NUEVO PRIMER PREMIO EN TRIPLE C





EL COYOTE DESTRONADO


La casa entera se desplomará sobre ella y desaparecerá entre los escombros. Cuando quieran rescatarla ya será tarde, no habrá nada que hacer. Mamá llorará un tiempo y a papá le volverá ese tic que le sale en los ojos cuando se pone nervioso, pero se les pasará y volveremos a ser felices los tres solos. Ahora solo me queda ver como consigo yo un explosivo que no sea de la marca “ACME” para deshacerme de esta intrusa  que duerme plácidamente en la cuna. 


(Con este microrrelato me he hecho con el primer premio por votación popular del concurso de minificciones en cadena de Triple C en la pasada quincena) 


TRAICIÓN ETERNA


 
Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido, no había carta del más acá, otro lunes  sin noticias de  mamá -¿Dónde se habría metido?-  Ella nunca faltaba  a la cita, nos dejaba nota  de las  novedades  en  la otra orilla  junto con una flor de jacarandá y se iba.   Papá hizo indagaciones por si había cruzado la línea pero no constaba en ninguno de los archivos de ultramundo. Un olor familiar nos condujo a una tumba nueva de  la calle 53, allí estaba   la flor de jacarandá y  su carta. Papa la recogió aliviado   -¿Mi amado Leonardo? ¡Pero si yo me llamo Paco!-



DE VEZ EN CUANDO, UN SUSPIRO


Para Juan

Antes de ti no recuerdo cuanto duraba el tiempo, después de ti el valor de un instante se torna  eterno.   

LA TIA RITA YA TIENE IMAGEN


Primero vino la Tía Rita, después lo hizo su historia,  luego una cálida voz la contó y un piano la cantó. Solo faltaba verle la cara y de eso se ha encargado magistralmente Juanlu, cerrando la cuadratura del círculo, como él muy bien dice.
Voy a tener que cambiar la historia y cuando dice "saltó al vacío pero se levantó y siguió muriendo" vamos a tener que leer "saltó al vacío, primero flotó y luego siguió volando" aja,ja,ja. 


LA TRISTE HISTORIA DE LA TÍA RITA

Nació ya siendo mayor y se perdió lo mejor, por eso siempre luce la sonrisa de un monigote triste. Se quedó enganchada en esa guerra que le robó los besos que nunca dio y los novios que nunca tuvo, y se refugió en la pegajosa felicidad de las pastillas de café con leche. Una noche de marzo, cuando los caramelos empezaron a saberle a café amargo, saltó al vacío, pero se levantó y siguió muriendo. Ahora ya ni los prueba, no sea que se le peguen a los dientes que no tiene y a los recuerdos que no guarda. 




SIN SALIDA




-Igual que lo hacen las ballenas, así lo haremos nosotras. Buscaremos un lugar donde podamos comer todos los días y nos cobijaremos en un sitio cálido para pasar el invierno-

-¿Y nos quedaremos allí para siempre?- pregunta la niña.

La madre esboza una sonrisa triste y acaricia la cabeza de su hija, sigue sintiendo en su nuca el aliento de ese malnacido que juró no descansar  hasta encontrarlas.

Tras unos segundos, la niña revienta el silencio:

 -Mamá ¿es malo querer que alguien se muera?- 

(Este fue mi intento de ReC de esta semana, sin éxito, por supuesto,  creo que no es de mis mejores relatos, pero es que mis musas o se ha mudado a otra casa o se han tomado unas vacaciones)

Y CRECEN...


Para mi hijo  Pedro 

Avanza sigilosamente con la espalda pegada a la pared, las manos entrelazadas con los dedos índices levantados en posición de pistola, alcanza la esquina, de un salto la sortea apuntando con sus dedos hacia el espacio por el que se adentra: “¡Alto o disparo!”  “bang, pam,pam”. Menos mal que el camino está despejado de enemigos, sino hubieran caído irremediablemente aunque  se hubieran rendido, él no puede esperar, no sabe.

Su impaciencia le hizo nacer antes de tiempo y decidió  beberse la vida a tragos, abrazar como un oso, comer como una lima y entregarse sin condiciones. Su voz está cambiando y su cara se está haciendo mayor pero el cielo sigue habitando  en su sonrisa y en el brillo de sus ojos. Ahora eso sí, como le dure esa costumbre de jugar a las guerras en el trayecto del garaje a  casa, un día de estos algún vecino cae infartado en una esquina.   

LA INDIGNACIÓN DE LOURDES



La indignación de Lourdes empezó  ya hace mucho tiempo, han pasado casi  treinta años desde ese día en que descubrió que su palabra de mujer  valía menos que la misma en la boca de un hombre.

Hace veinte años que decidió montar su propio negocio y le estalló en la cara el poder de las etiquetas: todos los empresarios son unos sinvergüenzas, todos los sinvergüenzas son fachas por tanto  todos los empresarios son  fachas.

En los últimos diez años ha visto como  la   consigna de  “tanto tienes tanto vales” se convierte en el  mantra de cabecera de tantos y tantos españolitos a los que el  ácido sabor de este veneno  les acaba  reventando las entrañas.

Desde entonces ha presenciado como el mundo se derrumba a su alrededor, como los ricos cada vez lo son más y los pobres cada vez tienen menos, como se puede meter la mano en la caja pública impunemente y nadie devuelve lo robado, como la justicia se desajusta y sufre constantes crisis de incoherencia…

Han pasado diez meses desde que Lourdes se unió a los primeros indignados y  el reloj de la Puerta del Sol sigue marcando las horas que quedan para gritar un “Basta ya” que no tenga retorno ni excusa para seguir integrando en nuestra normalidad tanta tropelía.