Optó por llamarla con su teléfono movil, para abortar el espionaje materno. - Hola Marta ¿te pillo en buen momento? Necesito hablar contigo.- Su interlocutora se sorprendió: ¿te pasa algo?. Ángeles se desinfló: -me pasan tantas cosas que no se por donde empezar-
-Pues relájate y empieza por el principio que tengo todo el tiempo del mundo para escucharte-
-Me han despedido del trabajo y me dicen que no me pagan la indemnización porque no tienen dinero............., he discutido con mi madre y le he dicho cosas que nunca pensé que me atrevería a decirle .................... me sale un admirador anónimo que me vigila, me envía flores con mensajes enigmáticos y me manda correos electrónicos firmando como poeta urbano y no tengo ni la menor idea de quien puede ser y para colmo, creo que esta misma tarde mi empresa me ha suprimido mi cuenta de correo electrónico y posiblemente me haya retirado el ordenador.
- ¿Qué esperabas? contestó Marta – si el correo es de la empresa y el ordenador también, es lógico que te lo quiten, estás despedida, querida.-
- Si, pero dentro de un mes, es uno de esos despidos por causas económicas - aclaró Ángeles.
- Pues, que quieres que te diga, a lo mejor hay que darte la enhorabuena en vez del pésame - concluyó Marta.
- Da gusto tener amigas como tu, mi vida se derrumba y tu te alegras -.
- Seamos sinceras, tu vida ya se había derrumbado hace tiempo- dijo Marta con una voz que pretendió llenar de ternura sin conseguirlo.
- ¿Y la tuya? ¿hablamos de tu vida?- le espetó Ángeles con gran enfado.
Un silencio espeso y eterno se impuso en la conversación hasta que Marta lo atravesó diciendo. - Ángeles, llevamos juntas toda la vida, lo sabemos todo la una de la otra y efectivamente mi vida no es un ejemplo a seguir, pero ahora estamos hablando de la tuya y de la oportunidad que tienes de cambiarla.-
Ángeles permanecía callada y su amiga prosiguió: -Tal vez sea el momento de construir otra realidad.-
- Yo te llamaba para que me buscaras un buen abogado, quiero llevarme mi hucha, voy a ir a por todas y a por la máxima indemnización posible, porque no me creo que estén en las últimas como pretenden hacernos creer a los empleados - .
-No me has escuchado, yo te hablaba de mucho más que de dinero, te hablaba de cambiar tu vida – insistió Marta
Ángeles se mostraba inquieta e incómoda –te he escuchado pero para cambiar mi vida necesito dinero, búscame un buen abogado, por favor, y luego ya hablaremos.-
Cuando colgó el teléfono le asaltaron unas irreprimibles ganas de llorar, su amiga tenía razón, era el momento de hacer un cambio de sentido en su vida, pero ¡sentía tanto miedo ......!
Continuará....................................
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-Pues relájate y empieza por el principio que tengo todo el tiempo del mundo para escucharte-
-Me han despedido del trabajo y me dicen que no me pagan la indemnización porque no tienen dinero............., he discutido con mi madre y le he dicho cosas que nunca pensé que me atrevería a decirle .................... me sale un admirador anónimo que me vigila, me envía flores con mensajes enigmáticos y me manda correos electrónicos firmando como poeta urbano y no tengo ni la menor idea de quien puede ser y para colmo, creo que esta misma tarde mi empresa me ha suprimido mi cuenta de correo electrónico y posiblemente me haya retirado el ordenador.
- ¿Qué esperabas? contestó Marta – si el correo es de la empresa y el ordenador también, es lógico que te lo quiten, estás despedida, querida.-
- Si, pero dentro de un mes, es uno de esos despidos por causas económicas - aclaró Ángeles.
- Pues, que quieres que te diga, a lo mejor hay que darte la enhorabuena en vez del pésame - concluyó Marta.
- Da gusto tener amigas como tu, mi vida se derrumba y tu te alegras -.
- Seamos sinceras, tu vida ya se había derrumbado hace tiempo- dijo Marta con una voz que pretendió llenar de ternura sin conseguirlo.
- ¿Y la tuya? ¿hablamos de tu vida?- le espetó Ángeles con gran enfado.
Un silencio espeso y eterno se impuso en la conversación hasta que Marta lo atravesó diciendo. - Ángeles, llevamos juntas toda la vida, lo sabemos todo la una de la otra y efectivamente mi vida no es un ejemplo a seguir, pero ahora estamos hablando de la tuya y de la oportunidad que tienes de cambiarla.-
Ángeles permanecía callada y su amiga prosiguió: -Tal vez sea el momento de construir otra realidad.-
- Yo te llamaba para que me buscaras un buen abogado, quiero llevarme mi hucha, voy a ir a por todas y a por la máxima indemnización posible, porque no me creo que estén en las últimas como pretenden hacernos creer a los empleados - .
-No me has escuchado, yo te hablaba de mucho más que de dinero, te hablaba de cambiar tu vida – insistió Marta
Ángeles se mostraba inquieta e incómoda –te he escuchado pero para cambiar mi vida necesito dinero, búscame un buen abogado, por favor, y luego ya hablaremos.-
Cuando colgó el teléfono le asaltaron unas irreprimibles ganas de llorar, su amiga tenía razón, era el momento de hacer un cambio de sentido en su vida, pero ¡sentía tanto miedo ......!
Continuará....................................
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