UN PINCEL PARA EL ALMA

Hay pocas cosas que muestren con tanta trasparencia el interior de un ser humano como su obra pictórica.

Esta es una pequeña muestra de la obra de Dolores Lafuente, comprimida en unas imágenes que no le hacen justicia, montadas por una servidora, que pone muy buena intención pero escasa técnica.

Dolores Lafuente es una pintora entregada, que en sus ratos libres ejerce de médico y que mezcla en su paleta y en sus lienzos colores y formas de sus vivencias que transmiten la fuerza y el equilibrio de la artista.

Sus cuadros son un regalo para la vista y para los más necesitados, porque el dinero que recauda con su venta va íntegramente a aliviar el sufrimiento del tercer mundo.

Merece la pena su obra y merece la pena su intención.

Si te gusta su pintura y quieres y puedes colaborar en esta noble causa, dímelo y yo te pondré en contacto.

CONFIDENCIAS


Me causa un cierto pudor convertir en palabras mis sentimientos, aunque la sensación de paz que me queda cuando lo hago, es la misma que siento cuando derramo las últimas lágrimas después de un largo llanto.

Nunca me ha resultado fácil sumergirme en el fondo de mi corazón, tal vez por miedo a encontrar emociones que no puedo explicar, tal vez por el vértigo que me produce destapar un torrente de sentimientos amordazados e ignorados durante décadas o tal vez porque nunca aprendí a dar rienda suelta a las sensaciones.

Me esta costando limpiar de telarañas este corazón en desuso y como en tantos otros rincones de mi vida, la palabra se ofrece como instrumento para ello, pero mi leal compañera lo tiene difícil en este terreno, porque darle cuerpo a lo intangible y que se mire en el espejo y se reconozca, puede convertirse, según y como, en un milagro.

Es el primer intento, de airear mis emociones, de sacarlas de paseo vestidas para la ocasión y y espero que no sea el último. CONFIDENCIAS pretende ser la calabaza convertida en carroza que haga realidad el sueño de llevarlas de visita allí donde las quieran escuchar.


¡SURSUM CORDA!

UNA CANCION POR EL TIBET



UNA CANCION POR EL TIBET

Yungchen Lhamo es sin duda la voz del Tibet. Su nombre significa Diosa de la melodía y la canción, y se lo puso un monje budista, muy acertadamente, por cierto. Decidió abandonar el Tibet en 1989, y dar a conocer al mundo tanto la música de su país, como su cultura y tambien la opresión que sufre su pueblo por parte de China.: “Antes de los chinos, el Tíbet tenía un orden social que, aunque no perfecto, era una sociedad que se cuidaba a sí misma. Llegaron los chinos e introdujeron cualidades en ese orden: el trabajo de los niños, la anti-espiritualidad, la idea de una inferioridad cultural. El problema está más allá de aquellos que públicamente se resisten y son torturados y asesinados. La vida cotidiana del pueblo está destruida”.
Sus interpretaciones “a capella” la han hecho famosa y sus canciones evocan las cumbres nevadas de su tierra natal, el viento y el lenguaje de los pájaros.
“Me siento muy afortunada de poder hacer esto, aunque conlleva una difícil forma de vida, siempre viajando para nunca llegar a casa. Pero me gusta cantar con la motivación de inspirar al público”, dice Yungchen Lhamo. Prestando al mundo su bonita voz y su visión expansiva, está completando el destino establecido ante ella. “En el budismo, el ideal es ser útil, contribuir activamente para que las cosas sean mejores”, dice. “Es muy fácil sentarse solo y hablar sobre amor y compasión, pero para introducir eso en tu trabajo ... eso es práctica espiritual”.

LA PERCHA DE MI TOGA


Siempre tuve claro dedicarme a esta profesión, no recuerdo haber tenido duda alguna en mi infancia ni en mi juventud al respecto. Las dudas han surgido en la madurez, y tras muchos años de ejercicio. Ahora que estoy en la cumbre de mi carrera profesional, me cuestiono mi vocación ¡hay que fastidiarse!.

A veces, cuando estoy sentada en el estrado, en medio de un juicio, escuchando el alegato del compañero contrario, o la monserga de Su Señoría reprendiéndome por sacar los pies del tiesto, me aíslo, por unos segundos, de lo que me rodea y me pregunto: ¿Qué estoy haciendo aquí?.

Yo creo que Thomas Hobbes estaba pensando en sus abogados cuando pronunció la célebre frase de : “El hombre es un lobo para el hombre” homo homini lupus. Y es que el mundo de los Letrados es una guerra de todos contra todos, colmada de la agresividad que produce la necesidad de ganar siempre.

Con todo y con eso, el cliente, a menudo no se conforma y te pide que le sirvas la cabeza de su oponente en una bandeja, para escarnio público del perdedor, y una, que ya peina canas en la profesión, y que ha visto muchas cosas y presenciado muchas miserias humanas, se resiste a entrar en ese juego reprobable.

¡¡Si mi toga hablara!!! De la percha de mi toga cuelgan mis vivencias en esta profesión en la que me dejo la piel día a día, y a través de la que busco incesantemente el equilibrio y la justicia.

A menudo encuentro historias de rencillas, odios y rencores que envenenan las vidas de los que los sufren y para las que no tengo antídoto. Si dispongo de remedios para aquellos que entienden que un acuerdo no es llevarse el gato al agua y ofrezco mi extenso catalogo de soluciones para los que están abiertos al dialogo.

En la percha de mi toga se aloja un magnifico observatorio del alma humana, que cada día me enseña algo nuevo sobre la vida y sobre los distintos caminos para recorrerla.




POCO A POCO




Alli estabas, angustiada, mirando sin ver, esperándome. Me dijiste con voz entrecortada “vamos a dejar las cosas como están, anoche me volvió a pegar”. Hice como si no te escuchara, te tome del brazo y te conduje a la sala “tranquila, vamos a entrar, tu no digas nada, dejame a mi hacer mi trabajo”.

Te dejaste llevar, y poco a poco fuiste recuperando la calma, poco a poco descubriste que no tenias que pedirle perdón por haberte robado la dignidad, sino despreciarle por ello,
poco a poco fuiste ganando la confianza que nunca debiste perder y le despojaste del poder que le habías otorgado sobre ti,
poco a poco recobraste el coraje del que hacías alarde muchos años atrás, y le arrebataste con firmeza lo que él maliciosamente te quitó.

Tus ojos brillaban cuando salimos de aquella sala, la vida se reflejaba en tu semblante, lo habías conseguido, todo podía ser distinto, volvías a ser dueña de tu propio destino.

Nos despedimos en la esquina de Castellana, “eres un ser único y excepcional, no permitas que nunca más te vuelva a poner la mano encima” te dije, y tu barbilla respondió ahogando el llanto.

Te vi alejarte del brazo de tu angel de la guarda y por un instante creí que el milagro era posible, pero tomaste el camino que ya conocías y
poco a poco convertiste el coraje en miedo,
poco a poco enterraste la confianza en ti misma
poco a poco le regalaste nuevamente tu dignidad y
poco a poco, al fin, volviste a arrojarte en sus brazos,

A veces me pregunto si es lícito mostrar a alguien donde están las puertas del cielo, cuando no sabe como salir del infierno.

EL PODER DE LA PALABRA




Siempre he tenido el gusanillo de escribir, pero últimamente esa necesidad llama a mi puerta con más intensidad y con más frecuencia, y es que definitivamente lo mío es la palabra. No se manifestar mi esencia de otra manera.

Tengo la fortuna de vivir de la palabra, contemplo diariamente su poder curativo y su capacidad de transformar una pesadilla en una esperanza, pero también conozco su lado oscuro y su facilidad para romper en mil pedazos una ilusión.

Me gusta jugar con ella, empujarla, vestirla de ironia, pintarla de amor, y confieso que alguna vez la he utilizado como trueno de la más oscura tormenta.

A veces se va y por más que yo lo intente, no viene cuando la llamo sino cuando ella quiere, y me deja sola y en silencio, sin nada que decir.

Somos compañeras de viaje y nos utilizamos mutuamente: Ella me usa a mi para convertirla en voz y yo la uso a ella para transformarla en sentimientos.

Somos muchos, los vendedores de palabras, sobre los que recae la gran responsabilidad de su buen uso y es que, las palabras gobiernan el mundo y cuando son utilizadas como instrumento de paz y de concordia, nos acercan a una nueva conciencia, pero cuando se ponen a merced de intereses sectarios y partidistas, causan daños irreparables en los que las reciben, si no son capaces de darse cuenta de la intención con la que han sido lanzadas.