EL SUSURRO DEL DUENDE (24ª entrega)

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Las sirenas de varios coches de policía iluminaban la calle, varios grupos de rastreo se desplegaron por la Casa de Campo en busca de Diana, algunos vecinos se unieron a las tareas de búsqueda y otros decidieron quedarse con Laura y Luis para darles apoyo psicológico.

Luis repetía una y otra vez la misma versión a los agentes de policia: la niña se acostó a la hora de todos los días, no paso nada especial, todo era felicidad y armonía en la familia y descartaba que Diana se hubiese escapado, porque era muy pequeña y porque no tenía razones para ello.

Laura seguía en el jardín con la mirada perdida hacia el bosque que tenía delante. Estaba viviendo la peor de sus pesadillas, le resultaba tan difícil asimilar que Diana hubiese desaparecido que se resistía a creerlo. Esperaba que de un momento a otro, su hija apareciera por el jardín ajena a todo el despliegue policial, imploraba que fuera así, aunque algo en su interior le decía que no iba a ser tan fácil.

Parecía que las preguntas de la policía no iban con ella, las oía pero no las escuchaba y se limitaba a contestarlas como una autónoma. Luis se acercó a ella y la arropó con una manta. Ella seguía inmóvil, ausente y ni siquiera reparó en él.

Estaba amaneciendo y Laura sentía la ausencia de su hija perforándole el corazón, no podía imaginar quien se la había llevado. De repente, la idea de que podía haber sido el duende apareció como un fogonazo en su cabeza. –Que tontería, eso es imposible – se corrigió ella misma entre dientes.

- Perdóneme Señora, pero ¿ se le ocurre que alguien de su entorno pudiera haberse llevado a la niña? – le preguntó uno de los agentes de policía que, cuaderno en mano, iba recabando datos por el jardín.

Luis se entrometió en la conversación – Piensa un poco, por Dios, Laura, a ver si esto es una venganza de alguno de esos tipos raros a los que defiendes –

Laura giró su cabeza y le lanzó una mirada furibunda que se fue convirtiendo en una mueca de desprecio y asco, que no pasó desapercibida para el policia.

–Luis, cállate, no digas más sandeces – respondió ella. Un pensamiento le revolvió, de repente, el estómago: Arturo Hidalgo...... un ramo de flores........ su dirección personal....... el interés mostrado por la foto de Diana.

- Laura se cubrió la cara con las manos y exclamó ¡¡¡0h, Dios mio!!!

(Continuará )

CUANDO JUGAMOS A SER DIOSES


(Gracias por el video, Jose)

Cuando jugamos a ser dioses terminamos siendo unos pobres diablos.

Cuando jugamos a ser dioses, nuestras mejores obras perecen sepultadas bajo el peso de la vanidad.

Cuando perdemos la medida de lo que somos y nos creemos invencibles, irrefutables, indiscutibles e invulnerables empezamos a caer en picado.

Hace unos días, leí en una revista de actualidad que al juez Garzón le habían procesado por abrir un melón que nadie se había atrevido a abrir. Por abrir un melón no se procesa a nadie, ahora por entrar en un melonar que no es tuyo y decidir qué hacer con los melones, puedes salir imputado, como le ha pasado a él.

Es una mera cuestión técnica, hay un delito de prevaricación, por dictar resoluciones sin tener la competencia para hacerlo, lo demás son músicas celestiales, proselitismos y ganas de enredar. Podemos adornarlo de todo lo que queramos, que si las exhumaciones.....que si la Ley de Amnistía....... que si la memoria histórica......que si movilizaciones populares......., el papel lo soporta todo, pero aunque no lo parezca, no es más que una aplicación estricta de la ley, a la que estamos sometidos todos, incluido él.

Cuando jugamos a ser dioses entre tanta interferencia política, todo puede pasar, desde quemarnos en el fuego del infierno a ser beatificados y elevados a los altares.

Ya veremos ..........

VIVOS EN DIEZ PALABRAS

Licor de mandarina

En un programa radiofónico que se precie siempre hay un apartado de peticiones del oyente, yo no voy a ser menos y dando respuesta a las sugerencias de algunos de mis fieles lectores, hoy vamos a hablar de los “Vivos” utilizando las diez palabras más votadas para candidatas a la palabra más bonita del castellano.

Los vivos son una especie en expansión, están por todos los sitios, se reproducen por esporas, diría yo, allí donde hay algo que arrebañar (palabra más votada como la más bonita del castellano ¡lo que nos quedará por ver!), allí están. Tienen una gran habilidad para venderte gamusinos (segunda palabra más votada como la más bonita del castellano ¡dios mío!) y son auténticos expertos en medrar a costa de otros.

En cuanto te descuidas se instalan, con sus cachivaches (tercera palabra más votada para el ranking de la más bonita del castellano ¡nos vamos entonando!) y sutilmente, al principio, y descaradamente, al final, succionan de tu vida todo lo que les reporta beneficio en la suya. ¿Quién no tiene en su entorno algún “vivo”?

Este país se está convirtiendo en una república (cuarta palabra más votada buscando la más bonita del castellano ¡y yo que creo que la gente vota el sentido y no la palabra....!) bananera llena de vivos, sólo tenemos que coger los periódicos, caso Gürtel, los trajes de Camps, las andanzas de Jaume Matas, pero esto no es nuevo, no, ya en la época del franquismo nos estrenamos con el Caso Matesa o el Caso Sofico, luego los socialistas no anduvieron a la zaga, Caso PSV, Filesa, Juan Guerra, Roldan, Kio, Ibercorp, y es que yo creo, que no depende del color político sino de la catadura moral del sujeto.

Todos somos susceptibles de convertirnos en unos vivos, tan sólo es necesario que la oportunidad llame a nuestra puerta y se ponga a tiro el dinero fácil, es parte del sueño (quinta palabra más votada) lo demás viene por añadidura.

¿Quién no devuelve favores que ha pedido previamente? Miro hacia el infinito (sexta palabra más votada) y no veo ninguna mano levantada.

¿Quién no se convierte en un tragaldabas (séptima palabra más votada) cuando se trata de tirar de la cesta común y no de la propia?.

Escasean los que priman su libertad (octava palabra más votada) y su dignidad ante una sustanciosa mordida, y encima son tachados de tiquismiquis (novena palabra más votada) en esta sociedad de “vivos”. Todo se reduce a una cuestión de precio.

Por eso, yo me pregunto ¿estamos o somos vivos?

Al final, no merece la pena armar tanto bullicio (décima palabra más votada) para concluir que la tribu de los “vivos” se asienta entre los vivientes, los supervivientes, los malvivientes y los revivientes y no se ha descubierto todavía remedio eficaz para su erradicación.

EL SUSURRO DEL DUENDE (23ª entrega)

Foto: Claudio.

Parecía que Diana se había dormido por fin, aunque todavía tenía la respiración entrecortada del llanto. Laura y Chelo abandonaron la habitación.

-Si quiere que me quede esta noche, me quedo –

- No hace falta, Chelo, váyase a casa, que ha sido un día duro. Gracias de todas maneras-

- Que me pueo quedar, en serio, si a mi no me espera nadie –

Laura la miró con ternura y le acarició el hombro –váyase y descanse, de verdad, estaremos bien –
Abajo la televisión del salón cambiaba constantemente de canal, Luis buscaba en el mando una distracción que no encontraba.

Laura se refugió en el despacho intentando buscar la calma que necesitaba. Puso una música de cuencos tibetanos y se sentó en una silla, concentrándose en su respiración, pero no conseguía relajarse. Necesitaba poner en orden sus ideas, pero estaba demasiado nerviosa para lograrlo.

Decidió entonces encender el ordenador y mandarle un correo electrónico a Roberto. “mi historia con Luis ha terminado” escribió y permaneció varios minutos inmóvil ante el mensaje, finalmente marcó todo lo escrito, dirigió el ratón al icono de “Eliminar” y apagó el ordenador.

Se recostó en el futón que había bajo la ventana, tomó una revista para engatusar la furia que llevaba dentro y para maquillar la angustia que el incidente protagonizado por Luis le había dejado. Tras librar una dura batalla contra sí misma, se quedó profundamente dormida hasta que un ruido, la despertó.

Laura se incorporó agudizando el oído, miró el reloj, eran las cuatro de la mañana, tenía un mal presentimiento, realmente esa sensación llevaba con ella todo el día, salió del despacho y escuchó la televisión del salón aún encendida, sintió una corriente de aire por el pasillo y se dirigió a la habitación de Diana, su cama estaba vacía y la ventana abierta.

Salió apresuradamente de la habitación y se dirigió a la suya, por si a la niña se le hubiera ocurrido buscar cobijo en la cama de su madre, allí tampoco estaba, empezó a llamarla al tiempo que iba mirando, una por una, en las estancias de la primera planta, subió a la buhardilla, visiblemente alterada y tampoco la encontró allí. Finalmente bajó rápidamente las escaleras y comprobó que tampoco estaba abajo. Luis dormía en el sofá con la televisión encendida, ajeno a la búsqueda desesperada de Laura, que cuando hubo recorrido toda la casa, salió al jardín y en medio de la noche silenciosa de la Casa de Campo, lanzó su desesperación a través de un grito desgarrador - ¡Diana ¡

La niña había desaparecido.

(Continuará)

OTRO MICRORRELATO


Le he cogido el gustillo a los microrrelatos, tal vez porque mis ganas de escribir son muchas y mi tiempo escaso, y son por ello la perfecta horma de mi zapato.

Ahora me he apuntado también a los relatos en cadena de la Cadena Ser, que salen cada semana, máximo 100 palabras sin contar el título y la primera frase que te viene impuesta, que es la última del relato ganador de la semana anterior. Esta semana, la primera frase obligada es: La de los días de lluvia. ¡que os guste!


ULTIMA VOLUNTAD

La de los días de lluvia, la de las noches en vela, la que ya no recuerda el sabor de una caricia, esa soy yo. La que implora tu atención mientras ella atrapa tus miradas, la que reclama tu ternura mientras otra recoge tus abrazos. La que creyó que un día sería tu esposa y hoy muere por tu ausencia y mata por tu adiós. La que cuelga su vida de una soga por no tenerte y porque no te tengan, esa soy yo. Cerraré los ojos para siempre, hundiré tu recuerdo en el fondo del infierno y olvidaré haberte conocido

VIVIR

Tinkinactive

A veces me pregunto si en este estado de confusión permanente y consentido que experimentamos, somos capaces de saber lo que es vivir. Si, si, VIVIR, con mayúsculas.

Vivir es el arte de hacer tuyo el momento, sea el que sea, y ser capaz de transformarte en música, o en lágrima, o en poema, o en batalla, o en lo que se presente.

Sobrevivir es sentarte en la orilla y ver como pasan por delante los días, los años y la vida, sin que, ni tan siquiera, te roce.

Malvivir es aceptar lo inaceptable, renunciar a lo esencial, negar tu propio ser.

Revivir es añorar el pasado para hacerlo presente.

Unos viven, otros sobreviven, otros malviven y otros reviven. Todos de distinta manera: unos lo hacen de puntillas; otros dando tumbos; otros marcando el paso; otros abriendo camino; algunos pisando fuerte; otros cerrando puertas y otros construyendo sueños.

Todos ellos dicen vivir, pero solo unos pocos lo hacen. Sólo viven los que se dan cuenta, los que abrazan lo que se presenta, los que aceptan lo que está y confian en lo que llegará.

Esta lección me la sé de memoria y a pesar de ello, se me olvida tan a menudo, que no me queda más remedio que escribirla para tenerla siempre presente.

EL SUSURRO DEL DUENDE (22ª entrega)

Foto: gaelx


Diana había desaparecido de la cocina en cuanto Chelo había anunciado que su padre había llegado. Su amigo el duende le había dicho que se pusiera a cubierto de las iras paternas y había seguido su consejo.

Se había refugiado en un rincón de su habitación y se había intentado camuflar poniendo la caja del duende delante.

Luis entró en la habitación, seguido de Laura y Chelo y se dirigió al rincón donde estaba Diana, retiró la caja que la tapaba, de una patada, la tomó del brazo con furia rayana a la violencia y la desplazó hasta el centro de la estancia.

- Esto se acabó – gritaba Luis – tus tonterías han llegado demasiado lejos, así que dime donde está ese duende y terminemos de una vez- Diana lloraba bajito, estaba tan atemorizada que no se atrevía a llorar más alto. Laura cogió a Diana en brazos intentando consolarla, mientras Chelo acariciaba rápida y nerviosamente las manos de la niña.

-Déjala donde estaba – gritó Luis a Laura que en ese momento, haciendo caso omiso a los gritos, se disponía a abandonar la habitación, con Diana en brazos y Chelo detrás.

Luis se abalanzó hacia la puerta y la cerró violentamente - De aquí no se mueve nadie, Diana, dime ahora mismo donde está tu amigo - Los ojos de Diana y de Laura se encontraron y se entendieron rápidamente. – En la caja ¿no?- contestó Laura y la niña asintió con la cabeza.

El cogió la caja y empezó a propinarle golpes y patadas, hasta que quedó completamente destrozada.

-Te has quedado sin amiguito, ¿ves? se acabó, cuando termines de llorar empiezas a buscarte amigos normales ¿estamos?-

-Estas loco – dijo Laura dirigiéndole una mirada llena de desprecio. –Vosotras si que estáis locas – respondió él – y me vais a volver loco a mi con vuestras mentiras. Pensabais que os podíais reír de mi, y soy yo el que me voy a reír de vosotras –

La luz empezó a apagarse y encenderse intermitentemente y los peluches de Diana repartidos en las estanterías empezaron, inexplicablemente, a estrellarse contra el suelo, como si una fuerza invisible los lanzara vigorosamente.

Luis respiraba con dificultad, estaba siendo presa de una crisis nerviosa. Laura seguía protegiendo entre sus brazos a Diana y Chelo, tras ellas, las cubría a las dos.

- Basta – gritaba Luis con todas sus fuerzas, Chelo clavó sus rodillas en el suelo y se puso a rezar. Diana se zafó de los brazos de su madre y se sentó en un extremo de su cama esperando que pasara la tempestad, lo que ocurrió a los pocos minutos.

Su padre, fuera de sí, se acercó a ella, le propinó un bofetón y abandonó la habitación.

Laura supo en ese momento que su relación con Luis había terminado, que ya no había vuelta atrás, ni posibilidad alguna de redención, esta vez, no habría una nueva oportunidad, ni las buenas palabras ni los gestos de cariño podrían reparar algo que estaba definitivamente roto.

(Continuará)

MALA PATA


Mi hijo llevaba toda la semana esperando que llegara hoy, por fin su equipo de baloncesto había llegado a la final del distrito ¡cuantos nervios! ¡cuantas expectativas! Una mala caída en el segundo cuarto acabó con su momento y con su ilusión de jugar la final. ¡Así son las cosas! Menos mal que los primeros pronósticos que apuntaban a una fractura de peroné se quedaron en un simple esguince.

Creo que era John Lennon el que decía aquello de que la vida es lo que te ocurre mientras estas haciendo otros planes.

Nos frustramos cuando las cosas no salen como teníamos previsto, olvidándonos, muy a menudo, de nuestra absoluta incapacidad para decidir sobre lo que nos pase o nos deje de pasar, nosotros sólo tenemos potestad sobre qué hacer con lo que nos ha pasado.

Pedro ha decidido cambiar su frustración por disfrutar de otras ventajas de su inmovilización, tales como quedar libre de recoger la mesa o barrer la cocina, o recibir por parte de su hermana, atenciones que nunca hubiera soñado.

Me han contado que hoy el equipo de baloncesto ha echado los restos en la cancha, han luchado, como sólo ellos saben hacerlo, han medido sus fuerzas con el contrincante y han comprobado que podían ganar, la suerte no les acompañó y una canasta en los dos últimos segundos les arrebató la victoria.

Pero ganar no es eso, ganar es entrenar y mejorar día a día, ganar es jugar en equipo, ganar es darlo todo en la cancha, ganar es participar y divertirse, ganar es sentir que se puede lograr.

Hoy todos hemos ganado, unos en la cancha descubrieron que eran los mejores y otros en el hospital respiramos cuando vimos que todo quedó en un susto.

EL SUSURRO DEL DUENDE (21ª entrega)

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La radio anunciaba una crema milagrosa para borrar las arrugas del rostro, mientras Chelo se disponía a planchar un montón de ropa previamente doblada y apilada en una silla.

- ¿Sabes lo que dice el duende, Chelo?- -Que porqué nos empeñamos en quitar las arrugas de nuestra ropa, si se va a arrugar otra vez- dijo Diana

- Pos dile a tu amigo que onde esté la ropa planchá ........ que onde sa visto ir con una camisa toa arrugá. – contestó Chelo

- Dice que esas arrugas no hace falta plancharlas y las de la cara, tampoco, que las malas son las que salen en el corazón –

Chelo contemplaba con ternura a Diana mientras deslizaba la plancha sobre unas sábanas de algodón – Josú, lo que inventa- murmuró. Mientras salpicaba de agua una camisa de lino de Laura para poderla planchar, un brillo de picardía surgió en su mirada y dijo: - y digo yo, éhte amigo tuyo que sabe tanto ¿es el que estrozó lo´ platos? ¿y no sabe que eso no se hace?-

- Estaba jugando – respondió Diana.

- Pos dile que como lo vuelva a hacer, lo meto en el vater , tiro de la cadena y adiós duende –

- No puedes hacerlo, porque tu no le ves – contestó Diana entre risas.

Se oyó la puerta del garaje abriéndose, - mira ya está aquí tu madre -. Chelo dejó un momento la plancha y se acercó a la ventana – ah, no, pos es el coche de tu padre ¡que pronto viene hoy!-

Luis se puso en cuatro zancadas en la cocina, su mirada lo decía todo, sus ojos se movían nerviosamente buscando desesperadamente la panacea para ahuyentar las locuras de su hija. Estaba muy alterado y Chelo empezó a rezar muy bajito para alejar la desgracia que veía venir.

-¿Dónde está Diana?- Le preguntó casi gritándola, Chelo empezó a elevar el tono de sus rezos y a acelerar su ritmo, pero no le contestó.

Laura apareció en la cocina – Luis ¿Qué vas a hacer?.

- Algo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo – contestó él subiendo de dos en dos los escalones que le dirigían al cuarto de Diana.

(Continuará)

CUANDO LO URGENTE NOS HACE OLVIDAR LO IMPORTANTE

Foto: Jose Miguel M.P.

Esta mañana cuando volvía del Juzgado tomé conciencia de que en el platito de caramelos de recepción, tan sólo había un tornillo entre los restos de azúcar sobrante de unas ya devoradas gominolas. Desconozco quién lo ha perdido, tampoco me importa, pero si me llama la atención que el tornillo, llevara un par de semanas ahí y no hubiera reparado en él.

Vivimos tan deprisa que nos dejamos llevar por la inercia de lo urgente y vamos olvidando lo importante, las pequeñas cosas que nos rodean y que nos endulzan la vida: hoy son las gominolas que dejamos de reponer, mañana las plantas que mueren porque dejamos de regar, otro día el amigo que perdemos porque le dejamos de llamar y poco a poco vemos como dejamos de vivir por dejar pasar lo urgente pisoteando lo importante.

No quiero perder el placer de compartir charlas y silencios con un amigo, sin mirar el reloj. No quiero renunciar a contemplar un atardecer hasta que se pierda en la noche, sin pensar que ya tenía que estar en otro lado. No quiero acotar el tiempo a la ternura, a la contemplación, a la risa, a la amistad, a la vida.

Mañana, lo primero que haré cuando llegue al despacho, será llenar de caramelos el platito de recepción, aun a riesgo de que alguien piense que la propietaria del tornillo soy yo.

LLEGAMOS A LOS 200 POST CON UN SONETO

brianjmatis


No me creo que ya vaya por doscientos
y todavía quede gente al otro lado
que entre y se quede enganchado
a esta ventana repleta de sentimientos.



Nunca imaginé llegar hasta los cimientos
de esta afición mía largamente amordazada
que a través de este blog se siente liberada
sanando con la palabra los sufrimientos.



Quisiera contarte es la expresión viva
de un alma que siente y se resiente
por esta sinrazón que nos cautiva



Sin ti no habría milagro ni expectativa
sin mi gente exigente e indulgente
mi rastro de la palabra flotaría a la deriva.


¡¡GRACIAS DE CORAZON!!



EL SUSURRO DEL DUENDE (20ª entrega)

Gonzalez Alba


Como siempre, iba a llegar tarde, era su eterno sino, no era capaz de salir pronto aunque se lo propusiera, la historia se repetía una y otra vez, era como una maldición de la que no conseguía escapar. Tenía que llegar a tiempo a la cita con Nati, la profesora de Diana que había accedido a recibirles fuera de horario escolar porque Luis, se había empeñado en asistir también y le parecía poco cortés llegar tarde en esas circunstancias.

Hubiera preferido que él no asistiera a la convocatoria, en definitiva, sabía que contara lo que les contara Nati, no le iba a gustar.

Luis ya había llegado, paseaba nerviosamente por la acera del colegio cuando Laura se acercó al trote.

- Siempre haces lo mismo, llevo diez minutos esperándote –

- Lo siento, he pillado mucho tráfico –

Entraron en el colegio y se encaminaron por los pasillos solitarios y en penumbra hacia la Sala de Profesores, bajo la atenta mirada del bedel.

Laura miraba de reojo a Luis que parecía cansado y sobre todo enfadado.- ¿Qué tal el día?- no había terminado de hacer la pregunta y ya estaba arrepentida de haberla hecho.

- Esa idea genial tuya de cambiar unas cositas en el proyecto, para que pareciera otro, no ha colado, estoy al borde del abismo, gracias por tu ayuda –

Era un golpe bajo, muy propio de Luis, que repartía coces a diestro y siniestro siempre que la vida le ponía entre la espada y la pared.

Nati salió a recibirles a la puerta y les invitó a que tomaran asiento -Les he hecho llamar porque Diana muestra unos comportamientos.......digamos.....poco comunes. Tiene una imaginación desbordante y habla constantemente con seres imaginarios, lo que pasa es que sus compañeros se burlan de ella y ahí empieza el problema. - La profesora hizo una breve pausa y continuó su relato: Cuando un compañero se burla de ella, instantes después, siempre le pasa algo: se tropieza...... o se le cae un libro en la cabeza de la forma más inverosímil o se le bajan inesperadamente los pantalones....-

- ¿Y que tiene que ver eso con Diana? – interrumpió Laura, mientras Luis se iba poniendo más y más nervioso.

- Que ella siempre anuncia lo que luego les va a pasar – Sus compañeros le están cogiendo miedo-

- Pues no se preocupe, que esto se va a terminar hoy mismo- Luis se levantó dando por terminada la reunión ante la sorpresa de la profesora y de Laura, estrechó la mano de la maestra y salió sin esperar a Laura.

Laura intentó disculparle, sin conseguirlo, dio las gracias a Nati y salió apresuradamente en busca de Luis. Le dio alcance ya en la calle – ¡Luis, espera!-

El se dirigió hacia su coche, lo arrancó y salió a toda velocidad.

Laura tenía que llegar a casa antes que él.

(Continuará)

15 DIAS EN AGOSTO

¿Lo ves, Angel? ¿Ves como no es cierto que no se puedan subir cosas al Rastro de la Palabra?.

Para los que no saben de lo que estoy hablando, Angel me mando este video al hilo de "La mala hierba" y yo lo cuelgo para que lo veais.

Estoy encantada de que participeis y aprovecho la ocasión para recordaros a los que compartis conmigo la afición de escribir, y que estais ahí agazapados, que estaría encantada de colgar una de vuestras creaciones. ¡No seais tímidos! ¡Os espero!

EL SUSURRO DEL DUENDE (19ª entrega)

Ilustración: Roger Ruiz.



Cuando Laura llegó al despacho esa mañana, notó un ambiente enrarecido, tenía la sensación que algo había ocurrido, era capaz de percibir las sutiles energías que flotaban en el ambiente, aunque aparentemente todo estuviera vestido de normalidad.

Su intuición no solía engañarla, por eso en cuanto puso en marcha su ordenador, salió en busca de Marga. Como no la encontró en su despacho, se asomó al despacho contiguo y preguntó a sus tres ocupantes -¿Qué tal chicos? ¿todo bien?-. Ambos le dirigieron una rápida mirada a su otra compañera, Lourdes, una jovencita recién Licenciada en Derecho, que había aterrizado hacía unos meses en el despacho como pasante y contestaron al unísono: -todo bien-.

Algo pasaba y estaba dispuesta a descubrir qué. -¿Dónde está Marga?- les preguntó. -¿no esta en su despacho?- contestó uno de ellos, -estaba hace un momento allí-

Un repiqueteo de tacones por el pasillo anunciaba la llegada de Marga, que lucía cara de circunstancias.

- ¿Problemas?- se adelantó Laura. –No te va a gustar lo que te voy a contar- respondió Marga, mirando de reojo a Lourdes.

-Ha llamado Arturo Hidalgo, no quería hablar contigo, sólo quería tu dirección personal para mandarte un ramo de flores.-

-¿Mi dirección personal?-

- Si, y le ha atendido Lourdes, porque yo estaba hablando por la otra línea, y se la ha dado.

- ¿Cómo? ¿La dirección de mi casa?- Laura no daba crédito a lo que acababa de oír , dirigiendo su mirada furibunda hacia Lourdes.

La pasante se mostraba nerviosa y colorada, a pesar de lo cual se sobrepuso y salió al paso: ¡Yo que sabía! si me dicen que es para mandar flores ¿por qué no se lo voy a dar?.

- No te van a decir que es para mandarle una bomba, bonita – respondió Marga llevando su dedo índice a la sien.

Laura se sintió más vulnerable que nunca, ya sabía donde vivía, ¿qué pretendería? No le gustaba nada Arturo Hidalgo y ahora la torpeza de una pasante la había puesto en sus manos. Una corriente de ira le subía por la garganta, y pujaba por salir. Hubiera gritado “Imbecil” haciendo hincapié en la segunda sílaba, ahuecando la boca para pronunciarlo como si el insulto saliera directamente del centro de su ira. Intentó controlar esa furia contenida y respiró profundamente antes de decirle a Lourdes – No vuelvas a darle a nadie mi dirección ¿lo has entendido? A nadie!!, recuérdalo, no habrá más oportunidades.-

Laura se dio la vuelta, se dirigió a su despacho y cerró la puerta dando un portazo. Recostó su espalda sobre la hoja de la puerta, cerró los ojos e intentó espantar los malos presentimientos que la acechaban.


(Continuará)

LA SEMPITERNA NOMINADA



(Parece que tengo abono fijo, estoy nominada, again, ¿vosotros creeis que algún día sonará la flauta y dejaré de olisquear el podium para subirme a él? je,je,je. )


Llevo una buena racha de nominaciones y una mala racha de premios, que dura toda la vida, porque todavía no me he estrenado.

No hay aún, ganador de Marzo ni nominaciones de Abril, pero cuelgo el microrrelato de este mes, por si quereis echarle un vistazo. He de confesaros que me importa más vuestra opinión que la del jurado.

Las palabras de este mes son : Negocio, Cirio, Turno, Oficio y Boleto.


REQUIESCAT IN PACE

- Créeme compañera, este es un oficio como otro cualquiera, pero si piensas hacer negocio con ello, te equivocas de medio a medio-, me dijo un colega veterano cuando yo estaba aterrizando en la profesión, hace ahora veinticinco años, y ha resultado ser una verdad irrefutable, a la vez que insoportable, hasta hace unos meses. Por los quiebros del destino, mi suerte ha cambiado, ahora es mi turno, parto rumbo al lujo y a la vida contemplativa, llevando como único equipaje un boleto millonario que, en su lecho de muerte, me confió un cliente para entregarlo a un hijo que nunca reconoció y que yo había de encontrar. ¡Que mala suerte, que justo cuando lo encuentro, se resbala tontamente y se cae por el precipicio!. Enciendo un cirio por el alma del infortunado heredero, por el descanso eterno de su padre y por mis merecidas y perpetuas vacaciones.

LA MALA HIERBA

Oshkar

De vuelta al mundanal ruido, me desayuno con la horrible noticia de la niña de Seseña asesinada. Sin perjuicio de que hay que ser extremadamente prudentes con el manejo de la información que nos llega sobre las circunstancias de su muerte y sobre la presunta autora y salvando que hay que dejar a la justicia que instruya y averigüe los hechos, esto sirve sin duda, nuevamente de aldabonazo para nuestras conciencias.

¿Qué estamos haciendo con esta sociedad? ¿Qué estamos haciendo con la educación? ¿Qué consignas transmitimos a las nuevas generaciones que en un par de décadas estarán rigiendo los destinos de este país?.

Si, ya sé que me pongo muy pesada con este tema, pero creo que es tan importante que me resisto a aceptar como válido el modelo actual.

Mientras que sigamos enchufando a nuestros hijos a la televisión como forma de que nos dejen en paz y se chuten en vena el modelo barriobajero, casquivano y agresivo en boga, que invita a abrirte la cabeza o partirte las piernas por la más mínima tontería, no hay nada que hacer.

Reconozco que no es fácil acabar con esta mala hierba que crece rápidamente y por todos los rincones, pero hay que amotinarse contra esta panda de vagos y maleantes, sin oficio ni beneficio, que inundan nuestras pantallas y que pueden ser un referente para mentes inmaduras y tiernas.

Mientras que no inculquemos a nuestros menores que el que pega y el que insulta es un cobarde que no es capaz de sostener su propia mirada frente al espejo, la batalla está perdida.

Mientras que los padres y educadores no prediquemos con el ejemplo e intentemos sembrar entre las nuevas generaciones el valor del ser por encima del tener, el valor de la solidaridad frente al “san para mi que los santos no comen”, estamos muertos.

Una sociedad sin valores es como un jardín sin flores, como un libro sin palabras, como un mar sin agua, como un día sin luz, como una mala hierba que hay que arrancar de una vez por todas.

EL SUSURRO DEL DUENDE (18ª entrega)


-No sabía que te hiciera falta consultar jurisprudencia ¿para que la necesitas? – le preguntó Laura a Luis mientras desayunaban.

Luis levantó las cejas en señal de sorpresa y respondió –no se de qué me hablas –

- Anoche, el ordenador del despacho estaba encendido y en pantalla estaba el menú de mi base de datos de jurisprudencia, pensé que lo habías abierto tu - dijo Laura tras dar un sorbo a su taza de té.

- Pues no, yo no he sido, te lo habrás dejado encendido y no te acuerdas, me voy, cielo, que llego tarde – Luis se levantó de la mesa, dio un beso a Laura y salió rumbo a la vorágine diaria.

Laura permaneció aún un buen rato sentada disfrutando de su taza de té y de los pinos y álamos que veía desde la ventana, ligeramente abierta para poder escuchar la cantata matutina de los pitos reales y los chichipanes y respirar la frescura de la mañana.

Cerró los ojos por un instante y sin pretenderlo se trasladó al bosque de Cerezaledo, consiguió recrear hasta el ruido del agua corriendo en el arroyo y le vió a él, tumbado a su lado, jugando con un mechón de su pelo. Le imaginó la noche anterior, amándola, abrazándola, poseyéndola y ella, a cambio, entregándose por entero a él.

La sensación de una presencia a su lado, le hizo abrir los ojos. No había nadie. Volvió a cerrar los ojos, pero ya no consiguió traer la imagen de Roberto de nuevo.

Un color cuero con tendencia al amarillo se reflejó en sus párpados y supo que Chelo estaba llegando a casa.

Se levantó rápidamente y subió a la habitación a recoger su chaqueta, cuando salía, algo al final del pasillo le llamó la atención, la puerta del despacho estaba abierta y el ordenador, nuevamente, encendido. Se acercó hasta allí y comprobó con estupor que la base de datos de jurisprudencia, estaba abierta en la pantalla de nuevo.

La vida de Laura estaba salpicada de sucesos inexplicables pero nunca antes se habían sucedido tan seguidos en el tiempo. Después de todo iba a tener razón Chelo que iba a ser cosa de las ánimas, o por lo menos de fuerzas extrañas pertenecientes a otra dimensión, invisibles a sus ojos pero con capacidad de actuación en el mundo físico de los humanos.

Estaba claro que Chelo no había sido quien había encendido el ordenador, a duras penas sabía leer y escribir, difícilmente se iba a poner a consultar sentencias.

Otro tanto de lo mismo pasaba con Diana, que estaba aprendiendo a leer y escribir y aunque manejaba con extrema soltura el ordenador era evidente que no se iba a poner a leer resoluciones judiciales.

Ni tan siquiera era razonable que las consultara Luis, economista de formación y Consultor de profesión, que nada le aportaban para su trabajo.

¿Quién entonces estaba interesado en el criterio de los Tribunales?

(Continuará)