Esperó
hasta dormirse y soñó con otra navidad en la que los camellos no
llevaran las alforjas cargadas de miseria; los reyes del polvo blanco
cayeran fulminados por la estrella que les guió y el portal de Belén
fuera el cobijo de sus deseos y no la antesala de gritos y
discusiones. Una patada en el costado le sacó del sueño. Se hizo el
firme propósito de que nunca más actuaría de mula. Algo se rompió
dentro cuando recibió el segundo golpe. Cerró los ojos al tiempo
que un hilo de sangre empezaba a asomar por la nariz.
Este fue el intento (fallido) para Relatos en Cadena, con la frase de inicio: Esperó hasta dormirse y soñó con otra navidad.