EL CONFINAMIENTO DE UNA CAMPEONA




Cada mañana, como un acto reflejo, miro por mi ventana hacia las suyas y después al cielo, esperando que el día transcurra sin sobresaltos. Desde que empezó toda esta locura no ha pisado la calle, sola en casa, sin más compañía que la radio y el “ok google” al que le pide que le ponga asturianadas y no comprende por qué no lo hace. Menos mal que su nieta le enseñó a utilizar las videollamadas de whatssap, así que cada noche se pone su collar de perlas y se reúne con sus hijos y nietos y comentan cómo ha ido el día. En ocasiones se unen invitados sorpresa que se asoman a su ventana virtual para charlar un rato con ella. Para alguien que pasó la guerra y que, cuando era niña, envolvían en toallas empapadas de nieve para bajarle la fiebre, esto es una prueba más que encara con esa actitud positiva con la que envuelve su vida y la de todos los que estamos a su alrededor. Sigue cocinando como nadie, sus cocidos, tortillas de patata y tartas de manzana son insuperables. Esta vez la tarta corre de nuestra cuenta y cuando esta noche nos asomemos a su ventana virtual encenderemos una vela cada uno para que ella las sople en soledad pero más acompañada que nunca. Se llama Sara y hoy cumple 92 años.


¡¡Felicidades mamá!!