EL ADIVINO
Quedé
con él en una cafetería para indicarle como testificar de forma
eficaz y resultó ser una caja de sorpresas. Cuando llegué, extendí
mi mano para saludarle y me dijo: «No se moleste, el fallo no será
favorable, perderá el juicio, señora letrada, el juez decretará la
inadmisión de la prueba». Yo aún seguía de pie con la mano
extendida y la sonrisa congelada, tardé en reaccionar, sentarme y
preguntarle: «¿Como lo sabe?». «Lo sé» fue su única respuesta
y durante los quince minutos que permanecí allí, no conseguí
sacarle más. Me despedí de él y cuando me alejaba le escuché
decir: «¡Tenga cuidado con el escalón, le recomiendo que se trate
el esguince con ultrasonido!». Le miré con incredulidad y pregunté:
«¿qué esguince?» instantes antes de caerme en el escalón y
lesionarme el tobillo. Y eso que estaba advertida...
Las palabras obligatorias este mes eran: testificar, fallo,
caja, inadmisión, ultrasonido
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