No sabe ni como se llama, de tanto cambiar de nombre se le ha olvidado. Camina sobre las huellas de sus héroes y se viste como ellos, solo que en él las mallas de superhombre son la grotesca imagen de los calzoncillos sobre los pantalones. Ríe con la sonrisa de otros, ve el mundo con miradas prestadas y ni siquiera habita en sus sueños. Se mira al espejo y no se ve, busca su sombra y no se encuentra, hace mucho que perdió su rastro, tanto que ni siquiera recuerda que un día existió.
(Este relato fue mi aportación al concurso No me vengas con historias sobre las mentiras)
7 comentarios:
Triste perderse a uno mismo tanto que no te encuentres...Me gustó.
Besos desde el aire
Esperanza muy buena la caracterización del personaje, un "sin identidad" con identidad múltiple. A veces querer ser otra persona es lo que tiene.
Me gustó mucho, un abrazo y a seguir escribiendo.
Eso sí que es perderse dentro de uno mismo a fuerza de querer encontrarse.
Me gusta, compañera, me gusta.
Tanto cambiar le ha llevado a perderse definitivamente. Un micro triste.
Besos
ROSA ¡y a cuanta gente le pasa eso! Gracias por tu fidelidad.
Un abrazo,
NICOLAS efectivamente, eso es lo que pasa cuando nos negamos a ser nosotros mismos.
Un abrazo,
ELENA hummmm! magnifico comentario a modo de conclusión.
Un abrazo compañera
ELYSA tan triste como no descubrirse a sí mismo.
Un abrazo,
A lo mejor no quiere verse porque no acaba de aceptarse.
MONTSE has dado en el clavo, cuando uno no se quiere...
Abrazos,
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