DESORDEN MENTAL

Letrerías


-Mi insomnio será mi mejor aliado- pensé cuando empecé a pasar las noches en blanco. Al principio fue así, me acostumbré  a soñar despierto, a escribir mis mejores relatos al abrigo del silencio y la oscuridad pero la euforia duró poco, pronto los monstruos de mis peores pesadillas, cansados de esperarme, se plantaron en el mundo de mis ojos abiertos. No solo era difícil sortearles sino que empecé a tener problemas con la escritura, confundía las letras  y finalmente me puse en manos de un psiquiatra.

Ya estoy mucho mejor, los monstruos volvieron al mundo de las tinieblas pero lo de la escritura es otro cantar: tovadía no he consiguedo esbicrir un retalo qeu tnega  las lertas en odren.

UN REGALO ESPECIAL


“MAL PRESAGIO” pide tribuna otra vez. Quiere celebrar su nueva imagen.  Un buen amigo le ha regalado un valioso vestido. Diego Cebrián le  ha creado esta magnífica ilustración, donde la historia se siente reflejada y las palabras perfectamente retratadas.


¡Gracias Diego!

Diego Cebrian



MAL PRESAGIO

Una lágrima que recorre el fino rostro de porcelana de la muñeca de la abuela hace cundir el pánico en la familia. La tía Paz corre en busca del rosario, el tío Gerardo se apresura a cerrar puertas y ventanas, mamá me aprieta contra su regazo y la prima Rosita gime acurrucada en un rincón. La última vez que la muñeca de porcelana lloró, un árbol acabó con la vida del tío Teo según salía de casa. Llevamos dos horas reunidos en el salón y no ha pasado nada, de repente la tía Paz se pone en pie dejando caer el rosario  y sale corriendo. Un grito traspasa las paredes y congela nuestros corazones. - ¿Alguien ha visto a la abuela? -

DISTOPÍA

Armando SM

Y al otro lado de la ventana, nada de nada, se lo han llevado todo. Primero fueron nuestras casas, con la excusa de que iban a conseguir otras mejores; después hicieron desaparecer nuestras ciudades, para recluirnos en este mundo  virtual e inteligente en el que elegimos en la pantalla donde queremos vivir; ahora pretenden borrar  nuestra memoria, por eso cada noche nos reunimos  para evitar el olvido y nos contamos una y otra vez las cosas que nos hacían reír o llorar.  Hoy ha sido un día amargo, ninguno hemos  podido evocar el gusto salado de una lágrima.  

(Este fue mi intento para Relatos en Cadena de la Cadena Ser para esta semana, a partir de la frase "Y al otro lado de la ventana, nada de nada". Intento fallido, no tuvo éxito.)  

FINALISTA CONCURSO ABOGADOS ABRIL




¡MALDITA AMBICIÓN!

Siempre supe que acabaría siendo portada de prensa rosa. Recuerdo  la última vez que la vi -Dame un solo argumento para echarme de tu vida – le grité desesperado en plena calle, pero  ella simplemente negó con la cabeza y se perdió entre el tumulto de la gente que celebraba el Carnaval.  Yo entonces no era nadie, un simple becario que se abría paso en la profesión,  pura escoria para su ambición, una china en su zapato que no le permitía alcanzar su objetivo. Pensé que lo nuestro tenía arreglo hasta que se casó con el marqués, después, cuando la vi saltar de programa en programa supe que la cosa no tenía remedio. Dentro de unos minutos comparecería ante el Juez con su flamante marido para responder de un delito de malversación de fondos y todo apuntaba a que sería yo quien terminara con su delirio ordenando su ingreso en prisión. 


(Esta fue mi propuesta de relato en el mes de abril para el Concurso que convoca todos los meses el Consejo General de la Abogacía.  Las cinco palabras de obligado cumplimiento eran: argumento, becario, china, escoria y tumulto.  Quedó finalista.)

LEONARDO BARRIADA


Erase una vez un sueño que no sabía que lo era,
era la niebla del bosque en un día de primavera.
Leonardo Barriada, el Maestro, fue lo mejor que le pudo  pasar a un pueblo que Dios olvidó a las puertas del Paraíso.

El Maestro convirtió la educación en una herramienta de vida para los que tuvieron la suerte de pasar por sus aulas. Se convirtió en el alma de una Escuela que nació grande para acoger un proyecto aún mayor: una educación de excelencia en un recóndito lugar a medio camino de ninguna parte.

Nos dejó la  semilla de una cultura que un siglo después aún perdura.  
Era el rocío de la mañana en busca de  una quimera,
era un pedacito de  futuro convertido en bandera.


El I Concurso de Relatos Breves que ha convocado la Asociación Félix de Martino de Soto de Sajambre lleva su nombre. Nuestro pequeño homenaje a su labor.


Todavía estás a tiempo de participar. ¿A que esperas? 

CAMBIO CLIMÁTICO


Hace dos semanas que empezó a llover. Cuando cayeron las primeras gotas lloramos las últimas lágrimas,  esas que teníamos reservadas para cuando se terminara   la sequía,  pero todo sigue igual:  el arco iris sigue emitiendo en blanco y negro, las nubes convertidas en  estropajos de aluminio añoran los tiempos que parecían  bolitas de algodón, las partículas de polvo suspendidas en el aire se han transformado en pelotas  de fango que explotan sobre nuestras cabezas y el olor a podredumbre se ha instalado en nuestras  narices. Cada día amanece uno de nosotros comido por el moho, vamos quedando pocos y lo peor de todo es que ya no tenemos lágrimas para decirnos adiós. 

(Este relato ha obtenido una mención en el mes de Abril  sobre el tema "Lo trajo la lluvia"en el 2º Certamen Internacional de relato corto...para mesilla de noche del blog "esta noche te cuento". Todo un honor, teniendo en cuenta el nivel de los 109 textos  que concursaban ) 

DOS PALÍNDROMOS DE MARIA JOSÉ ABIA


¿Agota la toga?

                           Yo voy a darte letras, arte, LETRADA. Yo voy.

Agota la gota.
Se ata,
se desata esa toga.
La toga.

Estos palíndromos me los ha dedicado Mª José Abia que maneja el derecho y el revés de la
palabra como nadie. Le agradezco especialmente la dedicatoria a una profesión como la mía,
muy criticada, poco entendida e injustamente desprestigiada,

¡Que si agota la toga! ¡no sabes hasta que punto! Muchísimas gracias por el detalle. 

No dejeis de visitar su blog "Versos y Reversos" http://depalindromeo.blogspot.com.es 
merece la pena, es una artista. 


MENÚ DE CRISIS


Fiel a su cita de todos los viernes, tomó su abrigo negro, que a fuerza de compartir inviernos, se había convertido en su segunda piel y salió de casa, cuando la ciudad aún no había despertado.

Sabía de sobra donde encontrar el mejor género de Madrid y le gustaba llegar la primera para poder elegir a sus anchas. “A ver que veo hoy ¿Una lubina? La última no salió muy buena. ¿y si pruebo con un besugo? Al fin y al cabo hoy es mi cumpleaños, a ver si hay alguno que me encaje”.

Entró como siempre, por la puerta de atrás, acababa de marcharse el camión del pescado; miró, palpó, escogió y antes de salir eufórica con su botín dejó la tapa del cubo de basura tal como la había encontrado. 

¿ME AYUDÁIS A TERMINARLO?


Hay relatos que prometen, como éste y por ello me resisto a destruirlo,  pero que por más vueltas que le doy, no consigo rematarlo. ¿Me ayudáis a encontrarle un título y un final?



Llevaba un buen rato conduciendo sin cruzarme con nadie, excepto  una bandada de pájaros negros que, haciendo de palio, me acompañó en procesión hasta la entrada del pueblo. Iba recitando mis monsergas de vendedor de enciclopedias para ir calentando motores, mientras veía los jirones de los toldos moviéndose al son que el viento les tocaba.

Las tiendas estaban abiertas, las ventanas de las  casas también y  las calles,  desiertas. Flotaba  un espeso silencio solo alterado por las bisagras de las ventanas empujadas por el aire, o por el ruido lejano de una puerta que ha aprendido a cerrarse sola. No parecía un buen comienzo. Decidí entrar a preguntar en la frutería que tenía enfrente y solo me encontré con  un ejercito de moscas que chupaban impunemente las frutas podridas que llenaban las estanterías. Salí de allí con tanto asco como  certeza de que algo no iba bien.

Era el momento de marcharme: ya me las apañaría para explicarle a mi jefe que había ido a parar a un pueblo fantasma, y  que  los espectros no necesitan enciclopedias. Pero un ruido lejano me heló el corazón: el estribillo de una canción infantil retumbaba en el vacío, cada vez con  más nitidez. No sé por qué extraña razón me dirigí hacia ella a pesar de que mis piernas pujaban por avanzar en  dirección opuesta. Una fuerza invisible me empujaba hacia una casa  cuya puerta se abría y cerraba con vida propia.  Cuando me di cuenta ya estaba dentro, recorriendo su oscuro pasillo en dirección a la voz que salía de la habitación del fondo …