De la rutina insípida de su oficina discurre la cena: sopa de
primero salpimentada por la ineptitud del jefe; de segundo plato, un revuelto
de champiñones con cierre de empresa, servido con guarnición de patatas sin un duro y de postre la pobre chica de
recepción, que no tiene donde caerse muerta.
No toma café, últimamente le
quita el sueño, igual que a mí esos
restos de carmín de su cuello que ya ni se molesta en borrar.
(Esta fue una de mis propuesta para ReC esta semana, con la frase de partida "De la rutina insípida de su oficina..." )