Diseño: AlexCano.- Galeria Flickr
Arturo era un diseñador gráfico que había aterrizado en la empresa en los últimos años de Don Fabricio, cuando aún era una joven promesa en el mundo del diseño y creía firmemente que podía dar un giro radical e innovador a los productos y servicios que ofrecía la empresa.
Ahora ya lucía unas cuantas canas y no había atisbo alguno de esa ilusión que le acompañaba cuando entró en la compañía.
Ángeles se mantenía expectante, mientras Arturo miraba nerviosamente a un lado y a otro, comprobando que no había moros en la costa. Finalmente, se arrancó a decir: -Hace tiempo que necesitaba hablar contigo, pero no encontraba nunca el momento adecuado. Me he enterado que te han despedido y pensé: “Ya no puedo esperar más, tengo que hablar con ella”-.
Ángeles no se imaginaba que podría querer decirle Arturo, en definitiva, nunca había tenido relación con él. Su trato se limitaba a un saludo de cortesía cuando coincidían por los pasillos, ahora le tenía frente a ella, mirándola en silencio y empezaba a impacientarse: -Tu dirás, Arturo-
-Te pongo un poco en antecedentes- dijo él. - Cuando yo entré aquí tenía la esperanza de realizarme profesionalmente con este trabajo, pero poco a poco fui comprobando que no era posible, a nadie le interesaban mis creaciones y fui convirtiéndome en un mero ejecutor de lo que solicitaban los clientes, sin que pudiera aportar nada de mi cosecha. Esto me estaba matando, cada día me sentía peor, pero necesitaba el trabajo. Empecé a hacer algún trabajo de diseño de páginas web a amiguetes y algún logotipo y parece que gustaba, así que hace un par de años decidí hacer algo con mi vida y monte una empresa de diseño, a nombre de mi hermana porque yo, estando aquí, no podía figurar -.
Ángeles le escuchaba y pensaba: - ¿para qué me cuenta todo esto?-.
Arturo siguió explicando: - Como todas las empresas al principio costó arrancar, salían trabajillos, pero de muy poca entidad. En cambio, hace un par de meses firmamos un contrato con una gran empresa para actualizarles los diseños de sus páginas web y llevar su mantenimiento y el trabajo se ha disparado. Pero además, hace veinte días otra gran empresa del mismo sector nos pidió el mismo servicio y firmamos el contrato el lunes próximo. -
Ángeles no sabía todavía qué pretendía Arturo y sin poder esperar más dijo: -Arturo, me alegro de que te vayan las cosas bien, pero no se que tiene que ver todo esto conmigo-.
-Tienes razón- reconoció Arturo –Me estoy enrollando demasiado, voy al grano: Quiero que te vengas a trabajar a mi empresa, necesito alguien que se encargue de la administración, de la contabilidad y de la gestión y quiero que seas tu.-
Ángeles no consiguió articular palabra, la sorpresa se lo impedía. Esta proposición estaba fuera de todos sus planes.
¿Puedo contar contigo? preguntó Arturo.
Continuará ..........................................
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