La Forastera
María
deja de amasar, están tocando a concejo, cubre la masa con un lienzo
de lino, la coloca sobre la trébede y sale apresurada de la cocina.
Desde que quedó viuda, no sabe si va o si viene, es padre y madre,
vecina con voz y voto, y hembra imposible para los que merodean sus
faldas.
Cuando
ella llega se hace el silencio, las mujeres del otro lado del puerto
nunca fueron bien vistas. Sostiene la mirada a todos, no ha nacido
varón que se atreva a encoger las lindes de su huerto, ni a robarle
el turno en el molino. Pregunta a la concurrencia dónde está la
leña que apilaba bajo el hórreo, pero nadie contesta. Hablan de los
caminos, de los pastos y del prado del toro. María insiste, todos
callan. Sale un instante y vuelve blandiendo una traenta, recuerda al
ladrón que si la leña no vuelve a su sitio, le ensartará la otra
pierna. Van saliendo todos delante de ella, todos menos Nicolás, su
cuñado. Nunca pudo disimular que no la quería en la familia y desde
hace unos días, tampoco su cojera.
RELATO FUERA DE CONCURSO
Abriendo boca para el concurso... os animo a participar, os esperan grandes premios ¿los vais a dejar escapar? Os arrepentiríais, seguro, que lo sé yo.