Necesitaba que esta relación saliera bien, por ello, planeaba una y mil veces la forma en que debía producirse el primer encuentro. No se sentía capaz de soportar un nuevo fracaso. La maldita historia de Laura pendía todavía sobre su cabeza y sobre su vida como una sombra imposible de superar.
Habían sido novios desde los catorce años, cuando por fin decidieron casarse ya llevaban juntos tanto tiempo que no quedaba atisbo alguno de ilusión en la relación, aún así, y victimas de la inercia siguieron adelante con los planes de boda. El matrimonio nació ya herido de muerte y terminó por irse al traste tras dos embarazos de Laura que no llegaron a buen término.
A pesar de que no quedaba nada entre los dos, él insistió en seguir intentando salvar la relación, y ella cayó en un estado de depresión profunda que motivó el que, una noche de primavera, se lanzara a volar desde el noveno piso en busca de una ansiada paz interior, encontrando la parca en su lugar, esperándola según se estrellaba contra el asfalto.
Habían pasado ya cinco años desde la muerte de Laura y todavía muchas noches se despertaba sobresaltado reviviendo una y otra vez el sonido del golpe seco del cuerpo al contacto violento con el suelo.
Pero esta vez, todo iba a ser distinto, tenía que ser distinto, nada podía fallar. Ángeles, esa mujer de mirada triste y profunda, había cautivado su corazón y se había convertido en su principal razón de ser. Se sentía tan pleno que a veces pensaba “quiero quedarme así para siempre” amándola en silencio, sin riesgos, pero en otras ocasiones, se convencía a sí mismo de que tenía que pasar a la acción, aunque le aterraba la posibilidad de no ser correspondido .
Continuará ................................
Habían sido novios desde los catorce años, cuando por fin decidieron casarse ya llevaban juntos tanto tiempo que no quedaba atisbo alguno de ilusión en la relación, aún así, y victimas de la inercia siguieron adelante con los planes de boda. El matrimonio nació ya herido de muerte y terminó por irse al traste tras dos embarazos de Laura que no llegaron a buen término.
A pesar de que no quedaba nada entre los dos, él insistió en seguir intentando salvar la relación, y ella cayó en un estado de depresión profunda que motivó el que, una noche de primavera, se lanzara a volar desde el noveno piso en busca de una ansiada paz interior, encontrando la parca en su lugar, esperándola según se estrellaba contra el asfalto.
Habían pasado ya cinco años desde la muerte de Laura y todavía muchas noches se despertaba sobresaltado reviviendo una y otra vez el sonido del golpe seco del cuerpo al contacto violento con el suelo.
Pero esta vez, todo iba a ser distinto, tenía que ser distinto, nada podía fallar. Ángeles, esa mujer de mirada triste y profunda, había cautivado su corazón y se había convertido en su principal razón de ser. Se sentía tan pleno que a veces pensaba “quiero quedarme así para siempre” amándola en silencio, sin riesgos, pero en otras ocasiones, se convencía a sí mismo de que tenía que pasar a la acción, aunque le aterraba la posibilidad de no ser correspondido .
Continuará ................................
2 comentarios:
Lo mío no son las nuevas tecnologías, he tardado en darme de alta en el Google de marras (de hecho,no sé si esto llegará a algún sitio).
Me está gustando tu novela por entregas, me atraen los personajes discretos y atormentados.
Espero que tu salud vaya mejor.
Cuidate.
No te preocupes, lo de la lucha por hacerte con las nuevas tecnologías es un mal generalizado, también me pasa a mi, me pueden. Me alegra y me halaga que te guste mi novela, espero que sea así hasta el final.
Gracias
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