.

Esta es mi contribución de este mes a ENTC bajo la consigna de "Preferiría no hacerlo". He de confesar que tiene una pequeña modificación al final en relación con el que concursa, tras las sugerencias hechas por Fernando Martínez y Yolanda Nava.    

SE OFRECE


    Ahí estaba yo, buscando en el espejo al abogado de éxito, al hombre felizmente casado y padre recién estrenado al que la suerte le sonreía, pero solo encontré al ser hundido que no  superó el abandono de su mujer llevándose al bebé y dejándole con una depresión que le alejó de la profesión, la misma que le echó en los brazos de los socios capitalistas del despacho que iniciaron una persecución contra él por el lucro cesante y no pararon hasta conseguir el embargo de todos sus bienes.

Me resultaba difícil reconocer que ese  mendigo que se reflejaba en un espejo roto de bordes afilados era yo. Pretendía usarlo en mis muñecas para  terminar con el indigente que era pero resurgió el letrado que fui para impedir la catástrofe.

Busco trabajo, inmejorables referencias.


(Este fue mi intento fallido en el Concurso del mes pasado de Abogados. Había que incluir en el texto cinco palabras:lucro, embargo, persecución, espejo, bebé. Está visto que nadie es profeta en su tierra

GANADORA EN RADIO CASTELLON



A veces la flauta suena justo cuando leen tu relato y hoy Nicanor "El Triste" volvió  a sonreír y a cantar por  bulerías...


Todos sabían que a la señal  del canto del gallo en la Plaza Mayor tomarían las calles, desenmascararían al cacique y a sus secuaces  y recuperarían el poder para el pueblo. No contaron con que una orgía y mucho alcohol tumbaran al cantaor la noche anterior. Desde entonces, Nicanor "El Gallo" solo se atrevió con los quiebros y lamentos pasando a la historia con el sobrenombre de "El Triste". 


UNA GORRA SIN NOMBRE



Cada mañana al levantarse cogía un currusco de pan y salía a la calle. Iba en busca de un pájaro al que batir con su tirachinas,  una lagartija a la que cortarle el rabo o unas hortalizas que arrancar en un huerto ajeno. Cuando los otros salían del cole, abordaba a los más pequeños quitándoles las monedas que llevaban, luego iba a buscar a Gabriela y le daba unas cuantas  para que se bajara las bragas.

Casi todos los días terminaba tirando su rabia al lago en forma de piedra: una por el padre que le cambió por el alcohol; otra por la madre que osó morirse cuando sólo tenía dos años; la tercera por la caricia que no conocía, la cuarta por los amigos que nunca tuvo y así hasta que ya no tenía con qué matar la rabia. Pero la semana pasada le ocurrió algo singular: cada piedra que lanzaba al lago le era misteriosamente devuelta, para mostrar quien era el amo tomo una de grandes dimensiones y la lanzó al agua, ésta se levantó en forma de ola y le engulló. No quedó ni rastro de él, tan sólo su gorra flotando en la superficie.

Nadie le echa de menos, incluso algunos agradecen su ausencia, diría yo.

Nunca averigüé como se llamaba por aquello de que lo que no tiene nombre no existe. 

MOBILIARIO URBANO




Todo empezó cuando abrí la boca para saludar a mi vecina del séptimo y no me salió palabra alguna. Mi mala educación corrió como la pólvora entre los vecinos. Todos me han retirado el saludo.

Me estaba acostumbrando a no hablar cuando en la parada del autobús mis piernas decidieron no moverse más. El conductor echó por la boca unos cuantos sapos y un puñado de culebras, cerró las puertas y se fue, dejándome en la acera.

No sé cuanto tiempo llevo aquí, pero me empiezan a crecer malas hierbas en las orejas y en mis bolsillos, convertidos en papelera, no cabe un desperdicio más. Algunos se apoyan en mí como si fuera una columna y otros hacen graffitis en mi cara.

Nadie se ha dado cuenta de mi presencia y yo empiezo a dudar si alguna vez fui algo más que una pieza de mobiliario urbano.

SOLSTICIO DE VERANO



Todos los años cuando empezaban a asomar las primeras cerezas y el buen tiempo venía para quedarse, empezábamos la cuenta atrás para la gran noche.

Horas antes, nuestros estómagos se llenaban de burbujas revoltosas que nos hacían dar saltitos y reírnos a hurtadillas para que mamá no se diera cuenta. 

Con el canto del cárabo, nos metíamos en la cama vestidos, tiritando de emoción, esperando la señal de la abuela que no tardaba en llegar.

La seguíamos en silencio hasta el bosque, lo tenía todo preparado, el fuego en un claro al lado del arroyo, la lavanda y el romero y el ramillete de genciana y milenrama. Saludábamos a los árboles, abrazándolos hasta que sentíamos su latido. Con su energía en nuestra piel hacíamos un corro alrededor de la hoguera, danzando y cantando al son que nos marcaba la abuela.

No tardábamos en convertirnos en bosque, en fundirnos con la noche y cabalgar sobre sus estrellas, éramos brisa, agua y flores, éramos nube, luna y tierra... 

Si quieres saber si las hadas y los duendes existen, déjate  abrazar por el bosque en la noche más corta y tendrás la respuesta.

SUMMERLAND






Desde entonces papá ya nunca juega con él, tan solo llora. Casi no sale, no se afeita, apenas come, ni siquiera sonríe cuando le hace la imitación de Chiquito que tanto le gusta.


Echa de menos los ratos en que veían juntos cómo se encendían los rascacielos y caía la noche sobre la ciudad pero ya no se atreve a asomarse a la ventana no vaya a ser que se vuelva a caer.

(Mi contribución fallida a Relatos en Cadena, esta temporada no me he comido ni una rosca, ¡que le vamos a hacer! no se puede ganar siempre...o es ¿sí que se puede perder siempre?) 

INTOLERANCIA URBANA

La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza del váter sin saber por qué, él le ha ocultado que son de piscifactoría. Le llena la bañera echando un puñado de sal para que se sienta como en casa pero eso no impide que el cloro esté terminando con  sus escamas. De tanto comer sardinas en lata para matar la nostalgia, ahora padece asma por los conservantes. Su aspecto empeora por momentos y él se pregunta qué fue de aquella  bella sirena que pescó. En la soledad de la noche se despide de ella y le desea feliz retorno a casa entre las brumas fecales y el hedor de la cloaca.


(Un despojo de Relatos en Cadena de esta semana. Después de haber leído uno de los finalistas, me pregunto cuales son los criterios de selección y no digo que mi relato sea bueno, pero algunos que llegan a finalistas...¡madre mía!) 

SE VENDE

    
Por fin iba a vender la casa, necesitaba dinero y la pareja que tenía delante parecía encantada con su luz, su distribución y mis dotes de convicción. Solo les quedaba ver el sobrado.

Me adelanté para abrirles la puerta y las siestas de las tardes de verano escaparon por los huecos de mi memoria, seguidos del pan con chocolate y los secretos compartidos con Purita. Volaron de su escondite las furtivas cartas de amor de aquel monaguillo de ojos azules y la picadura de tabaco del abuelo. La cama de latón me hizo un guiño y empezó a chirriar en mis oídos al compás de la pasión de aquella noche de abril...

─¿Les he contado que al atardecer se oye una voz femenina que entona boleros?...guárdenme el secreto, es mi abuela la que canta, murió  en esa mecedora─ aclaré bajando la voz.

No volvieron. Me quedé escribiendo sobre los haces de luz que se colaban por las rendijas  a través del lenguaje de signos, como tantas veces había hecho con la abuela, sordomuda de nacimiento. Delante de su recuerdo rompí el cartel de "Se vende".                  

INTOXICADA


Tras un largo tiempo sufriendo  trastornos intestinales y un malestar generalizado, han dado con lo que tengo. La semana pasada me dieron el diagnóstico: padezco intolerancias.  Me han prohibido seguir de cerca a nuestros políticos, so pena de envenenarme definitivamente y me han restringido la lectura de la prensa, solo se me permiten las buenas noticias y aquí tengo a mi familia filtrando los diarios sin que hasta el momento hayan dado con ninguna.
   
También presento graves intolerancias a los potenciadores del sabor, lo que coloquialmente  se conoce  como oportunistas, que medran a costa de las penalidades de otros,  me han prescrito huir de ellos como de la peste si quiero terminar de una vez por todas con esta acidez.

Los derivados de palma ni olerlos,  sea en aceite o en duque, no solo inciden directamente sobre mi salud cardiovascular  sino que además me producen ronchas y picores muy molestos que tardan en desaparecer.

Llevo cinco días en la fase de desintoxicación y aún no noto mejoría aunque el médico me asegura que, a la larga, ganaré en salud si elimino todas las sustancias nocivas que me van envenenando poco a poco.  

PRINZESA CON ZETA




Nació en una tarde de mayo mientras el cielo bramaba pariendo una tormenta de granizo. Deborah quiso su madre que se llamara,  no contaba con que su  padre no sabía cómo se escribía y finalmente la apuntó en el Registro Civil como  Prinzesa con "z".

 Z de zascandil que zapateó su infancia en el descampado al ritmo de las palmas de los más zarrapastrosos  del barrio.  Una vida en zig-zag sorteando al zote de su padre y las zurras de su madre. Zarandeada por la droga y zambullida en el fango, a punto estuvo de zozobrar en más de una ocasión. Sobrevivió a monumentales zapatiestas y una vez zurcidas sus miserias, cogió su zurrón y  zarpó hacia nuevos horizontes donde las zancadillas no la hicieran caer.

Lo consiguió, zanjó su pasado del que tan solo quedó el nombre. Se lo ha cambiado. Ahora se llama Reyna con "y".

(Esta es mi contribución a las Princesas de este mes en ENTC) 

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE


Vladimir Kush

Vendréis al mundo en el mejor nido de la comarca. No os faltará de nada, yo velaré por vuestras plumas y os alimentare con las lombrices más grandes. Seréis admirados por la majestuosidad de vuestro vuelo y yo, como madre, contemplaré emocionada y  orgullosa a mis retoños.

Mamá lo tiene todo controlado... 


  

EL ENHEBRADOR DE AGUJAS

A veces una se encuentra con  la suerte de frente y uno de sus relatos cae en manos de alguien que lo acaricia con su voz y lo hace bailar al son de una música que lo hace vibrar.


Beatriz Salas se cruzó en mi camino y este es el resultado, escúchalo, merece la pena.


Gracias Beatriz, Gracias Ruth
http://beatrizsalas10.blogspot.com.es

PARTO Y REPARTO


         Vladimir  Kush

Tú te quedas  con el piso y yo con el apartamento de la playa. Como el coche está a mi nombre me lo quedo yo y tú con la libreta del Banco. Las hipotecas, a medias y el cuadro del tío Servando te lo dejo, si lo descuelgo vas a tener que pintar todo el salón. Ya está todo, me voy.

─¿Y los niños?

─¿Los niños? lo hablamos otro día, te llamo, si eso... 

CEGUERA


      Wladimir Kush


Estaba tan ocupado en proyectar luz para guiar a los que andaban a oscuras que nunca dedicó un momento a descubrir quién era aquel que le observaba fijamente desde el charco.  

PELIGROSA-MENTE




Y tú para de leerme la mente, maleducado. Cuántas veces te he dicho que ese don lo tienes que emplear de otra manera, mira tu hermano el provecho que le está sacando a la telequinesis, mientras yo le doy palique al tendero, el carro de la compra lleno y sin abrir el monedero.

Lo podías utilizar para sacar mejores notas: un paseíto por la cabeza del profesor cuando piensa las preguntas del examen y ya está, fíjate qué fácil lo tienes, pero no, es más cómodo espiar a tu madre.

Como le cuentes a papá el revolcón telepático con el pescadero te dejo sin merienda una semana. 

Mi intento frustrado para el concurso de ReC de esta semana.   

INTERESES COMUNES

sp 33 Surreal Paintings by Vladimir Kush

Pintura de Vladimir Kush 

Lo eran todo el uno para el otro. Cada día estrechaban más y más sus lazos, protegiendo sus monedas, pero sus cuerpos no soportaron el contacto cuando el monedero se vació. Sus bocas huecas se sellaron y sus miradas se cruzaron, por última vez, antes de partir en direcciones contrarias. 

EXTERMINIO



Hace dos días que no amanece. El Gobierno Central ha instalado un fuerte dispositivo lumínico que emula la luz solar y los humanoides producen más que nunca, en cambio nuestros músculos saben que es de noche y se niegan a seguir trabajando sin descanso.

Ya no nos queda agua, una botella se cotiza tanto en el mercado negro que solo la pueden adquirir los dirigentes. Nos han empezado a repartir geles acuosos para hidratarnos, pero cada vez nos dan menos y vamos cayendo como moscas.

Quieren acabar con nosotros, no somos rentables. Muchos creen que estamos a salvo mientras siga habiendo un humano en el Triunvirato Estatal que se preocupe de nosotros. Ayer vino a visitarnos al gueto y cuando se marchó empezamos a despedirnos en silencio, no hicieron falta palabras para saber que su mirada hueca y ese ligero eco metálico en su voz, significaba el fin.

Mi apuesta de este mes a ENTC. El tema, pura ciencia ficción: 2084 

EL ENHEBRADOR DE AGUJAS


Viiicct

El abuelo empezó la tradición y mi padre me inculcó la importancia de la labor que habíamos de desempeñar. Siempre pensé que exageraba, enhebrar el hilo para que otros cosieran sus heridas, zurcieran sus rotos y bordaran con adornos sus secretos más inconfesables, era una tarea harto sencilla. Con el tiempo y la experiencia descubrí que no era así.

A fuerza de mirar la vida por el ojo de una aguja, aprendí a enfocar lo importante en el punto de mira, a aparcar los grandes problemas porque solo hay sitio para uno cada vez y en tamaño reducido. Comprobé que siempre hay hueco para una sonrisa, una caricia o un beso y que las puntadas que nunca se descosen son las dadas con los actos más pequeños.

No me falta trabajo, son muchos los que siguen empeñados en grandes batallas y mayores glorias que, al final, vienen a mí para que les enhebre el hilo que remiende sus miserias.  

LA HILA



Como cada noche, entre las estrellas y la nieve, mis madreñas aprietan el paso camino de la hila. Este invierno toca en la casa de la fuente, su cocina  siempre  huele a ropa limpia y a pan recién hecho.

Casi no queda sitio en el escaño cuando llego, está ocupado por  la sonrisa de dos mozas que a hurtadillas vigilan al hombre joven de recias manos e inocente mirada, que talla una vara de avellano. A su lado, esa madre a la que un argado de nieve le mató un hijo el invierno pasado y que vive para gemir sus penas al oído de quien la quiera escuchar, como la viuda enlutada que se sienta a su lado susurrando  sus interminables oraciones mientras teje con la rueca. El más anciano ríe la gracia de dos rapaces que planean ir a ordeñar unas vacas para hacer una chocolatada.

Las animadas charlas se tornan en susurros cuando resuena en nuestros oídos el canto del cárabo apostado en el corredor. Intercambiamos miradas asustadas y fugaces intentando adivinar quién de los presentes ya no estará mañana.

Fuera, sigue nevando. 

RELATO FUERA DE CONCURSO
Solo lo he colgado para ir abriendo boca, nada más

II CONCURSO DE RELATO BREVE "LEONARDO BARRIADA"



Tras el éxito de la primera edición, este año repetimos, eso sí, con ilustración de lujo a cargo de Juanlu; cartel de excepción que nos ha hecho Rosa Martínez; tema nuevo y evocador de magníficas historias; máximo 250 palabras y un jurado que ya quisieran muchos concursos tener: los dos ganadores de la edición anterior, Mercedes García Llano y Nicolás Jarque Alegre.

Pincha en el enlace para consultar las bases.

¿Te lo vas a perder?

SIMULACRO






Desde la habitación de su hermanita contempla todo el despliegue: La vecina consolando a mamá que no para de gritar ¡Ay, mi pequeña! ¡Cómo ha podido mi padre hacerme esto!; un policía interrogando a papá por la nota aparecida sobre la cama, otro analizando las gotas de sangre del suelo.

Y es que el abuelo da mucho juego, por un paquete de picadura escribe lo que le dictas, se deja pinchar en un dedo, acepta llevarse a su nieta a un parque lejano, dejarse el móvil en casa  y no volver hasta la hora de comer.

De mayor quiero ser criminólogo. 

(Mi aportación esta semana a Relatos en Cadena que se quedó en despojo)

SECRETOS DE FAMILIA



  El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre le recuerda que su hermano está cerca. Sabe que si la policía no le encuentra, él será el próximo.

El despojo de ReC de esta semana