Oquedad
Empiezo a sospechar que no queda nada ahí dentro, todo lo que
aflora suena a hueco. Anoche bebí un par de vasos de agua y en cuanto me moví, un rugido de
olas embravecidas surgió de mis entrañas. Desapareció en cuanto me senté. Después,
me tragué una avellana y la escuché caer haciendo "glup" al sumergirse.
Noté cómo las ondas del agua hacían cosquillas a mis instintos. Hoy el eco se
ha apoderado de mi, cada frase que pronuncio se repite media docena de veces.
Va a ser verdad que estoy vacía y no me habitan ya ni los recuerdos.
5 comentarios:
Um, que vigile cuando llegue el invierno, no se le enfríe demasiado la tripa, que he oído que el agua al congelarse se expande, je je.
Muy buena metáfora Esperanza, y la imagen preciosa ¿sabes de dónde es?
Abrazos.
Demasiada oquedad, no te creo.
De dónde se supone que salieron las palabras que escribiste???
Que no, que no
El vacío no existe o lo es todo.
Un beso.
Un vacío atronador. Espero que eso nunca ocurra.
Muchos abrazos, apañera
La imagen y tus palabras producen el efecto contrario del micro te llenan desde el primer renglón dando la sensación de quedar saciado de buena historia.
Besos de gofio.
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