Biografía capilar
Los cien años de la abuela
estaban recogidos en la negra cabellera que escondía celosamente en un moño.
Cada noche lo deshacía y tamizaba con un peine de púas apretadas para despegar
de sus cabellos las miserias que no eran suyas. Lo componía de nuevo por la
mañana, entrelazando su pelo con las
lágrimas de la melancólica Julita, la hija que no encontró su camino; los
éxitos del nieto que le salió listo y la mala vida que le dio Venancio, que
acabó con sus ahorros y su paciencia. Siempre había un reproche para él al
colocar la última horquilla.
(Con este relato gané el Concurso de Wonderland esta semana. Este triunfo me viene tras una larga época de sequía y me ha sabido rico, rico)