Gabriel tenía el porte de un hombre sereno y una profunda mirada de color miel. Los muchos años de entrenamiento en artes marciales se reflejaban aún en su complexión, ahora que ya había cumplido los cuarenta. Tenía una voz grave y modulada que a Ángeles se le antojó de locutor de radio y unas manos de pianista.
- Por favor- volvió a repetir él y ella finalmente se sentó diciendo: -¿Me puedes explicar que significa todo esto? -
- A ello, voy- respondió él, visiblemente nervioso.
- Me vine a vivir a esta casa hace cinco años, acababa de morir mi mujer y yo estaba totalmente hundido, no dormía, no comía, no salía y cada vez estaba peor, nada me hacía reaccionar, hasta que un día apareciste tu, en el portal, recogiendo las piedrecitas del collar que se te acababa de romper y que se habían desperdigado por el suelo ¿recuerdas? –
Ángeles asintió con una leve sonrisa.
- Ese simple gesto, ese encuentro fugaz, me marcó. Ya se que parece ridículo, pero fue así, me sentí instantáneamente atraído por ti. No se si te acuerdas, pero me puse a recogerlas contigo y te dije: - va a ser difícil que puedas reconstruir tu collar - a lo que tu me respondiste – si no lo intento, nunca lo sabré - . Recuerdo que fuimos a recoger la misma piedra a la vez y nuestras manos se encontraron y tras ellas nuestras miradas y acto seguido nuestras sonrisas. -
Ángeles recordaba perfectamente el momento que le relataba Gabriel, pero a diferencia de él, a ella no le había dejado huella.
Gabriel prosiguió: - A partir de ese momento fui poco a poco resurgiendo del pozo en el que estaba metido, ayudado de tu recuerdo, anhelando encontrarme contigo nuevamente, hasta que hace un par de años, empecé a trabajar en el turno de noche y empecé a coincidir todas las mañanas contigo cuando tu ibas al trabajo y yo volvía.
He vivido todo este tiempo, creándote, sólo me bastaban los segundos en los que te veía cada día para alimentar tu imagen y mi atracción por ti. Ya te decía en la carta que he amado apasionadamente la imagen de una Diosa en el espejo y ahora busco el cuerpo y el alma que dan vida a ese reflejo.-
Ángeles estaba impresionada por las palabras de Gabriel, por la fuerza que despedían y por el sentimiento que las inspiraba, pero no estaba dispuesta a bajar la guardia, y por ello, rompiendo la magia del momento preguntó:-¿Cómo conseguiste mi correo electrónico? -
- Me lo dio tu madre hace unos meses, para que te adelantara la previsión de derrama por obras que hay que hacer en la Comunidad de Propietarios, yo pertenezco a la comisión de vecinos que se ha creado para ello. –
- Sé que quizá no he utilizado el mejor método para acercarme a ti, pero necesitaba aterrizar en tu vida poco a poco, y no sabía como hacerlo sin que tu salieras huyendo. –
Gabriel paró de hablar y clavó su mirada en alguien que acababa de acercarse a la mesa y estaba justo detrás de Ángeles. Ella se dio la vuelta y comprobó con estupor que era Nacho.
Continuará ...............................................
- Por favor- volvió a repetir él y ella finalmente se sentó diciendo: -¿Me puedes explicar que significa todo esto? -
- A ello, voy- respondió él, visiblemente nervioso.
- Me vine a vivir a esta casa hace cinco años, acababa de morir mi mujer y yo estaba totalmente hundido, no dormía, no comía, no salía y cada vez estaba peor, nada me hacía reaccionar, hasta que un día apareciste tu, en el portal, recogiendo las piedrecitas del collar que se te acababa de romper y que se habían desperdigado por el suelo ¿recuerdas? –
Ángeles asintió con una leve sonrisa.
- Ese simple gesto, ese encuentro fugaz, me marcó. Ya se que parece ridículo, pero fue así, me sentí instantáneamente atraído por ti. No se si te acuerdas, pero me puse a recogerlas contigo y te dije: - va a ser difícil que puedas reconstruir tu collar - a lo que tu me respondiste – si no lo intento, nunca lo sabré - . Recuerdo que fuimos a recoger la misma piedra a la vez y nuestras manos se encontraron y tras ellas nuestras miradas y acto seguido nuestras sonrisas. -
Ángeles recordaba perfectamente el momento que le relataba Gabriel, pero a diferencia de él, a ella no le había dejado huella.
Gabriel prosiguió: - A partir de ese momento fui poco a poco resurgiendo del pozo en el que estaba metido, ayudado de tu recuerdo, anhelando encontrarme contigo nuevamente, hasta que hace un par de años, empecé a trabajar en el turno de noche y empecé a coincidir todas las mañanas contigo cuando tu ibas al trabajo y yo volvía.
He vivido todo este tiempo, creándote, sólo me bastaban los segundos en los que te veía cada día para alimentar tu imagen y mi atracción por ti. Ya te decía en la carta que he amado apasionadamente la imagen de una Diosa en el espejo y ahora busco el cuerpo y el alma que dan vida a ese reflejo.-
Ángeles estaba impresionada por las palabras de Gabriel, por la fuerza que despedían y por el sentimiento que las inspiraba, pero no estaba dispuesta a bajar la guardia, y por ello, rompiendo la magia del momento preguntó:-¿Cómo conseguiste mi correo electrónico? -
- Me lo dio tu madre hace unos meses, para que te adelantara la previsión de derrama por obras que hay que hacer en la Comunidad de Propietarios, yo pertenezco a la comisión de vecinos que se ha creado para ello. –
- Sé que quizá no he utilizado el mejor método para acercarme a ti, pero necesitaba aterrizar en tu vida poco a poco, y no sabía como hacerlo sin que tu salieras huyendo. –
Gabriel paró de hablar y clavó su mirada en alguien que acababa de acercarse a la mesa y estaba justo detrás de Ángeles. Ella se dio la vuelta y comprobó con estupor que era Nacho.
Continuará ...............................................
0 comentarios:
Publicar un comentario