Imagen: Daniel Bunster.- Galeria Flikr
- Hola Marta ¿qué hay de lo mio? ¿ya tengo abogado? – La voz de Ángeles retumbaba en el pasillo, por lo que decidió salir a la calle buscando la intimidad necesaria para mantener una conversación privada.
- Estoy en ello, creo que te lo podrá llevar Ignacio Montilla, es el único abogado de este despacho que me merece confianza, pero está en los Juzgados y todavía no he podido hablar con él. – A mediodía te llamo y te confirmo- le contestó Marta
- Necesito ir poniendo orden a este desastre de vida que tengo- dijo Ángeles – además........no sabes la última, mi admirador secreto me ha dejado una carta en la puerta donde me cita para pasado mañana en el Café Vestal ¿qué te parece?-
- ¡ Realmente Emocionante!- apuntó Marta ¿ya sabes la identidad de tu poeta urbano?
- Estoy en ello, creo que te lo podrá llevar Ignacio Montilla, es el único abogado de este despacho que me merece confianza, pero está en los Juzgados y todavía no he podido hablar con él. – A mediodía te llamo y te confirmo- le contestó Marta
- Necesito ir poniendo orden a este desastre de vida que tengo- dijo Ángeles – además........no sabes la última, mi admirador secreto me ha dejado una carta en la puerta donde me cita para pasado mañana en el Café Vestal ¿qué te parece?-
- ¡ Realmente Emocionante!- apuntó Marta ¿ya sabes la identidad de tu poeta urbano?
-¡Que va! y me da unas pistas para localizarle, asi que se supone que no le conozco y eso me ha dejado bastante desorientada, porque siempre pensé que era alguien de la empresa.-
- No te fíes, a lo mejor lo hace para despistarte- y ¿ya has pensado que te vas a poner para la cita?
- ¡ Si todavía no he decidido si voy a ir o no!!!!! contestó Ángeles.
Marta le respondió con reproches: ¡no hay quien te entienda! ¡serás capaz de dejar pasar esta oportunidad!
¿Oportunidad? ¿Para qué? preguntó Angeles
- A veces te pones imposible, haz lo que te dé la gana, te dejo que tengo mucho que hacer- replicó Marta antes de colgar el teléfono.
Ángeles entró de nuevo en el edificio y se dirigió a la máquina del café. Mientras esperaba ver salir el vaso cargado del líquido elemento, una voz a su espalda le hizo olvidar lo que estaba haciendo. “Hola Ángeles, quería decirte algo, si tienes un momento”. Se dio la vuelta y allí estaba Arturo.
Continuará...................................
- No te fíes, a lo mejor lo hace para despistarte- y ¿ya has pensado que te vas a poner para la cita?
- ¡ Si todavía no he decidido si voy a ir o no!!!!! contestó Ángeles.
Marta le respondió con reproches: ¡no hay quien te entienda! ¡serás capaz de dejar pasar esta oportunidad!
¿Oportunidad? ¿Para qué? preguntó Angeles
- A veces te pones imposible, haz lo que te dé la gana, te dejo que tengo mucho que hacer- replicó Marta antes de colgar el teléfono.
Ángeles entró de nuevo en el edificio y se dirigió a la máquina del café. Mientras esperaba ver salir el vaso cargado del líquido elemento, una voz a su espalda le hizo olvidar lo que estaba haciendo. “Hola Ángeles, quería decirte algo, si tienes un momento”. Se dio la vuelta y allí estaba Arturo.
Continuará...................................
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