No acabo de llegar y su brisa ya acaricia mi alma. Aquí la sombra es menos oscura. El silencio me acuna los oídos y amansa mi respiración. Mis músculos aún doloridos por la huella de la tensión, necesitan algo más de tiempo para soltarse y declararse en libertad, pero ya vislumbran el remanso de paz que se acerca.
Me abandono en la dulce pereza y en la deliciosa holganza, y respiro el bosque, sus sonidos, su olor y suspiro a cada instante para dejar salir la alegría de estar aquí.
Me sumerjo en las banales conversaciones con los lugareños sobre el tiempo que hace hoy y el que nos esperará mañana y mi mente se relaja tras comprobar que aquí no hay que estar al acecho de ningún contrario beligerante al que plantarle cara, por lo menos por ahora.
No hacer nada me produce una sensación de reconfortante calma, que penetra por todos los poros de mi piel hasta alcanzar las arrugas más profundas de mi alma.
Me abandono en la dulce pereza y en la deliciosa holganza, y respiro el bosque, sus sonidos, su olor y suspiro a cada instante para dejar salir la alegría de estar aquí.
Me sumerjo en las banales conversaciones con los lugareños sobre el tiempo que hace hoy y el que nos esperará mañana y mi mente se relaja tras comprobar que aquí no hay que estar al acecho de ningún contrario beligerante al que plantarle cara, por lo menos por ahora.
No hacer nada me produce una sensación de reconfortante calma, que penetra por todos los poros de mi piel hasta alcanzar las arrugas más profundas de mi alma.
Empieza a orbayar y la naturaleza mojada me envuelve con su frescor, con ese aroma que traspasa mis sentidos y que hace que me sienta asombrosamente viva e increíblemente consciente de ello.
2 comentarios:
Todo esto confirma mi teoría necesitabas unas vacaciones.
Disfrutalas y no olvides cargar las pilas.
Siempre hay un contrario al acecho, cuidado con los de la boina son los más peligrosos.
No sabes tu bien como las necesitaba. Haré lo que pueda en materia de disfrute y te diré que en este pueblo nadie lleva boina, pero sin ella, también hay algún elemento que otro, bastante peligroso.
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