UNA MAGNIFICA ILUSTRACIÓN PARA BIOGRAFÍA CAPILAR

Hoy la larga cabellera de la abuela está de enhorabuena, estrena ilustración. Ahora sí que le será difícil encontrar la última horquilla, tampoco encontrará un regalo mejor. 
Un millón de gracias Diego. 


Ilustración: Diego Cebrián


  Biografía capilar


Los cien años de la abuela estaban recogidos en la negra cabellera que escondía celosamente en un moño. Cada noche lo deshacía y tamizaba con un peine de púas apretadas para despegar de sus cabellos las miserias que no eran suyas. Lo componía de nuevo por la mañana,  entrelazando su pelo con las lágrimas de la melancólica Julita, la hija que no encontró su camino; los éxitos del nieto que le salió listo y la mala vida que le dio Venancio, que acabó con sus ahorros y su paciencia. Siempre había un reproche para él al colocar la última horquilla. 

REAGRUPACION FAMILIAR




Y regresé al cielo, preparé sopa de lluvia y croquetas de nube. Puse la mesa y me senté a esperar, deseaba tanto volver a abrazarlos... Vi como salían de casa y subían al coche, María con su oso de peluche y Pablo con su libreta de investigador. También vi el camión acercándose a gran velocidad al stop y ellos llegando al cruce. Ni se dieron cuenta. En unos minutos estarán aquí.    

OQUEDAD


Oquedad


Empiezo a sospechar que no queda nada ahí dentro, todo lo que aflora suena a hueco. Anoche bebí un par de  vasos de agua y en cuanto me moví, un rugido de olas embravecidas surgió de mis entrañas. Desapareció en cuanto me senté. Después, me tragué una avellana y la escuché caer haciendo "glup" al sumergirse. Noté cómo las ondas del agua hacían cosquillas a mis instintos. Hoy el eco se ha apoderado de mi, cada frase que pronuncio se repite media docena de veces. Va a ser verdad que estoy vacía y no me habitan ya ni los recuerdos. 

GÉNESIS 4:8




Luego cruzó el pasillo, bajo al sótano y mató al prisionero; estaba harto de tanto lloriqueo y tanta amenaza con "te vas a enterar cuando me encuentren". Se acabó. Ya no le importaba el rescate, ni que le pillara la policía, ni siquiera le enternecía ver a los padres en televisión pidiendo su liberación. Nada le iba a llevar a arrepentirse de lo que había hecho. Al fin y al cabo, hacía mucho tiempo que no soportaba a su hermano.