Laura estaba abandonando la comisaría en compañía de Esteban cuando apareció Chelo gritando, presa de un ataque de nervios
- Ay Señora ¿dónde está la Diana? ¿Quién se la llevao? Dígamelo que le arranco los ojos a ese malnacido. ¿Dónde está mi chica? - preguntó deshaciéndose en llanto.
Esteban la cogió por los hombros y la condujo fuera de la Comisaria. Laura les seguía con la mirada perdida. Chelo se volvió hacia Laura –Tenía que haberme quedao anoche y no se la hubieran llevao-
Esteban se ofreció para llevarlas a casa en su coche, pero Laura declinó la invitación y se fue andando, quería respirar el frescor de la mañana y dar ella misma una vuelta por la Casa de Campo en busca de su hija. Tenía la sensación de que tal vez podía encontrarla. Chelo la seguía dos pasos por detrás, a veces limpiándose sonoramente la nariz, a veces recitando una larga e ininteligible letanía que terminaba en “amén” y volvía irremediablemente a empezar.
Chelo alcanzó a Laura cuando ésta se paró en el semáforo, la miró con los ojos llenos de lágrimas y le dijo: -Yo he sufrío mucho en esta vida tan aperreá, pero nunca me he sentio tan mal como hoy- -¡y que no sufrirá usted que es su madre!-
Laura seguía con la mirada perdida al frente y parecía no escuchar lo que Chelo decía – La tenemos que encontrar, usted, al fin y al cabo, aunque sea su madre, tiene su oficio....su marido....los amigos, pero yo sólo la tengo a ella,- Laura la miró y Chelo terminó diciendo: -Si no encontramos a la Diana a mi no me merece la pena vivil.-
Laura la abrazó cálidamente y juntas lloraron su desesperación y su angustia largo rato mientras empezaba a llover en Madrid.
Dieron un corto paseo de rastreo en los alrededores de la casa, sin encontrar ningún rastro de Diana y finalmente, entraron en casa.
Luis no estaba, Chelo se quedó en la cocina preparando unas infusiones de tila y Laura subió a su habitación en busca de una chaqueta con la que atenuar el frío que sentía. La puerta del despacho estaba entreabierta y se vislumbraba desde el pasillo una luz encendida en su interior. Se acercó y comprobó con estupor que el ordenador estaba encendido. Una frase ocupaba toda la pantalla: Empieza el juego
(Continuará)
- Ay Señora ¿dónde está la Diana? ¿Quién se la llevao? Dígamelo que le arranco los ojos a ese malnacido. ¿Dónde está mi chica? - preguntó deshaciéndose en llanto.
Esteban la cogió por los hombros y la condujo fuera de la Comisaria. Laura les seguía con la mirada perdida. Chelo se volvió hacia Laura –Tenía que haberme quedao anoche y no se la hubieran llevao-
Esteban se ofreció para llevarlas a casa en su coche, pero Laura declinó la invitación y se fue andando, quería respirar el frescor de la mañana y dar ella misma una vuelta por la Casa de Campo en busca de su hija. Tenía la sensación de que tal vez podía encontrarla. Chelo la seguía dos pasos por detrás, a veces limpiándose sonoramente la nariz, a veces recitando una larga e ininteligible letanía que terminaba en “amén” y volvía irremediablemente a empezar.
Chelo alcanzó a Laura cuando ésta se paró en el semáforo, la miró con los ojos llenos de lágrimas y le dijo: -Yo he sufrío mucho en esta vida tan aperreá, pero nunca me he sentio tan mal como hoy- -¡y que no sufrirá usted que es su madre!-
Laura seguía con la mirada perdida al frente y parecía no escuchar lo que Chelo decía – La tenemos que encontrar, usted, al fin y al cabo, aunque sea su madre, tiene su oficio....su marido....los amigos, pero yo sólo la tengo a ella,- Laura la miró y Chelo terminó diciendo: -Si no encontramos a la Diana a mi no me merece la pena vivil.-
Laura la abrazó cálidamente y juntas lloraron su desesperación y su angustia largo rato mientras empezaba a llover en Madrid.
Dieron un corto paseo de rastreo en los alrededores de la casa, sin encontrar ningún rastro de Diana y finalmente, entraron en casa.
Luis no estaba, Chelo se quedó en la cocina preparando unas infusiones de tila y Laura subió a su habitación en busca de una chaqueta con la que atenuar el frío que sentía. La puerta del despacho estaba entreabierta y se vislumbraba desde el pasillo una luz encendida en su interior. Se acercó y comprobó con estupor que el ordenador estaba encendido. Una frase ocupaba toda la pantalla: Empieza el juego
(Continuará)
5 comentarios:
¿De verdad dudas que tus lectores no sigan la novela? Estoy segura que al igual que a mí les tienes a todos en vilo y angustiados con la desaparación de Diana; y por la última frase de este capítulo parece que esto solo es el principio ¿verdad?
Besos.
Verdad. Esto no ha hecho nada más que empezar, hasta aqui era la presentación de los personajes, ahora empezarán a moverse por el escenario, con alguno que otro más que aparecerá en escena, ¿quien se habrá llevado a Diana? ¿que juego empieza? ¿nos espera algún sobresalto más? ¡¡¡¡¡¡No os perdais los próximos capitulos!!!!!!!!!!!
(si no se vende una.....¿quien lo va a hacer?)
Besos
¿incluiras en esta novela situaciones de TSNR?
Y no valen respuestas gallegas, porque vamos a seguir la historia.
Construyendo además la novela que tiene lugar en el universo paralelo...
Muy bien. Ánimo.
Angel, te prometo que hago auténticos esfuerzos por seguirte, pero casi nunca lo consigo. ¿que puñetas es TSNR?. Quiza sea que estoy un poco espesa......no se.
Una vez puesta al día en lo que es TSNR te diré que no te voy a adelantar nada.
Ya te dije, al principio de la novela, que debes cultivar el arte de la paciencia.
Solo te puedo decir que habrá un poco de todo, un poco de ternura, un poco de suspense, un poco de sexo, un poco de intriga......
Tendrás que llegar al final para comprobar lo que hay.
Esto es así
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