RATA O RATERO
Desde que descubrí que todas las pruebas estaban allí, supe que tenía que hacerlo. Entré en la Secretaría del Juzgado como un soldado en acto de servicio, con disfraz de Letrado y maletín vacío, aprovechando la hora del desayuno, sin más testigos que una funcionaria, enterrada entre expedientes, que archivaba escritos , sin reparar en mí. Me acerqué a la pila de legajos del rincón, con cuidado aparté los diez primeros y luego los diez siguientes, allí estaba mi seguro de vida, mi declaración de libertad, deslicé el expediente dentro del maletín y me dispuse a salir victorioso. Una rata vino a mi encuentro, ¡con la alergia que me dan!. Mi grito ahogado se confundió con los exabruptos de la funcionaria, al ver como una manada de roedores se abalanzaban sobre los expedientes del rincón. Mi coartada perfecta. Ellas serían las culpables.
SE HA ROTO LA RACHA DE NOMINACIONES
Este es el microrrelato que presento este mes de junio al Concurso de Microrrelatos sobre Abogados. No ha sido seleccionado, ¡que le vamos a hacer! Las palabras obligatorias son Testigo, Declaración, Alergia, Soldado y Escrito.
EL RELATO DE LA CADENA SER
Este es el relato de la semana pasada. Tenía que empezar por Pedro el oculista ha salido corriendo, lo que sigue es producto de mi imaginación que algunas veces está más despierta que otras.
VENGANZA CIEGA
Pedro, el oculista, ha salido corriendo despavorido, no ha podido sostener la mirada de esos ojos pardos que un día abandonó en una calle mojada de engaño y éter. La misma mirada que temía en sus sueños cada noche, la que le recordaba que había jugado con fuego y se abrasaría en el infierno. Todos los ojos que había apagado, todos los experimentos realizados, cegaban su conciencia. Esa mirada se había salvado y ahora era su condena. No hay sitio para esconderse, está acorralado. Mira por última vez al cielo antes de que el líquido caliente corra por sus ojos. Después todo fue oscuridad.
EL SUSURRO DEL DUENDE (36ª entrega)
Laura encendió el ordenador y Roberto se sentó a su lado. Mientras esperaba a que los programas estuvieran disponibles, ella le relató el sueño que había tenido la noche anterior:
“Era de noche y deambulaba por las calles buscando las fuentes. Me encontré con un hombre, que estaba leyendo un libro y le pregunté si sabía donde estaban y me respondió “aquí”, ofreciéndome el libro que leía. Recorrí unos metros más y me encontré a una anciana sentada en un banco leyendo, le pregunté por las fuentes e hizo lo mismo, dio unos pequeños toques con sus dedos en las páginas del libro y dijo “las fuentes son éstas”. Salí corriendo y me encontré un hombre con toga de juez y le grité: “Estoy buscando las fuentes ¿sabe donde están? y me respondió “aquí” , se tapó la cabeza con la toga y desapareció” .
Roberto la miró fijamente y tras unos instantes confesó: - no he entendido nada-
Laura le expuso sus deducciones releyendo el ticket donde Roberto había apuntado la frase: “Empieza cuestionándose si soy abogada o leguleya y me dice que el juego lo dirá. Luego el juego tiene que ver con el derecho. Es obvio.
En mi sueño las personas que encuentro me indican que las fuentes están en los libros y por último sale una persona con toga de juez que dice que las fuentes están allí. Esta claro ¿no?”
Roberto la observaba con los ojos muy abiertos intentando comprender su proceso deductivo. Finalmente, se dio por vencido y dijo – No, la verdad es que no te sigo, me he debido de perder algo –
Laura volvió a sus deducciones con más ímpetu: - Si, si ¿No lo ves? Hay una cosa que se llaman las fuentes del Derecho, y son la ley, la costumbre, los principios generales y la jurisprudencia ¿te das cuenta? El mensaje se refiere a las fuentes del Derecho y el juez de mi sueño me conduce a la jurisprudencia –
Roberto seguía observándola con una gran expectación. Laura prosiguió: - la jurisprudencia es el criterio que van marcando los jueces con sus sentencias. En varias ocasiones, antes que desapareciera Diana, me encontré misteriosamente abierta mi base de datos de jurisprudencia. Todo encaja. –
El seguía intentando encajar las piezas del puzzle – Así que las tres llaves están en la jurisprudencia ¿no es así? –
Laura asintió con la cabeza.
Roberto releyó muy lentamente: - Vuelve al bosque urbano en el día más largo del último lapso capicúa y busca la llave que te permitirá continuar – Miró a Laura y le dijo –Traduce, princesa-
(Continuará)
“Era de noche y deambulaba por las calles buscando las fuentes. Me encontré con un hombre, que estaba leyendo un libro y le pregunté si sabía donde estaban y me respondió “aquí”, ofreciéndome el libro que leía. Recorrí unos metros más y me encontré a una anciana sentada en un banco leyendo, le pregunté por las fuentes e hizo lo mismo, dio unos pequeños toques con sus dedos en las páginas del libro y dijo “las fuentes son éstas”. Salí corriendo y me encontré un hombre con toga de juez y le grité: “Estoy buscando las fuentes ¿sabe donde están? y me respondió “aquí” , se tapó la cabeza con la toga y desapareció” .
Roberto la miró fijamente y tras unos instantes confesó: - no he entendido nada-
Laura le expuso sus deducciones releyendo el ticket donde Roberto había apuntado la frase: “Empieza cuestionándose si soy abogada o leguleya y me dice que el juego lo dirá. Luego el juego tiene que ver con el derecho. Es obvio.
En mi sueño las personas que encuentro me indican que las fuentes están en los libros y por último sale una persona con toga de juez que dice que las fuentes están allí. Esta claro ¿no?”
Roberto la observaba con los ojos muy abiertos intentando comprender su proceso deductivo. Finalmente, se dio por vencido y dijo – No, la verdad es que no te sigo, me he debido de perder algo –
Laura volvió a sus deducciones con más ímpetu: - Si, si ¿No lo ves? Hay una cosa que se llaman las fuentes del Derecho, y son la ley, la costumbre, los principios generales y la jurisprudencia ¿te das cuenta? El mensaje se refiere a las fuentes del Derecho y el juez de mi sueño me conduce a la jurisprudencia –
Roberto seguía observándola con una gran expectación. Laura prosiguió: - la jurisprudencia es el criterio que van marcando los jueces con sus sentencias. En varias ocasiones, antes que desapareciera Diana, me encontré misteriosamente abierta mi base de datos de jurisprudencia. Todo encaja. –
El seguía intentando encajar las piezas del puzzle – Así que las tres llaves están en la jurisprudencia ¿no es así? –
Laura asintió con la cabeza.
Roberto releyó muy lentamente: - Vuelve al bosque urbano en el día más largo del último lapso capicúa y busca la llave que te permitirá continuar – Miró a Laura y le dijo –Traduce, princesa-
(Continuará)
LO QUE APRENDÍ
El paso del tiempo nos proporciona la distancia necesaria para valorar con suficiente perspectiva lo vivido. Mi infancia y mi adolescencia estuvieron marcadas por la férrea disciplina del colegio de monjas, complementada por una estricta y exigente educación paterna.
No guardo un especial cariño por mi colegio, su patio olía a puré de verduras y a supervivencia. Allí aprendí el significado del trueque: Yo le regalaba mis bocadillos a Marisol y ella me bordaba los pañitos para la asignatura de hogar.
Allí descubrí la necesidad de encomendarme al Altísimo a través de la oración: La Madre Abencia nos repetía, una y otra vez, que nadie se podía resistir a la llamada de Dios hacia la vocación religiosa y yo rogaba al cielo: - a mi no me llames, por favor, no me llames- .
Allí aprendí a sobrevivir y a hacerme respetar en la jungla de las niñas despiadadas que esperaban cualquier síntoma de debilidad para convertirte primero en su esclava y luego en escoria, rechazada por todas.
Las monjas me enseñaron los trucos necesarios para ser una buena esposa, siempre dos pasos por detrás de tu marido, elegante, sumisa, dedicada por entero a él y a su promoción personal y profesional. Debí faltar mucho a clase en esa época porque no recuerdo ni una sola de las consignas.
Pero sobre todo allí descubrí el valor de la amistad, que la recompensa es más dulce cuanto mayor es el esfuerzo realizado, que hay que saber guardar un secreto y que nunca hay sitio para los traidores y los chivatos.
Los trece años pasados en el colegio de monjas me curtieron sobremanera para manejarme en el mundo exterior, me dejaron un gusto por el latín que aún perdura y una afición por la lectura que nunca podré agradecer lo suficiente.
Pero......¡tan sólo era una niña!....... no era necesaria tanta dureza.
No guardo un especial cariño por mi colegio, su patio olía a puré de verduras y a supervivencia. Allí aprendí el significado del trueque: Yo le regalaba mis bocadillos a Marisol y ella me bordaba los pañitos para la asignatura de hogar.
Allí descubrí la necesidad de encomendarme al Altísimo a través de la oración: La Madre Abencia nos repetía, una y otra vez, que nadie se podía resistir a la llamada de Dios hacia la vocación religiosa y yo rogaba al cielo: - a mi no me llames, por favor, no me llames- .
Allí aprendí a sobrevivir y a hacerme respetar en la jungla de las niñas despiadadas que esperaban cualquier síntoma de debilidad para convertirte primero en su esclava y luego en escoria, rechazada por todas.
Las monjas me enseñaron los trucos necesarios para ser una buena esposa, siempre dos pasos por detrás de tu marido, elegante, sumisa, dedicada por entero a él y a su promoción personal y profesional. Debí faltar mucho a clase en esa época porque no recuerdo ni una sola de las consignas.
Pero sobre todo allí descubrí el valor de la amistad, que la recompensa es más dulce cuanto mayor es el esfuerzo realizado, que hay que saber guardar un secreto y que nunca hay sitio para los traidores y los chivatos.
Los trece años pasados en el colegio de monjas me curtieron sobremanera para manejarme en el mundo exterior, me dejaron un gusto por el latín que aún perdura y una afición por la lectura que nunca podré agradecer lo suficiente.
Pero......¡tan sólo era una niña!....... no era necesaria tanta dureza.
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Confidencias
EL SUSURRO DEL DUENDE (35ª entrega)
- Vaya, que rápido eres, te ha dado tiempo a subir hasta aquí y apagar el ordenador – dijo Javier Vielva en tono mordaz - ¿quién eres? -
- Eso me gustaría saber a mí – respondió Roberto – que tipo de Comisario eres que te permites andar por esta casa como si fuera tuya? ¿Es costumbre en la Policia? .
-Digamos que soy un viejo amigo de Laura, fuimos compañeros de carrera y de algo más – contestó Javier levantando el mentón, mostrando su mejor derecho para estar allí que Roberto.
-¿Y? – preguntó Roberto levantando exageradamente sus cejas.
-No me has respondido todavía – replicó Javier con una dura expresión en su cara – ¿porque apagaste el ordenador? –
Roberto adoptó una expresión burlona y le contestó – Digamos que yo también soy un viejo amigo de Laura, fuimos compañeros de niñez y de algo más....... ¡ah¡ y apagué el ordenador porque estaba encendido.-
La llegada de Laura abortó lo que parecía un inminente desencuentro entre los dos hombres.
-Buenos días – dijo Laura apretando el cinturón de su albornoz, dirigiendo su mirada al Comisario – yo pensé que mi casa era mi reducto de intimidad pero ya veo que no –
No hacían falta palabras, sus miradas lo habían dicho todo, Laura había invitado a Javier a abandonar su casa, Roberto le había transmitido a Javier que era éste el que sobraba y el Comisario a su vez, miró a Laura con un “Ya me voy” y a Roberto con un “Tú ganas, por ahora”.
Laura miró de reojo el ordenador mientras Javier se despedía, su cara de pavor casi la delata, menos mal que Roberto le hizo rápidamente un gesto mostrando el borde de un papel asomando por el bolsillo de su camisa.
Cuando por fin se quedaron solos, Roberto sacó el ticket del bolsillo y mirando a Laura le dijo: -¿Te dice algo de por donde empezar?-
- Eso me gustaría saber a mí – respondió Roberto – que tipo de Comisario eres que te permites andar por esta casa como si fuera tuya? ¿Es costumbre en la Policia? .
-Digamos que soy un viejo amigo de Laura, fuimos compañeros de carrera y de algo más – contestó Javier levantando el mentón, mostrando su mejor derecho para estar allí que Roberto.
-¿Y? – preguntó Roberto levantando exageradamente sus cejas.
-No me has respondido todavía – replicó Javier con una dura expresión en su cara – ¿porque apagaste el ordenador? –
Roberto adoptó una expresión burlona y le contestó – Digamos que yo también soy un viejo amigo de Laura, fuimos compañeros de niñez y de algo más....... ¡ah¡ y apagué el ordenador porque estaba encendido.-
La llegada de Laura abortó lo que parecía un inminente desencuentro entre los dos hombres.
-Buenos días – dijo Laura apretando el cinturón de su albornoz, dirigiendo su mirada al Comisario – yo pensé que mi casa era mi reducto de intimidad pero ya veo que no –
No hacían falta palabras, sus miradas lo habían dicho todo, Laura había invitado a Javier a abandonar su casa, Roberto le había transmitido a Javier que era éste el que sobraba y el Comisario a su vez, miró a Laura con un “Ya me voy” y a Roberto con un “Tú ganas, por ahora”.
Laura miró de reojo el ordenador mientras Javier se despedía, su cara de pavor casi la delata, menos mal que Roberto le hizo rápidamente un gesto mostrando el borde de un papel asomando por el bolsillo de su camisa.
Cuando por fin se quedaron solos, Roberto sacó el ticket del bolsillo y mirando a Laura le dijo: -¿Te dice algo de por donde empezar?-
- Creo que si – respondió ella, llevándole de la mano al despacho y cerrando la puerta tras ellos.
(Continuará)
TODO SIGUE IGUAL
Este post va a levantar ronchas, lo sé. Con todo y con ello voy a tirarme a la piscina, voy a desatar mi lengua y me voy a permitir el lujo de opinar sobre la reforma laboral.
¿Qué porqué? Porque creo que conozco bien el percal, no en vano llevo veinticinco años tomando el pulso al escenario capicúa: empresa versus trabajador versus empresa y porque hace tiempo que deje de intentar gustar a todo el mundo, y eso me da la libertad de opinar a sabiendas de que muchos/algunos no compartáis mi criterio.
Por más que leo el tan traído y llevado Real-Decreto Ley no veo donde esta la reforma, todo sigue igual, no se ha flexibilizado nada, el despido de 45 días sigue existiendo, aunque nos pretenden vender que se ha reducido a 33 días, no es cierto, ese ya existía para algunos colectivos y ahora se aplica a otros, no a todos. No han conseguido alejar a los tribunales para interpretar las causas de despido, luego no pueden dar estabilidad a un mercado, dejando que lo moldee los dispares criterios de nuestros jueces.
Nos han vendido una de paños calientes, porque todo sigue igual, y creedme que la reforma laboral es fácil, lo que pasa que es impopular y quien la acometa saldrá escalabrado, sin duda. Si quieren flexibilizar el mercado laboral sólo hay dos soluciones: O abaratan el despido o vuelven a establecer el contrato temporal de seis en seis meses hasta 3 años.
Me gustaría conocer el currículo de los que han elaborado este Real-Decreto, seguro que no son ni trabajadores ni empresarios, ni unos ni otros lo habrían hecho así.
¿Qué porqué? Porque creo que conozco bien el percal, no en vano llevo veinticinco años tomando el pulso al escenario capicúa: empresa versus trabajador versus empresa y porque hace tiempo que deje de intentar gustar a todo el mundo, y eso me da la libertad de opinar a sabiendas de que muchos/algunos no compartáis mi criterio.
Por más que leo el tan traído y llevado Real-Decreto Ley no veo donde esta la reforma, todo sigue igual, no se ha flexibilizado nada, el despido de 45 días sigue existiendo, aunque nos pretenden vender que se ha reducido a 33 días, no es cierto, ese ya existía para algunos colectivos y ahora se aplica a otros, no a todos. No han conseguido alejar a los tribunales para interpretar las causas de despido, luego no pueden dar estabilidad a un mercado, dejando que lo moldee los dispares criterios de nuestros jueces.
Nos han vendido una de paños calientes, porque todo sigue igual, y creedme que la reforma laboral es fácil, lo que pasa que es impopular y quien la acometa saldrá escalabrado, sin duda. Si quieren flexibilizar el mercado laboral sólo hay dos soluciones: O abaratan el despido o vuelven a establecer el contrato temporal de seis en seis meses hasta 3 años.
Me gustaría conocer el currículo de los que han elaborado este Real-Decreto, seguro que no son ni trabajadores ni empresarios, ni unos ni otros lo habrían hecho así.
Sine ira et studio.
EL SUSURRO DEL DUENDE (34ª entrega)
El Comisario Vielva estaba esperando en el coche cuando Chelo llegó. Eran las ocho y media de la mañana y los chichipanes, herrerillos y petirrojos llevaban ya un buen rato dando la bienvenida al nuevo día.
Javier Vielva alcanzó a Chelo cuando ésta estaba abriendo la puerta. ¡josú que susto ma dao! ¡recontra! ¿Qué hace usted aquí tan de mañana? - Pues ya he llamado un par de veces y no me ha abierto nadie. Laura ¿no está?-
- Sa habrá quedao dormia, últimamente no levanta cabeza –
Chelo entró en la casa seguida de Javier Vielva que una vez dentro sondeó. –Me gustaría subir un momento a la habitación de Diana para comprobar unas cosas, ¿es posible? –
La extremeña no sabía si finalmente Roberto se había quedado a dormir y pensó que si el Comisario se lo encontraba arriba, la situación podía complicarse aún más. No tuvo que esperar mucho para despejar sus dudas, Roberto estaba llamando a la puerta.
¿San caido todos de la cama hoy? refunfuñó Chelo. El Comisario todavía esperaba una respuesta de la niñera, pero el nuevo visitante había despertado de tal manera su interés que se olvidó del objeto de su visita. Chelo se metió en la cocina, dejándoles uno frente al otro en el hall. Javier Vielva se apresuró a presentarse, sin dejar de observar ni uno sólo de los movimientos de Roberto, quien se presentó, a su vez de una manera parca y distante.
Javier Vielva intentó un acercamiento con Roberto para poder ubicarle dentro de la trama, pero Roberto se resistió y rápidamente abortó la maniobra con una sonrisa diciendo: - Disculpa que no pueda contestar a tu interrogatorio, pero es que, como no lo esperaba, me he dejado el abogado en casa.-
Chelo salió de la cocina para ofrecerles un café que los dos rehusaron y el Comisario insistió en su petición de subir a la habitación de Diana, a lo que la niñera asintió de mala gana.
Roberto pensó que tal vez el Comisario husmeara por otros lugares y entrara al despacho. Tenía que comprobar que no había ningún mensaje en la pantalla, así que, cuando el policia entró en la habitación de Diana, subió sigilosamente las escaleras y se coló en el despacho, donde el ordenador aún mostraba el mensaje de la noche anterior. Copió rápidamente en un ticket que tenía en el bolsillo, las frases que se mostraban en la pantalla y apagó el ordenador en el mismo instante en que el Comisario abría la puerta del despacho.
(Continuará)
- Sa habrá quedao dormia, últimamente no levanta cabeza –
Chelo entró en la casa seguida de Javier Vielva que una vez dentro sondeó. –Me gustaría subir un momento a la habitación de Diana para comprobar unas cosas, ¿es posible? –
La extremeña no sabía si finalmente Roberto se había quedado a dormir y pensó que si el Comisario se lo encontraba arriba, la situación podía complicarse aún más. No tuvo que esperar mucho para despejar sus dudas, Roberto estaba llamando a la puerta.
¿San caido todos de la cama hoy? refunfuñó Chelo. El Comisario todavía esperaba una respuesta de la niñera, pero el nuevo visitante había despertado de tal manera su interés que se olvidó del objeto de su visita. Chelo se metió en la cocina, dejándoles uno frente al otro en el hall. Javier Vielva se apresuró a presentarse, sin dejar de observar ni uno sólo de los movimientos de Roberto, quien se presentó, a su vez de una manera parca y distante.
Javier Vielva intentó un acercamiento con Roberto para poder ubicarle dentro de la trama, pero Roberto se resistió y rápidamente abortó la maniobra con una sonrisa diciendo: - Disculpa que no pueda contestar a tu interrogatorio, pero es que, como no lo esperaba, me he dejado el abogado en casa.-
Chelo salió de la cocina para ofrecerles un café que los dos rehusaron y el Comisario insistió en su petición de subir a la habitación de Diana, a lo que la niñera asintió de mala gana.
Roberto pensó que tal vez el Comisario husmeara por otros lugares y entrara al despacho. Tenía que comprobar que no había ningún mensaje en la pantalla, así que, cuando el policia entró en la habitación de Diana, subió sigilosamente las escaleras y se coló en el despacho, donde el ordenador aún mostraba el mensaje de la noche anterior. Copió rápidamente en un ticket que tenía en el bolsillo, las frases que se mostraban en la pantalla y apagó el ordenador en el mismo instante en que el Comisario abría la puerta del despacho.
(Continuará)
EL SUSURRO DEL DUENDE (33ª entrega)
-No te preocupes, mamá, estoy bien, me ha dicho mi amigo el duende que tienes que ganar un juego y yo volveré a casa – Laura se despertó sobresaltada, su hija acababa de hablarle, no había sido un sueño, Diana había estado allí, podía olerla, podía sentir aún su presencia, estaba segura incluso que la había dado un beso. Se levantó rápidamente y recorrió ansiosa toda la casa esperando encontrarla, pero fue inútil, en su lugar encontró un largo mensaje en la pantalla del ordenador:
¿Abogada o Leguleya? La primera ha de ser como la hoja de una espada: recta, flexible, brillante y acerada, la segunda convierte la más noble de las profesiones en el más vil de los oficios. ¿Qué eres? El juego te descubrirá.
Tres son las llaves, tres son las puertas que abren el camino de vuelta a casa. Busca en las fuentes, allí las encontrarás.
Vuelve al bosque urbano en el día más largo del último lapso capicua y busca la llave que te permitirá continuar.
Laura leía una y otra vez el mensaje, el desasosiego no le permitía respirar acompasadamente, quería descifrar el acertijo inmediatamente y cada vez se ponía más nerviosa al descubrir que no comprendía en absoluto su significado.
Eran las tres de la madrugada, estaba sola en casa y sus problemas se transformaban con la oscuridad en monstruos gigantescos que la engullían sin remedio.
A pesar de que no era creyente, sintió unos irrefrenables deseos de rezar, volvió a su habitación, se arrodilló al lado de la cama y con las palmas de sus manos unidas, enfocando sus dedos al cielo, se encomendó al Ser Supremo cuya existencia imploraba y con absoluta entrega le rogó a media voz: “Ayúdame”.
(Continuará)
¿Abogada o Leguleya? La primera ha de ser como la hoja de una espada: recta, flexible, brillante y acerada, la segunda convierte la más noble de las profesiones en el más vil de los oficios. ¿Qué eres? El juego te descubrirá.
Tres son las llaves, tres son las puertas que abren el camino de vuelta a casa. Busca en las fuentes, allí las encontrarás.
Vuelve al bosque urbano en el día más largo del último lapso capicua y busca la llave que te permitirá continuar.
Laura leía una y otra vez el mensaje, el desasosiego no le permitía respirar acompasadamente, quería descifrar el acertijo inmediatamente y cada vez se ponía más nerviosa al descubrir que no comprendía en absoluto su significado.
Eran las tres de la madrugada, estaba sola en casa y sus problemas se transformaban con la oscuridad en monstruos gigantescos que la engullían sin remedio.
A pesar de que no era creyente, sintió unos irrefrenables deseos de rezar, volvió a su habitación, se arrodilló al lado de la cama y con las palmas de sus manos unidas, enfocando sus dedos al cielo, se encomendó al Ser Supremo cuya existencia imploraba y con absoluta entrega le rogó a media voz: “Ayúdame”.
(Continuará)
NOS DEJA SU PALABRA
“En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que soy hoy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser”.
“La importancia que puede tener usar una palabra en vez de otra, aquí, más allá, un verbo más certero, un adjetivo menos visible, parece nada y finalmente lo es todo”.
«Al contrario de lo que suele decirse, el futuro ya está escrito, aunque nosotros no sepamos cómo leer la página, dijo caín mientras se preguntaba de dónde habría sacado la revolucionaria idea, Y qué piensas del hecho de haber sido elegido para vivir esa experiencia, No sé si fui elegido, pero algo sé, algo sí he aprendido, Qué, Que nuestro dios, el creador del cielo y de la tierra, está rematadamente loco, Cómo te atreves a decir que el señor dios está loco, Porque sólo un loco sin conciencia de sus actos admitiría ser el culpable directo de la
muerte de cientos de miles de personas y se comportaría luego como si nada hubiese sucedido, salvo que, y pudiera ser, no se tratara de locura, la involuntaria, la auténtica, sino de pura y simple maldad.» Cain
Mis cuestionamientos aun no tienen respuesta, sin embargo pienso que la gente al no ver autoridad, se siente con la libertad de hacer lo que sea, hasta de violar los derechos de otros, esa es la diferencia entre libertad y libertinaje, pienso que en nuestros días es muy difícil permitir una sociedad meramente libre, ya que la sociedad debe tener algunas limitaciones que regulen su conducta, no me refiero a privar a todo individuo de su libertad, sino regular esta de la misma manera que la de todos, pienso que ese fue el principio de las normas, que es algo sumamente importante para la estabilidad de una sociedad " Ensayo sobre la ceguera
Ahora sois una ciudad sin ley. No tendréis un gobierno para imponer lo que debéis y no debéis hacer, cómo debéis y no debéis comportaros, las calles serán vuestras, os pertenecen, usadla como os apetezca, ninguna autoridad aparecerá cortando el paso y dando el buen consejo, pero tampoco, atended bien lo que os digo, ninguna autoridad os protegerá de ladrones, violadores y asesinos, ésa será vuestra libertad, disfrutadla. Tal vez penséis, ilusoriamente, que, entregados a vuestro albedrío y a vuestros libres caprichos, seréis capaces de organizaros mejor y mejor defender vuestras vidas de los que a su favor hicieron los métodos antiguos y las antiguas leyes. Terrible equívoco el vuestro. Más pronto que tarde os veréis obligados a nombrar jefes que os gobiernen, si es que no son ellos quienes irrumpan bestialmente del inevitable caos en que acabaréis cayendo, y os impongan su ley. Entonces os daréis cuenta de la trágica dimensión de vuestro engaño.. Ensayo sobre la lucidez
DOS MEJOR QUE UNO
Aqui os van dos de mis relatos, no han sido premiados ninguno de los dos, ni tan siquiera han olisqueado el podium de los finalistas, pero con todo y con ello, los he creado yo, me gustan (el primero más que el segundo) y quiero compartirlos con vosotros.
Presentado en el IV Certamen de Relato Corto Renfe Cercanías, 99 palabras y el tema: el viaje, el transito.
TIEMPO DE DESCUENTO
Siempre he sido un alma inquieta, un ser de ninguna parte con rumbo a ningún sitio. He recorrido campos y mesetas, ríos y mares, desiertos y valles buscando mi lugar, sin encontrar mi destino. Ahora que estoy en el tiempo de descuento he descubierto la verdad, justo antes de emprender el último viaje. Me preparo para partir, sin más equipaje que la nostalgia por el tiempo perdido, sin más vestiduras que lo vivido y lo amado, sin más compañía que el dulce sabor del secreto revelado: el viaje es la meta, el fin y el destino.
Este fue presentado esta semana a los Relatos en cadena de la Cadena Ser. 100 palabras y la primera frase tenía que ser: " hace ya tiempo que aquí nadie cree en los milagros"
EL PRECIO DE LA MENTIRA
Hace ya tiempo que aqui nadie cree en los milagros, desde que descubrieron que las apariciones divinas que relataba Rosita, la del herrero, eran una farsa, nadie más se ha atrevido a levantar los pies del suelo. Ni tan siquiera Don Eusebio, el párroco, de por sí proclive al misticismo, se atreve a alzar la vista cuando pasa delante de sus narices el difunto al que acaba de dar cristiana sepultura. Doña Flora, de misa diaria, mira para otro lado, cuando los hilos bailan solos en su mercería. La fantasía de la hija del herrero acalló los misterios que afloran por los rincones. La mentira es lo que tiene.
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Nueve menos un minuto de la mañana, a la puerta del colegio de mi hijo. Me paro en triple fila, no puedo pasar, delante de mi, un coche grande, representativo, tal vez fuera un Audi, no recuerdo, soy un desastre para las marcas y los modelos. A su lado, en paralelo otro coche, también de buena factura. Detrás de mi una “fragoneta” conducida por un gitano.
Del Audi sale una mujer trajeada, melena al viento, con aspecto de consultora, impecable, ayuda a su retoño, que debe rondar los cuatro años a salir del vehículo y le acompaña a la puerta del cole diciéndole amorosamente: “hasta luego cariño, pásatelo bien” “acuerdate de que llevas las galletas en el bolsillo del baby” .
Del otro coche sale otra elegante madre, que bien podía ser directora de marketing de una multinacional, calzando unos vertiginosos tacones. Saca la mochila de su hija del maletero, le da un par de besos, y alcanzo a oír que le dice con extremada dulzura - que tengas un buen día, tesoro -.
A estas alturas, mi hijo que ya ha salido del coche, debe haber llegado a clase. El gitano empieza a impacientarse y toca, por primera vez, la bocina. Por el espejo retrovisor compruebo que va acompañado de otros tres, sentados todos en el asiento de delante, ¡madre mía que tropa! pienso.
Sigo esperando a que las amorosas madres retiren rápidamente sus vehículos y me dejen pasar y entonces ocurre: Las dos distinguidas mujeres que acaban de despedir tierna y dulcemente a sus hijos, se transforman en unas peligrosas arrabaleras que se dicen entre ellas lindezas tales como:- te crees que toda la calle es tuya, idiota- - pero a ti que te pasa, imbecil - - dejas el coche tirado y los demás que se jodan ¿no? - - piérdete, cretina –
Yo no doy crédito a lo que veo ni a lo que oigo, hasta los gitanos se han quedado mudos y dejan de molestar con el claxon.
El coche de la directora de marketing arranca , no sin antes dedicarle un gesto con el dedo corazón a la consultora, que aprovecha para bajar su ventanilla y gritar a los cuatro vientos: -vete a tomar por culo.- .
Ya se han ido las dos y yo sigo ahí sin moverme, conmocionada por lo vivido, intentando recuperarme de la soberbia transformación de dos amantísimas y distinguidísimas madres en dos toscas y violentas barriobajeras disfrazadas de educadas féminas.
Los gitanos me devuelven a la realidad del momento, con sus bocinazos y sus aspavientos que amenazan con transformarse en –mira que nos bajamos y te vas a enterar –
Salgo por ruedas, que no por pies, de la calle y me dirijo a la vorágine diaria que hoy me ha parecido más civilizada y calmada que nunca.
A lo mejor, mis amigas las arrabaleras estaban ya nerviosas porque sabían que España iba a perder el partido de hoy, pero ¡queda todo el mundial! ¡tampoco es para ponerse así! .
Del Audi sale una mujer trajeada, melena al viento, con aspecto de consultora, impecable, ayuda a su retoño, que debe rondar los cuatro años a salir del vehículo y le acompaña a la puerta del cole diciéndole amorosamente: “hasta luego cariño, pásatelo bien” “acuerdate de que llevas las galletas en el bolsillo del baby” .
Del otro coche sale otra elegante madre, que bien podía ser directora de marketing de una multinacional, calzando unos vertiginosos tacones. Saca la mochila de su hija del maletero, le da un par de besos, y alcanzo a oír que le dice con extremada dulzura - que tengas un buen día, tesoro -.
A estas alturas, mi hijo que ya ha salido del coche, debe haber llegado a clase. El gitano empieza a impacientarse y toca, por primera vez, la bocina. Por el espejo retrovisor compruebo que va acompañado de otros tres, sentados todos en el asiento de delante, ¡madre mía que tropa! pienso.
Sigo esperando a que las amorosas madres retiren rápidamente sus vehículos y me dejen pasar y entonces ocurre: Las dos distinguidas mujeres que acaban de despedir tierna y dulcemente a sus hijos, se transforman en unas peligrosas arrabaleras que se dicen entre ellas lindezas tales como:- te crees que toda la calle es tuya, idiota- - pero a ti que te pasa, imbecil - - dejas el coche tirado y los demás que se jodan ¿no? - - piérdete, cretina –
Yo no doy crédito a lo que veo ni a lo que oigo, hasta los gitanos se han quedado mudos y dejan de molestar con el claxon.
El coche de la directora de marketing arranca , no sin antes dedicarle un gesto con el dedo corazón a la consultora, que aprovecha para bajar su ventanilla y gritar a los cuatro vientos: -vete a tomar por culo.- .
Ya se han ido las dos y yo sigo ahí sin moverme, conmocionada por lo vivido, intentando recuperarme de la soberbia transformación de dos amantísimas y distinguidísimas madres en dos toscas y violentas barriobajeras disfrazadas de educadas féminas.
Los gitanos me devuelven a la realidad del momento, con sus bocinazos y sus aspavientos que amenazan con transformarse en –mira que nos bajamos y te vas a enterar –
Salgo por ruedas, que no por pies, de la calle y me dirijo a la vorágine diaria que hoy me ha parecido más civilizada y calmada que nunca.
A lo mejor, mis amigas las arrabaleras estaban ya nerviosas porque sabían que España iba a perder el partido de hoy, pero ¡queda todo el mundial! ¡tampoco es para ponerse así! .
EL SUSURRO DEL DUENDE (32ª Entrega)
-No puedes hundirte, no ahora, antes de que Diana aparezca, la policía está rastreando por su parte, y nosotros vamos a hacerlo por la nuestra. Vamos a esperar a que conteste e iremos viendo qué hacer, ¿te parece? – preguntó Roberto acariciando las manos de Laura entre las suyas.
- Necesito tu ayuda, estoy completamente bloqueada, no paro de darle vueltas a todo, me voy a volver loca, incluso he pensado que Luis ....... que su propio padre.........- la voz de Laura se ahogó en un desconsolado llanto.
- Aunque, por otra parte, tengo el pálpito de que esta viva - concluyó Laura en cuanto se repuso.
- Venga, vámonos a dar un paseo y despejarnos un poco – dijo Roberto tirando de Laura. –Te sentará bien –
Pasearon por la Casa de Campo disfrutando de la belleza del atardecer y repasando los mejores momentos de sus recuerdos en Loya. Durante varios minutos, Roberto consiguió que no hablaran de Diana, pero Laura no tardó en sacar el tema nuevamente.
- ¿Tu crees que ha podido ser el duende? Parece mentira que te esté preguntando esto, si yo no creo en los duendes – dijo Laura parándose en seco delante de Roberto.
- Puede ser, a los duendes les gusta mucho jugar........además después de la actitud de Luis la noche de la desaparición es probable que nuestro duende particular esté muy enfadado y si ha sido él quien se la ha llevado, nos va a hacer sudar para recuperarla. – respondió Roberto.
Era de noche cuando volvieron a casa. Chelo había dejado la cena preparada en el horno y se había ido. Durante la cena, Laura le relató a Roberto sosegadamente los detalles de su relación con Luis, los mejores y los peores momentos vividos con él, y cómo finalmente le había desterrado a los infiernos.
Cuando terminó de hablar, Roberto, acomodándose en su silla, le hizo una larga confesión :
- Necesito tu ayuda, estoy completamente bloqueada, no paro de darle vueltas a todo, me voy a volver loca, incluso he pensado que Luis ....... que su propio padre.........- la voz de Laura se ahogó en un desconsolado llanto.
- Aunque, por otra parte, tengo el pálpito de que esta viva - concluyó Laura en cuanto se repuso.
- Venga, vámonos a dar un paseo y despejarnos un poco – dijo Roberto tirando de Laura. –Te sentará bien –
Pasearon por la Casa de Campo disfrutando de la belleza del atardecer y repasando los mejores momentos de sus recuerdos en Loya. Durante varios minutos, Roberto consiguió que no hablaran de Diana, pero Laura no tardó en sacar el tema nuevamente.
- ¿Tu crees que ha podido ser el duende? Parece mentira que te esté preguntando esto, si yo no creo en los duendes – dijo Laura parándose en seco delante de Roberto.
- Puede ser, a los duendes les gusta mucho jugar........además después de la actitud de Luis la noche de la desaparición es probable que nuestro duende particular esté muy enfadado y si ha sido él quien se la ha llevado, nos va a hacer sudar para recuperarla. – respondió Roberto.
Era de noche cuando volvieron a casa. Chelo había dejado la cena preparada en el horno y se había ido. Durante la cena, Laura le relató a Roberto sosegadamente los detalles de su relación con Luis, los mejores y los peores momentos vividos con él, y cómo finalmente le había desterrado a los infiernos.
Cuando terminó de hablar, Roberto, acomodándose en su silla, le hizo una larga confesión :
- ¿Sabes?..... Me he pasado la vida amándote en silencio. Nunca te lo he dicho ...... cuando era un chaval por timidez, por miedo al rechazo.... pensaba que yo no merecía una chica como tu, eras demasiado para mi; después porque tu tenías una familia y yo otra, y así fue pasando la vida, contigo siempre a mi lado y siempre lejos, añorándote, deseándote, abrazando tu recuerdo......y ahora.......... que estoy aquí, contigo, sin barreras, sin obstáculos, juntos por fin, ........resulta que.... no he venido para ocupar el puesto que Luis dejó, no quiero eso...... estoy aquí en respuesta al grito de auxilio de una amiga del alma .
(Continuará)
LOS REYES DEL TÓPICO
En todas las reuniones de amigos, donde cada oveja va con su pareja, nunca falta el chascarrillo de ellos sobre el lastre que supone el matrimonio.
Que si el matrimonio es un acuerdo económico..........que si me he casado con ella y con toda su familia.................que si mi padre no me advirtió lo que era esto.......bla,bla, bla y bla,bla,bla
¡Como os gusta adheriros a los tópicos! ¡Como os gusta convertiros en el Mariano de Forges burdamente pisoteado por la Concha!. Y yo que creo que, en el fondo, todas esas risas a costa de vuestras mujeres, es una forma de mantener vuestra mal entendida hombría ante vuestros amigotes, no sea que vayan a creerse que estáis con ellas por amor............
Ayer, durante la comida, Carlos, parapetado por el otro Carlos, que apuntillaba sus frases, hizo una larga disertación sobre el maridaje y sus grandes inconvenientes, con más pose que sentimiento. Todos los demás entraban y salían en la conversación excepto yo, que allá donde haya polémica, allá que estoy, echando más leña al fuego.
La verdad es que es un tema que da mucho juego, o mejor dicho, vosotros, sois los que dais mucho juego, porque vuestra condición os impide reconocer que estáis donde habéis querido estar, compartís vuestra vida con la mujer que amáis y bajo esas poses de comemundos, se encuentran almas sensibles y tiernas que tienen miedo a que las descubran, no vaya nadie a creerse que sois gais. Claro que teniendo en cuenta la ubicación de vuestra única neurona.......¡que más os vamos a pedir!.
Que si el matrimonio es un acuerdo económico..........que si me he casado con ella y con toda su familia.................que si mi padre no me advirtió lo que era esto.......bla,bla, bla y bla,bla,bla
¡Como os gusta adheriros a los tópicos! ¡Como os gusta convertiros en el Mariano de Forges burdamente pisoteado por la Concha!. Y yo que creo que, en el fondo, todas esas risas a costa de vuestras mujeres, es una forma de mantener vuestra mal entendida hombría ante vuestros amigotes, no sea que vayan a creerse que estáis con ellas por amor............
Ayer, durante la comida, Carlos, parapetado por el otro Carlos, que apuntillaba sus frases, hizo una larga disertación sobre el maridaje y sus grandes inconvenientes, con más pose que sentimiento. Todos los demás entraban y salían en la conversación excepto yo, que allá donde haya polémica, allá que estoy, echando más leña al fuego.
La verdad es que es un tema que da mucho juego, o mejor dicho, vosotros, sois los que dais mucho juego, porque vuestra condición os impide reconocer que estáis donde habéis querido estar, compartís vuestra vida con la mujer que amáis y bajo esas poses de comemundos, se encuentran almas sensibles y tiernas que tienen miedo a que las descubran, no vaya nadie a creerse que sois gais. Claro que teniendo en cuenta la ubicación de vuestra única neurona.......¡que más os vamos a pedir!.
El no poder mascar chicle y cruzar la calle a la vez, es lo que tiene.
EL SUSURRO DEL DUENDE (31ª entrega)
Se cobijó entre sus brazos y se apretó contra su pecho, buscando la protección que tanto necesitaba, -has venido – repetía mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
-¡Como no iba a venir!- respondió él luchando por contener la emoción y estrechando a Laura con la fuerza del sentimiento.
Así permanecieron hasta que la puerta de la calle se abrió tras de ellos y Chelo apareció cargada con un carro de compra y varias bolsas de mano.
- Jesú, ¿otro policía que también estudió con usted? De su quinta no salió ninguno abogao.-
Laura le presentó a Roberto como un amigo de la infancia que había venido a ayudarla y Chelo le miró descaradamente de arriba abajo, explorando abiertamente sus intenciones. – ¿Le preparo la cama de la habitación de invitaos? – preguntó a Laura sin dejar de mirar a Roberto, que la contemplaba con una mirada divertida.
-No, no, estoy alojado en un hotel que está cerca de aquí - respondió él. Laura intentó convencerle para que cancelara su reserva y se quedara en casa, pero no lo logró, para satisfacción de Chelo que lo había recibido con desconfianza.
Laura estaba impaciente por contarle el misterio del ordenador a Roberto y por enseñarle la frase de la pantalla y oir su opinión al respecto, así que subió con él al despacho, mientras Chelo murmuraba en el hall: “ aparece un gallo en el gallinero y la gallina se pone sus mejores galas, ¡ay Virgen Santa lo que nos tocará ver!" . Desde que Diana había desaparecido, Chelo estaba especialmente irascible, todo le parecía mal y andaba maldiciendo a cada instante.
- ¿Qué te parece? – ¿Quién puede estar detrás de esto?- le preguntó Laura ante la pantalla del ordenador. -Nadie tiene acceso a él, excepto Chelo y yo, y Chelo........bueno ya has visto, descartada.-
Roberto leía una y otra vez la frase, y finalmente concluyó: - Tenemos que intentar que siga hablando para saber quien es y que es lo que pretende – y tecleó: - y sino juego ¿qué? – Miró a Laura buscando su aprobación pero en su lugar encontró una mirada aterrada e indefensa.
Le acarició la mejilla con el dorso de su mano diciéndole – no me moveré de tu lado hasta que Diana vuelva. -
(Continuará)
EL RELATO DE ESTA SEMANA
El otro día me preguntaba Beatriz porqué tardo tanto en colgar los relatos que envio al concurso de la Cadena Ser, si lo escribo la semana anterior. Os lo voy a contar: el relato tiene que ser inédito y no haber sido publicado ni colgado en ningún medio. Si tu relato es elegido entre los tres mejores te avisan antes de las 12:00 del miercoles. Como yo no pierdo la esperanza de que un día suene la flauta, espero a tener la certeza de que no ha sido seleccionado para colgarlo en el blog. Esa es la razón.
Esta semana el relato tenía que empezar con la frase "la carne rebozada fria no vale nada" . Ya me direis si os ha gustado:
NIÑAS ¡AL SALON!
NIÑAS ¡AL SALON!
-La carne rebozada fría no vale nada, lo que está en alza es la carne fresca, sin conservantes ni colorantes, tierna, jugosa, que se deshaga con sólo mirarla, que esté para comérsela y que cuando el cliente la pruebe, no pueda vivir sin ella y repita y repita.... ¿Estamos? Así que ya sabéis, nada de maquillajes, nada de miradas vacías, nada de caricias frías. Quiero frescura, quiero verlos postrados a vuestros pies, llenando nuestros bolsillos.- La madama dio por terminada la consigna del día y dando rápidas palmadas dijo: -Vamos, vamos, no perdáis tiempo. Niñas ¡al salón!- .
EL SUSURRO DEL DUENDE (30ª entrega)
El tiempo pasaba inexorablemente sin noticias de Diana. El Comisario Vielva entraba y salía de casa de Laura, buscando alguna pista, algún indicio que les indicara donde buscar, había inspeccionado la habitación de Diana muchas veces sin encontrar nada que le sirviera para avanzar la investigación.
Laura le había hablado de Arturo Hidalgo y del primer contacto con él, de la forma misteriosa en la que había aparecido , del interés que había mostrado por Diana, y de cómo había conseguido su dirección personal. Esteban se opuso a que lo hiciera, advirtiéndole que no sólo podía incurrir en vulneración del secreto profesional, sino que esta circunstancia les haría perder el mejor cliente de su vida. Laura, no atendió a razones, estaba dispuesta a poner el mundo patas arriba y pagar el precio que hiciera falta con tal de encontrar a Diana, aun cuando perdiera el apoyo de Esteban.
Javier Vielva estaba rastreando también el entorno más cercano a Chelo, su hijo Jonathan había sido interrogado y estaba siendo objeto de seguimiento policial, todas las líneas de investigación estaban abiertas.
Luis, se había ido finalmente a Cleveland y Laura cada día estaba más sola, no había vuelto al bufete desde la desaparición de Diana, no tenía fuerzas para hacer nada que no fuera esperar en casa a que volviera su hija. Vivía pendiente de la pantalla del ordenador que tenía en el despacho de casa, lo mantenía permanentemente encendido, esperando un nuevo mensaje que nunca llegaba. No le había hablado a Javier de ello, algo en su interior le aconsejó no hacerlo.
-Voy a salil un momentino, está la nevera vacía, no tenemos de ná – Chelo se quedó un instante en la puerta, contemplando a Laura – Anímese, señora, no pue seguir así, que se va a ponel mala- Chelo se alejó susurrando - con lo arreglá que iba siempre y lo abandoná que está ahora –
Las palabras de Chelo sirvieron de aldabonazo para Laura que se miró al espejo y no se encontró, en su lugar vio una mujer de mediana edad, envejecida, sin fuerzas, con unas marcadas ojeras, un rictus de amargura en sus labios, una melena despeinada y una apariencia descuidada. Se refugió bajo la ducha, secó y peinó cuidadosamente su pelo , y por primera vez en muchos días, dedicó unos minutos a elegir la ropa que se iba a poner. Culminó la transformación poniendo color en sus labios y remarcando el perfil de sus ojos. Volvió a reencontrarse ante el espejo e incluso sintió por un momento la sensación de estar viva, algo que había olvidado en la última semana.
Se dirigía al despacho cuando sonó el timbre de la puerta, -Chelo se ha ido sin llaves- pensó Laura, aún así no pudo resistir la tentación de mirar la pantalla del ordenador, por si acaso, antes de bajar a abrir.
Sintió un vuelco en el corazón cuando descubrió una nueva frase en la pantalla: "Si quieres jugar, has de saber que puedes ganar pero también puedes perder. Si ganas, recuperas a Diana, si pierdes, me quedo con tu hija y con tu vida. ¿juegas? "
Las sienes le palpitaban, su respiración se convertía en una entrecortada melodía y el timbre volvía a sonar, recordándole que alguien deseaba entrar.
Bajó trotando las escaleras –¿Olvidaste las llaves, Chelo? iba diciendo al tiempo que abría la puerta.
Se quedó parada, capturada por la sorpresa, pero rápidamente se lanzó al abrazo del recién llegado
-Roberto ¡estás aquí!!-
(Continuará)
Laura le había hablado de Arturo Hidalgo y del primer contacto con él, de la forma misteriosa en la que había aparecido , del interés que había mostrado por Diana, y de cómo había conseguido su dirección personal. Esteban se opuso a que lo hiciera, advirtiéndole que no sólo podía incurrir en vulneración del secreto profesional, sino que esta circunstancia les haría perder el mejor cliente de su vida. Laura, no atendió a razones, estaba dispuesta a poner el mundo patas arriba y pagar el precio que hiciera falta con tal de encontrar a Diana, aun cuando perdiera el apoyo de Esteban.
Javier Vielva estaba rastreando también el entorno más cercano a Chelo, su hijo Jonathan había sido interrogado y estaba siendo objeto de seguimiento policial, todas las líneas de investigación estaban abiertas.
Luis, se había ido finalmente a Cleveland y Laura cada día estaba más sola, no había vuelto al bufete desde la desaparición de Diana, no tenía fuerzas para hacer nada que no fuera esperar en casa a que volviera su hija. Vivía pendiente de la pantalla del ordenador que tenía en el despacho de casa, lo mantenía permanentemente encendido, esperando un nuevo mensaje que nunca llegaba. No le había hablado a Javier de ello, algo en su interior le aconsejó no hacerlo.
-Voy a salil un momentino, está la nevera vacía, no tenemos de ná – Chelo se quedó un instante en la puerta, contemplando a Laura – Anímese, señora, no pue seguir así, que se va a ponel mala- Chelo se alejó susurrando - con lo arreglá que iba siempre y lo abandoná que está ahora –
Las palabras de Chelo sirvieron de aldabonazo para Laura que se miró al espejo y no se encontró, en su lugar vio una mujer de mediana edad, envejecida, sin fuerzas, con unas marcadas ojeras, un rictus de amargura en sus labios, una melena despeinada y una apariencia descuidada. Se refugió bajo la ducha, secó y peinó cuidadosamente su pelo , y por primera vez en muchos días, dedicó unos minutos a elegir la ropa que se iba a poner. Culminó la transformación poniendo color en sus labios y remarcando el perfil de sus ojos. Volvió a reencontrarse ante el espejo e incluso sintió por un momento la sensación de estar viva, algo que había olvidado en la última semana.
Se dirigía al despacho cuando sonó el timbre de la puerta, -Chelo se ha ido sin llaves- pensó Laura, aún así no pudo resistir la tentación de mirar la pantalla del ordenador, por si acaso, antes de bajar a abrir.
Sintió un vuelco en el corazón cuando descubrió una nueva frase en la pantalla: "Si quieres jugar, has de saber que puedes ganar pero también puedes perder. Si ganas, recuperas a Diana, si pierdes, me quedo con tu hija y con tu vida. ¿juegas? "
Las sienes le palpitaban, su respiración se convertía en una entrecortada melodía y el timbre volvía a sonar, recordándole que alguien deseaba entrar.
Bajó trotando las escaleras –¿Olvidaste las llaves, Chelo? iba diciendo al tiempo que abría la puerta.
Se quedó parada, capturada por la sorpresa, pero rápidamente se lanzó al abrazo del recién llegado
-Roberto ¡estás aquí!!-
(Continuará)
LA PALABRA, UNA Y OTRA VEZ
Mi admiración por ella se remonta a la niñez, a la primera vez que convertida en voz descubrí como sonaban mis sentimientos, la experiencia me hizo vibrar.
Después fui descubriendo su magia de la mano de los grandes maestros, que jugando con ella , acariciándola , la hicieron bailar al son de sus corazones, convirtiéndola en eternidad.
A menudo me quedo enganchada a ese verso que respira vida y lo releo una y otra vez con la esperanza de descubrir el misterio de su ser, me paro en él, me pierdo en él y me emociono una y mil veces con su lectura.
Cada instante me acerco a ella buscando sus favores, implorándole que me desvele su secreto, que me entregue su cuerpo y su alma, aunque sólo sea por una vez y se obre el milagro.
Después fui descubriendo su magia de la mano de los grandes maestros, que jugando con ella , acariciándola , la hicieron bailar al son de sus corazones, convirtiéndola en eternidad.
A menudo me quedo enganchada a ese verso que respira vida y lo releo una y otra vez con la esperanza de descubrir el misterio de su ser, me paro en él, me pierdo en él y me emociono una y mil veces con su lectura.
Cada instante me acerco a ella buscando sus favores, implorándole que me desvele su secreto, que me entregue su cuerpo y su alma, aunque sólo sea por una vez y se obre el milagro.
Espero el día en que lleguemos a la perfecta comunión, en que acepte convertirse en mi lágrima, en mi risa, en mi miedo, en todo ello y en nada más.
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Confidencias
EL SUSURRO DEL DUENDE (30ª entrega)
Las horas transcurrían sin noticias de Diana, varias dotaciones policiales seguían buscándola por la Casa de Campo sin encontrar huella alguna y la desesperación de Laura se hacía cada vez más grande. No quería ver a nadie, no quería repetir la misma historia una y otra vez, quería dormir la pesadilla que estaba viviendo para poder despertarse al lado de su hija.
Iba a subir al despacho cuando apareció Luis, se acercó a ella y la abrazó cálida y largamente. Laura recibió el abrazo como si fuera una marioneta sin hilos, un cuerpo desmadejado y ausente, ajeno al calor que recibía.
El le pidió perdón una y mil veces, le dijo que estaba tremendamente arrepentido y que nunca más volvería a ocurrir algo así, que todo se resolvería, encontrarían a Diana, que él se había dado cuenta de que era una niña especial, que había entendido el mensaje. Con los ojos cubiertos de lágrimas, le dijo que la amaba tanto que no podía imaginar una vida sin ella, le suplicó que le diera una última oportunidad, que esta vez iba a ser distinto, porque finalmente había aceptado a su hija tal y como era.
Iba a subir al despacho cuando apareció Luis, se acercó a ella y la abrazó cálida y largamente. Laura recibió el abrazo como si fuera una marioneta sin hilos, un cuerpo desmadejado y ausente, ajeno al calor que recibía.
El le pidió perdón una y mil veces, le dijo que estaba tremendamente arrepentido y que nunca más volvería a ocurrir algo así, que todo se resolvería, encontrarían a Diana, que él se había dado cuenta de que era una niña especial, que había entendido el mensaje. Con los ojos cubiertos de lágrimas, le dijo que la amaba tanto que no podía imaginar una vida sin ella, le suplicó que le diera una última oportunidad, que esta vez iba a ser distinto, porque finalmente había aceptado a su hija tal y como era.
Laura al pie de la escalera, le miraba con absoluta frialdad y con una total indiferencia le dijo: -nuestro tiempo se ha acabado, yo también he entendido el mensaje, no quiero saber nada de ti, no sabes como me pesa que seas el padre de mi hija ¡que tremendo error! No se si algún día podré perdonármelo. –
Luis nunca se daba por vencido y respondió con una gran humildad – sé que todo lo que he ido perdiendo en el camino hacia ti, tengo que conseguirlo de nuevo, pero lo haré, ya verás como lo conseguiré, volveré a conquistar tu corazón –
- No te molestes, ya es tarde, es inútil que intentes nada, mi corazón ya está muerto – replicó Laura dándose la vuelta y empezando a subir las escaleras.
- Solo una cosa- intervino Luis para captar nuevamente la atención de Laura – Me han aprobado el proyecto, finalmente les ha gustado, gracias a tus excelentes observaciones – Laura sintió una nausea por lo que acababa de oir- lo que pasa es que les corre mucha prisa, y quieren empezar ya su desarrollo. Me voy pasado mañana a Cleveland y estaré por lo menos tres meses-
Ahora todo encajaba, él realmente venía a comunicarle que se iba, ¿Cómo podía marcharse con Diana desaparecida? Laura constató sus peores sospechas, en el fondo, todo lo que no fuera él, le importaba un bledo. La indignación de ella era tan grande que sólo atinó a decirle – Eres un cerdo – y desapareció escaleras arriba.
Chelo observaba a Luis desde la puerta de la cocina, había escuchado toda la conversación , mientras sacaba brillo a una cazuela de tanto secarla y finalmente no pudo contenerse – Pero como se va a il, dejando a la Señora sola y la Diana sin aparecer........y yo que creía que esas cosas sólo las hacían los hombres sin estudios!!!!
-Esto no es asunto tuyo- respondió Luis cerrándole la puerta de la cocina, y permaneciendo en el hall, en tono pensativo, acariciándose el mentón como si de esa manera fuera más fácil que surgiera una idea brillante para resolver la situación.
(Continuará)
VIAJE EN BALDE
Más de 500 kilómetros en un día para apagar un fuego que luego resultó ser un jarro de agua fría.
Una copiosa herencia, un matrimonio mayor, envenenado por un odio cosechado cuidadosamente durante veinte años y el mundo entero contra ellos. Tres agotadoras horas de reunión, la primera para enterarnos de qué es lo que querían, la segunda para decirles qué es lo que tenían que hacer y la tercera para comprobar que no venían buscando nuestro consejo, sino nuestra adhesión a su causa.
Ella, una mujer de porte distinguido y finos modales, no tardó en convertirse en la hidra de las siete cabezas cuando comprobó que no estábamos de su parte, no quería escuchar soluciones, quería seguir quejándose por las esquinas y echando por la boca la hiel que con tanto esmero llevaba veinte años fabricando.
El, un hombre elegante, que se asomaba al mundo a través de la traducción simultanea de su esposa desde hace dos décadas, estaba queriendo entender nuestras explicaciones, menos mal que ella le llevaría nuevamente al redil, cuando volvieran a casa.
Tres horas durante las que Ramón y yo cruzábamos furtivamente nuestras miradas, en busca de consignas de actuación al unísono, la última fue clara “ vámonos que aquí no hacemos nada ”.
Dimos por terminada la reunión a la vez que nuestra paciencia y tras comprobar que habíamos hecho el viaje en balde y que habíamos perdido todo el día, decidimos darnos un homenaje en un restaurante de cocina de autor.
Un homenaje por los muchos momentos en los que aguantas el tirón y contienes tu lengua para no decir a alguien una verdad que se merece y que no soportaría escuchar.
Un homenaje por las muchas horas invertidas en trabajar los problemas de otros, que casi nunca compensan los tiempos robados a nuestras familias.
Un homenaje por nuestra dedicación y porque todavía somos capaces de creer en lo que hacemos.
Un homenaje porque a día de hoy podemos decir, con la cabeza muy alta, que actuamos conforme a los dictados de nuestras conciencias y no de nuestros bolsillos.
Una copiosa herencia, un matrimonio mayor, envenenado por un odio cosechado cuidadosamente durante veinte años y el mundo entero contra ellos. Tres agotadoras horas de reunión, la primera para enterarnos de qué es lo que querían, la segunda para decirles qué es lo que tenían que hacer y la tercera para comprobar que no venían buscando nuestro consejo, sino nuestra adhesión a su causa.
Ella, una mujer de porte distinguido y finos modales, no tardó en convertirse en la hidra de las siete cabezas cuando comprobó que no estábamos de su parte, no quería escuchar soluciones, quería seguir quejándose por las esquinas y echando por la boca la hiel que con tanto esmero llevaba veinte años fabricando.
El, un hombre elegante, que se asomaba al mundo a través de la traducción simultanea de su esposa desde hace dos décadas, estaba queriendo entender nuestras explicaciones, menos mal que ella le llevaría nuevamente al redil, cuando volvieran a casa.
Tres horas durante las que Ramón y yo cruzábamos furtivamente nuestras miradas, en busca de consignas de actuación al unísono, la última fue clara “ vámonos que aquí no hacemos nada ”.
Dimos por terminada la reunión a la vez que nuestra paciencia y tras comprobar que habíamos hecho el viaje en balde y que habíamos perdido todo el día, decidimos darnos un homenaje en un restaurante de cocina de autor.
Un homenaje por los muchos momentos en los que aguantas el tirón y contienes tu lengua para no decir a alguien una verdad que se merece y que no soportaría escuchar.
Un homenaje por las muchas horas invertidas en trabajar los problemas de otros, que casi nunca compensan los tiempos robados a nuestras familias.
Un homenaje por nuestra dedicación y porque todavía somos capaces de creer en lo que hacemos.
Un homenaje porque a día de hoy podemos decir, con la cabeza muy alta, que actuamos conforme a los dictados de nuestras conciencias y no de nuestros bolsillos.
MICRORRELATO CON FRASES EN CADENA
La cena se enfriaba en la mesa, es la primera frase con la que tiene que empezar el relato de la Cadena Ser de esta semana. Yo he mandado éste, a ver si os gusta
COMO TODOS LOS SÁBADOS
La cena se enfriaba en la mesa, como todos los sábados desde hacía dos años, esperando que ella apareciera con esa falda de gasa azul que se escurría suavemente por sus caderas y se sentara en su mesa, aceptando finalmente su invitación, regalándole la magia de su sonrisa y el vértigo de su cuerpo. Daban las diez, él se colocó tras la mirilla de la puerta, esperándola. Tras unos minutos la vio acercarse, su corazón pujaba por salir a recibirla, estaba tan cerca que podía tocar el timbre, pero no lo hizo. Como todos los sábados, abrió la puerta de al lado y desapareció
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