Esta tarde he comprobado en mis propias carnes como el monstruo de las redes de internet se cuela en nuestras vidas y si nos descuidamos nos roba nuestra identidad y hasta nuestra cartera.
Resulta que hay una página del Instituto Cervantes sobre el Dia del Español, donde se buscan las palabras más bonitas del castellano. En dicha página hay una sección que se llama Ficcionario donde los internautas cuelgan palabras inventadas y hacen una breve descripción del significado de las mismas.
Pues bien, el domingo pasado yo colgué la palabra “difácil” término acuñado por mi hija cuando tenía dos años, haciendo una descripción sobre la ambiguedad y la ambivalencia de la palabra. No sale inmediatamente en la página, ya que los administradores de la web la someten a revisión, y cuando comprueban que no atenta contra la moral o el órden público, le dan salida. Cual es mi sorpresa cuando hoy, vuelvo a entrar en la página y descubro que efectivamente la palabra “difácil” sale en el ficcionario pero colgada, el mismo día por otra persona y con un comentario distinto.
¡Mira que es raro que a dos personas distintas se les ocurra la misma palabra inventada el mismo día!.
Pasada la sorpresa inicial, me ha quedado la sensación de ser espiada, copiada, utilizada y manipulada, y me he puesto manos a la obra para registrar todos los contenidos de este blog, no vaya a ser que un día en una librería me encuentre una novela titulada “Como un lamento” o “El Susurro del duende” y compruebe, con estupor, que el autor no soy yo.
Posiblemente mis palabras no valgan nada, pero son mías y no quiero que nadie, a mis espaldas, juegue a hacerlas suyas.
Resulta que hay una página del Instituto Cervantes sobre el Dia del Español, donde se buscan las palabras más bonitas del castellano. En dicha página hay una sección que se llama Ficcionario donde los internautas cuelgan palabras inventadas y hacen una breve descripción del significado de las mismas.
Pues bien, el domingo pasado yo colgué la palabra “difácil” término acuñado por mi hija cuando tenía dos años, haciendo una descripción sobre la ambiguedad y la ambivalencia de la palabra. No sale inmediatamente en la página, ya que los administradores de la web la someten a revisión, y cuando comprueban que no atenta contra la moral o el órden público, le dan salida. Cual es mi sorpresa cuando hoy, vuelvo a entrar en la página y descubro que efectivamente la palabra “difácil” sale en el ficcionario pero colgada, el mismo día por otra persona y con un comentario distinto.
¡Mira que es raro que a dos personas distintas se les ocurra la misma palabra inventada el mismo día!.
Pasada la sorpresa inicial, me ha quedado la sensación de ser espiada, copiada, utilizada y manipulada, y me he puesto manos a la obra para registrar todos los contenidos de este blog, no vaya a ser que un día en una librería me encuentre una novela titulada “Como un lamento” o “El Susurro del duende” y compruebe, con estupor, que el autor no soy yo.
Posiblemente mis palabras no valgan nada, pero son mías y no quiero que nadie, a mis espaldas, juegue a hacerlas suyas.
1 comentarios:
Magnífica idea y servicio on line. Te he imitado.
Publicar un comentario