Segunda jornada de descanso y reposo en casa
Uno no se da cuenta de la cantidad de sensaciones que le quedan por descubrir hasta que se apea del ritmo diario y entra en una nueva dinámica.
Llevo cuatro días sin reloj y no me ha pasado nada. Ayer el día se me fue volando, sin agenda, sin programa, sin presiones, sin fuegos que apagar, haciendo en cada momento lo que me apetecía, y sin ningún interés ni necesidad de ubicarme en franja horaria alguna. El intruso no dio señales de vida hasta el anochecer, momento en que reapareció en forma de fiebre, produciendo efectos devastadores no tanto sobre mi maltrecho cuerpo como sobre mi frágil ánimo. Menos mal que un paracetamol le hizo salir huyendo y aún no ha vuelto, confío en que se le olvide el camino y no sepa regresar.
Llevo cuatro días sin mirarme al espejo, sin pasar por el despacho, sin coger el coche, sin correr, y no me ha pasado nada, sigo siendo la misma, pero mucho más relajada, si encima consiguiera deshacerme del intruso, sería capaz de alcanzar el éxtasis. La pena es que tienes que coger el “pack” completo: Si estas en casa es porque hay un intruso y si no hay intruso no estas en casa.
He intentado hacer mi sesión de yoga diaria y en los primeros estiramientos he descubierto que me dolían músculos que ni siquiera sabía que tenía, lo he dejado para mejor ocasión y me he puesto a escribir. Lo siento por vosotros, que vais a tener que poner una vela a Santa Gema para que me ponga buena y cese mi verborrea.
Tal vez sea un buen momento para que el monólogo se convierta en dialogo y os decidáis a mandarme algo de vuestra cosecha, para colgarlo en mi blog, Sé de vuestros talentos, así que no seáis egoístas y compartirlos, estoy deseando daros entrada en mi espacio, que es vuestro espacio.
Uno no se da cuenta de la cantidad de sensaciones que le quedan por descubrir hasta que se apea del ritmo diario y entra en una nueva dinámica.
Llevo cuatro días sin reloj y no me ha pasado nada. Ayer el día se me fue volando, sin agenda, sin programa, sin presiones, sin fuegos que apagar, haciendo en cada momento lo que me apetecía, y sin ningún interés ni necesidad de ubicarme en franja horaria alguna. El intruso no dio señales de vida hasta el anochecer, momento en que reapareció en forma de fiebre, produciendo efectos devastadores no tanto sobre mi maltrecho cuerpo como sobre mi frágil ánimo. Menos mal que un paracetamol le hizo salir huyendo y aún no ha vuelto, confío en que se le olvide el camino y no sepa regresar.
Llevo cuatro días sin mirarme al espejo, sin pasar por el despacho, sin coger el coche, sin correr, y no me ha pasado nada, sigo siendo la misma, pero mucho más relajada, si encima consiguiera deshacerme del intruso, sería capaz de alcanzar el éxtasis. La pena es que tienes que coger el “pack” completo: Si estas en casa es porque hay un intruso y si no hay intruso no estas en casa.
He intentado hacer mi sesión de yoga diaria y en los primeros estiramientos he descubierto que me dolían músculos que ni siquiera sabía que tenía, lo he dejado para mejor ocasión y me he puesto a escribir. Lo siento por vosotros, que vais a tener que poner una vela a Santa Gema para que me ponga buena y cese mi verborrea.
Tal vez sea un buen momento para que el monólogo se convierta en dialogo y os decidáis a mandarme algo de vuestra cosecha, para colgarlo en mi blog, Sé de vuestros talentos, así que no seáis egoístas y compartirlos, estoy deseando daros entrada en mi espacio, que es vuestro espacio.
4 comentarios:
Frenar tu verborrea, como tú dices, sería dificil con Santa Gema, en todo caso con SAn Judas Tadeo (patrón de las causas imposibles), pero no pienso pedírselo, así podemos disfrutar cada día con tus palabras.
Por cierto si te vas a acostumbrar a no utilizar el reloj, sería una pena tenerlo guardado en el cajón .......
Buena guapa, dicen que la gripe son tres dias de subida y tres de bajada, así que ya queda muy poquito para soltar el intruso.
Cuídate mucho. Besos.
No te preocupes, si decido prescindir de mi reloj serás la primera en saberlo. Por lo pronto, y salvo fuerza mayor de última hora, mañana estará de nuevo en mi muñeca ¡que poco dura la felicidad en casa del pobre! ¡mañana a currar!
Besos
Acabo de ver que has estado pachucha, pero por lo que deduzco ya estás de nuevo en marcha porque se ha marchado ese intruso a buscar un sitio nuevo.
Sigo con atención las entregas de tu novela.
Hablamos.Besitos
Gracias, ya estoy bastante mejor, pero aún así mi cuerpo pide a gritos unas vacaciones.
Me alegra que sigas la novela.
Besos
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