Según va creciendo el año, va creciendo la crisis. Esa crisis que vemos, sentimos y olemos desde hace meses, ha venido con la maleta grande dispuesta a quedarse entre nosotros una larga temporada.
A pesar de que nuestros gobernantes al principio, intentaron convencernos de que eran molinos y no gigantes, a estas alturas ya hemos comprobado que se equivocaban o lo que es peor, que nos querían equivocar.
Nuestros bolsillos se resienten, se encogen y tiemblan, temiendo tiempos peores y nuestros egos se rebelan porque el dinero es ingrediente indispensable para hacernos parecer aquello que no somos. Ya lo decía el Arcipreste de Hita: “Al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo, al mudo le hace hablar..... También al hombre necio y rudo labrador dineros le convierten en hidalgo doctor; Cuanto más rico es uno, más grande es su valor”, y lo corroboraba Quevedo: “...es quien hace iguales al duque y al ganadero ........y ablanda al juez más severo, poderoso caballero es don dinero”
Sin duda el paso de los siglos no sólo no ha dejado obsoletos los poemas de Juan Ruiz y de Francisco de Quevedo , sino que los ha elevado a la categoría de dogma,” tanto tienes tanto vales” .
El vil metal se ha convertido en la varita mágica para conseguir la aceptación y la admiración de los demás, en el vaso de ginebra donde ahogar nuestras penas, en el refugio de nuestras miserias y en la panacea para redimir todas nuestras carencias.
Ahora viene la crisis y arrasa con el tenderete que teníamos montado alrededor de la guita, obligándonos a buscar otros caminos para resolver nuestros problemas.
Maldito parné que decía la copla.
A pesar de que nuestros gobernantes al principio, intentaron convencernos de que eran molinos y no gigantes, a estas alturas ya hemos comprobado que se equivocaban o lo que es peor, que nos querían equivocar.
Nuestros bolsillos se resienten, se encogen y tiemblan, temiendo tiempos peores y nuestros egos se rebelan porque el dinero es ingrediente indispensable para hacernos parecer aquello que no somos. Ya lo decía el Arcipreste de Hita: “Al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo, al mudo le hace hablar..... También al hombre necio y rudo labrador dineros le convierten en hidalgo doctor; Cuanto más rico es uno, más grande es su valor”, y lo corroboraba Quevedo: “...es quien hace iguales al duque y al ganadero ........y ablanda al juez más severo, poderoso caballero es don dinero”
Sin duda el paso de los siglos no sólo no ha dejado obsoletos los poemas de Juan Ruiz y de Francisco de Quevedo , sino que los ha elevado a la categoría de dogma,” tanto tienes tanto vales” .
El vil metal se ha convertido en la varita mágica para conseguir la aceptación y la admiración de los demás, en el vaso de ginebra donde ahogar nuestras penas, en el refugio de nuestras miserias y en la panacea para redimir todas nuestras carencias.
Ahora viene la crisis y arrasa con el tenderete que teníamos montado alrededor de la guita, obligándonos a buscar otros caminos para resolver nuestros problemas.
Maldito parné que decía la copla.
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