LA ESFERA CULTURAL


La Esfera Cultural ha convocado un concurso titulado "Historias de Portería". y ha publicado como preseleccionado el relato con el que participé en esta convocatoria


RETRATO EN BLANCO Y NEGRO


Me llamo Norma Jean y ya he perdido la cuenta del tiempo que llevo metida en esta garita al lado del portal. Comparto hueco con  un almanaque diario al que Renato le dedica el primer momento de la jornada, podando su pasado y un rosario de su  madre, al que se aferra tras los  juegos onanistas que practica conmigo a escondidas  en las tardes de lluvia, sin perder de vista la puerta del ascensor.

La viuda del Notario, que vive en el tercero, me tiene manía y aprovecha cualquier ocasión para sugerirle a Renato que se deshaga de mí y me sustituya por la Virgen del Perpetuo Socorro. Él siempre contesta –un día de estos, Doña Angustias, un día de estos-   luego se da la vuelta y me hace un guiño de complicidad.  En cambio a Don Leoncio, el General retirado que vive en el quinto,  se le van los ojos detrás de mi escote e inventa cualquier excusa para entablar conversación en la portería mientras me desnuda con la mirada.
Cuando cae la noche y  los vecinos se recogen en sus casas, Renato entre bostezo y bostezo apaga la luz de la garita y cierra con llave, no sin antes dirigirse a mi retrato en blanco y negro para decirme: Mañana será otro día,  que duermas bien, Marilyn.      

LA CIUDAD DE LOS MUERTOS



Había nacido allí, justo encima de donde descansaba el pequeño de la saga Elsayed. Cuando no tenía que ir a por agua para que su madre lavase o ayudar a su padre a transportar  arena, jugaba con él, eran amigos, compartían risas y  a veces, también riñas.
 -Eres un paria, vete de mi casa – le decía el pequeño Omar  Elsayed cuando se enfadaba.
 -Nadie te escucha, estás muerto – le contestaba él, aunque antes de que el almuecín llamara a la oración, ya se habían olvidado de sus diferencias.
Desde hace dos días todo es distinto, ha venido un hermano de Omar para quedarse, le han quitado el sitio y su amigo apenas le hace caso.
Se lo ha contado a su madre pero no le cree, dice que los muertos no hablan, no molestan,  ni exigen un alquiler.
A él de mayor le gustaría vivir en un barrio y no en un cementerio y a ser posible en un piso y no en un mausoleo.

(La ciudad de los muertos en El Cairo, donde viven cinco millones de personas entre tumbas y mausoleos) 

EL YING, EL YANG Y BLUES


Huyendo del calor del asfalto emprendimos el fin de semana una escapada de turismo rural, y aunque ya allí, nos dimos cuenta que  vino con nosotros y se quedó, no consiguió derretir ninguno de los buenos momentos que hemos compartido: la música de lo que fuimos y de lo que somos presidió la primera velada, hábilmente seleccionada por Carlos, secundado después por Pedro  y nos arrancó las ganas de cantar, cosa que hicimos a voz en grito  hasta que una vecina rabiosa por no haber sido invitada a la fiesta y  celosa de que  le pisáramos su carrera a Eurovisión, puso fin a nuestro karaoke improvisado.

Y es que el calor abotarga el entendimiento, y sino que se lo digan a nuestros chicos,  por más que intentamos explicarles la importancia de desarrollar su lado femenino no conseguimos llegar más allá de su oposición a mostrarse como “mariconas”, reafirmando  su hombría.  El único que no parecía aturdido por el calor era Blues que correteaba de un sitio para otro, ajeno al ladino gato que se zampó su comida. 

Dos días tórridos en los que Petri, Beatriz, Mercedes, Loli y yo, hemos podido  compartir silencios con sabor a chocolate amargo,  risas de chocolate con leche y nubes naranjas en el rinconcito de pensar, mientras Paco  buscaba adeptos para seguir pegado a la barbacoa, Maxi preparaba sus exquisitas ensaladas antes de  volver de nuevo a su universo particular y Juan iba a completar las provisiones, no fueran a faltar.

Ni el sofocante calor, ni los interminables atascos de ida y vuelta, han conseguido apagar el buen sabor de boca que este encuentro entre amigos me ha dejado,  amenizado  por  el “cachondeito” sobre  el ying  y el yang y la leal y agradable compañía del bueno de  Blues.  

AGENTES TÓXICOS



Me resisto a ver la tele, creo que perjudica seriamente mi salud, como muestra un botón: hace unos días oí como un ministro decía que la subida del IVA se hubiera evitado si los que estamos obligados a pagarlo lo hubiéramos hecho, no pude por menos que vomitar a sus pies. Estuve intentando localizar su teléfono para que él me pagara este trimestre  la mitad del IVA y así tuvieran sus palabras algo de razón.

Mis desordenes intestinales se agravaron cuando oí a una diputada alegrarse con despecho de la bajada de la prestación del desempleo a los parados y la consigna del gobierno de que así espabilan y buscan trabajo antes. ¿Dónde? ¿En la empresa que les ha echado para sustituirlos por jovencitos que no van a ser ni siquiera mileuristas?  O tal vez ¿en las empresas que han muerto porque los Bancos les han cerrado el grifo?  ¿En cual de ellas prefieren que busquen empleo?

En este país hay dos tipos de ciudadanos: los que se levantan cada día y salen a la calle a ganarse la vida y los que cuando se levantan ya tienen la vida ganada. El sistema se vuelve aberrante desde el momento en que son los segundos los que les dicen a los primeros como tienen que proceder.


Cada vez que compruebo que los sacrificios siempre los hacen los primeros,  me da una arcada;  que el cinturón que se aprieta es el de los parados y el de las pymes que aún sobreviven, un brutal ardor de estómago empieza a  quemarme el esófago;  y ya cuando percibo  que los palos de ciego son  palos de tuerto porque a algunos ni les rozan  y los recortes ni los huelen quienes más tienen que apoquinar, sufro una obstrucción intestinal.


El médico me ha prohibido ver la tele hasta que la situación cambie. He decidido cubrirla con un tapete de ganchillo y desterrarla al rincón de pensar para que reflexione y la próxima vez que la encienda no se haga eco de más despropósitos. Dicen que lo que no se nombra, no existe, aunque no se yo…

Después de publicar esta entrada recibo de un amigo un diálogo mantenido hace cuatro siglos y que podría haber sido escrito ayer. Lo transcribo:

Diálogo entre Colbert y Mazarino, durante el reinado de Luís XIV de Francia.


Colbert:
Para conseguir dinero, hay un momento en que, engañar [al contribuyente] ya no es posible.
Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello...

Mazarino:
Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión.
¡¡ Pero el Estado... Cuando se habla del Estado..., eso ya es distinto !!
No se puede mandar el Estado a prisión.
Por tanto, el Estado puede continuar endeudándose.
Todos los Estados lo hacen.

Colbert:
¿Ah sí?... ¿Usted piensa eso?-
Pues... con todo y eso..., precisamos de dinero.
¿ Y cómo hemos del obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?

Mazarino:
Se crean otros.

Colbert:
Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.

Mazarino:
Es cierto, eso ya no es posible.

Colbert:
Entonces..., ¿sobre los ricos?

Mazarino:
Sobre los ricos tampoco.
Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres.... Un rico que gasta, sí...

Colbert:
Entonces cómo hemos de hacer?

Mazarino:
¡¡Colbert ¡¡ Tu piensas como un queso de gruyere o como el orinal de un enfermo.-
¡¡Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres !!.
Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres.
Es a esos a los que debemos gravar con más impuestos...,cada vez más..., siempre más!

¡Esos, cuanto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos¡
¡Son una reserva inagotable!.


NOTA ACLARATORIA (fuente, Wikipedia)

Jules Mazarin, (nacido como Giulio Mazarini o Mazzarini o Mazarino),
más conocido como el cardenal Mazarino (Pescina, Abruzos, 14 de julio de 1602 –Vincennes, 9 de marzo de 1661) fue un hábil diplomático y político, primero al servicio del papa y más tarde al servicio del reino de Francia. Fue el sucesor del cardenal Richelieu como primer ministro.

(Jean Baptiste Colbert fue secretario personal de Mazarino y su sucesor)



INCERTIDUMBRE BIOGRÁFICA



Mi abuela me enseñó a bordar,  una mujer primorosa con la aguja –decía- consigue coserse la suerte a su camisa para siempre. Mi padre me convirtió en mi propia brújula para no perder nunca el norte. De mi madre aprendí  a caer haciéndome el menor daño posible y  a levantarme y seguir caminando como si no hubiera pasado nada. Mi hermano se encargó de hacerme invencible frente a mis enemigos a fuerza de lanzarme todo tipo de malévolas puñaladas que no dejaban huella aparente salvo en mi alma.

Con este bagaje partí un día camino de ninguna parte, con la maleta llena de sueños, resistí vendavales e incluso huracanes, todo con un único fin: encontrarme a mi misma, entre tanta locura.

Hoy todavía sigo buscándome sin saber a la vuelta de que recodo me encontraré y ni tan siquiera si realmente estaré.    

(Este fue mi soplo en el Vendaval de Microrrelatos de 2012)

EL MINERU


Nací en la cuenca minera del Nalón,  una tierra negra que de tanto escanciarla con sidra y rondarla al compás de la gaita acabó creyéndose paraíso natural de verdes praderas. Ahí crecí yo, rodeado de hombres que tosían el polvo negro que les había comido las entrañas; de viudas que soñaban con que algún día el pozo les devolviera al compañero que les quitó y de gentes más pegadas a la tierrina que el carbón a la mina.

Un lugar donde la dureza se reparte entre todos para convertirla en fortaleza, donde hemos echado raíces y plantado ilusiones, donde está ese hogar que no queremos abandonar. Yo también voy a Madrid, para que escuchen mi voz, para que cada paso hacia la capital se convierta en un euro para la minería y  para que en la cuenca del Nalón siga amaneciendo cada día. 


Esta ha sido mi contribución a la iniciativa de apoyar  con microrrelatos la marcha de los mineros leoneses y asturianos a Madrid para defender sus derechos.  

EL VIENTO QUE SABIA DEMASIADO

Hersson Piratoba

Cada tarde se sienta a la puerta de su casa para oír hablar al viento. Se entretiene escuchando cómo le hizo perder el peluquín a ese hombrecillo que presumía de una espesa melena o como hizo correr a un Embajador tras su sombrero.  Hace una semana que solo le habla de ella e incluso le trajo  volando   a sus pies   el pañuelo de seda que rodeaba  su cuello. Ayer le susurró al oído  una de sus risas y le colocó en la palma de la mano la margarita que adornaba su pelo. Hoy no se atrevió a salir, pero el viento, fiel a su cita, se coló entre las rendijas de las ventanas y le siguió por toda la casa hasta que le dio alcance, solo para gritarle al oído “¡Asesino!”.

Esta fue mi propuesta en  Junio para el Concurso que organiza el blog "Esta noche te cuento"  con el tema "Cambió como el viento". Entre los ganadores y destacados este mes están grandes amigos como Mar Horno, Petra Acero, Sara Lew, Elena Casero y Nicolás Jarque. Felicidades para todos ellos.