EL DIABLO SE VISTE DE PROGRE


Mira que mi instinto me advertía a gritos que no me hiciera cargo del asunto........Mira que desde el inicio vi el mal color que tenía....................mira que contribuyó activamente en reventar tres semanas de mis vacaciones....................., mira que llegué a mandarles un correo diciendo que se buscaran otro abogado, que yo no les llevaba el caso............. Pero las presiones venían por todas partes, que si son clientes de toda la vida................que si no les vamos a dejar tirados ahora..............y maldito el momento en que cedí y acepté el asunto, porque el diablo entró en mi casa.

Desde que el maligno se pasea por el despacho, se ha esmerado en cuestionar todos mis consejos, ha aprovechado cualquier oportunidad para desacreditarme en público, ha llenado el camino de obstáculos, ha puesto zancadillas a cuantos mortales han osado llevarle la contraria y se ha empeñado a fondo en inyectar generosas dosis de veneno y ponzoña a quienes le han querido escuchar.

Su cara más amable y la mejor de sus sonrisas es para los trabajadores de su empresa, porque eso si, sus convicciones marxistas le conducen a procurar el bienestar de los obreros por encima de todo, y a luchar contra el capitalismo que les oprime que , en este caso, lo encarna, ni más ni menos, que los profesionales que le van a salvar las espaldas ante el cierre de la empresa, esa misma que se cierra porque su presencia la ha hecho inviable. En fin, un nostálgico de la progresía y de la igualdad, pero sólo con los trabajadores, al resto de la humanidad que le den pomada.

Hoy, tras varias semanas sintiendo el aliento del diablo en mi nuca y recibiendo alguna que otra dentellada, he librado con él una batalla cuerpo a cuerpo, donde, en contra de mi costumbre de mantener siempre la prudencia y contención profesional, me he soltado la melena y me he lanzado a su yugular. Desgraciadamente, es difícil terminar con él y ahí sigue, vivito y coleando.

Tan sólo espero rematar este asunto cuanto antes, para que el maligno, salga de mi casa sin dejar huella, no en vano una lleva muchos años con la práctica de la meditación para que, ahora, a la primera de cambio, aparezca cualquier demonio y deje poso.

2 comentarios:

Jose dijo...

Conozco a ese tipo de personas tóxicas que tan bien has retratado, ahora mismo me estoy acordando de una muy concreta. Lo malo es cuando la vida te hace "bregar" con ellos, con su discurso pseudosolidario y pseudoprogresista barato. Tengo una especie de detector que me hace sentir mal en su presencia apenas los conozco, y digo físicamente mal,no en sentido figurado.
¡Duro con él!
Besos.
Jose.

ESPERANZA dijo...

Lo que ocurre es que son incombustibles, por más que luchas contra ellos no consigues hacerlos desaparecer. ¡Es tremendo!. En fin seguiré intentándolo.

Besos