LA DURA Y DISPERSA TAREA DIARIA


La mañana no podía haber empezado más movida, el teléfono no para de sonar y yo intentando concentrarme en estos recursos contenciosos-administrativos que me traen por la calle de la amargura.

Cuando por fin parece que empiezo a entender algo de las especificaciones técnicas de unos aparatos surtidores, que para poder explicarlas al juez primero tengo que entender yo, porque sino a ver como le convenzo de que funcionan perfectamente, vuelve a sonar el teléfono con machacona insistencia, una urgencia al otro lado de la línea ¿urgencia? ¿de verdad que es una urgencia?.

Lo cierto es que por enésima vez he perdido el hilo de lo que estaba haciendo, y ahora tengo que volver a repasar el sistema de medida de los “aparatitos” en cuestión, que a estas alturas de la mañana y tras tantas interrupciones, se han convertido en una materia inabordable próxima a alcanzar la categoría de pesadilla.

Y es que así no se puede trabajar, no señor, porque si no consigo centrarme y comprender la esencia de estos diabólicos artilugios, acabaré haciendo un relato ininteligible al estilo “Antonio Ozores” y el juez, por poco interés que le ponga al asunto, se dará cuenta de que no se por donde me ando.

A pesar de que tengo muy claro que la clave está en centrarse cada vez en una única tarea, y cuando la remate, empezar con la siguiente como si también fuera la única, y así sucesivamente, no consigo llevarlo a la práctica, es una de mis asignaturas pendientes, pocas veces logro cumplir la agenda diaria, siempre surge algún fuego que apagar, que cuando me dispongo a sofocarlo, en la mayoría de las ocasiones, resulta que ni siquiera tenía llama y otras veces ni siquiera había empezado a salir humo.

Al final, destino la mañana del domingo para hacerme tanto con los aparatos surtidores, como con la evidencia de que el único fuego que necesito apagar, so pena de morir abrasada en él, es el de mi sistema de trabajo.

FELIZ NAVIDAD



La llegada de la Navidad es un buen pretexto para hacer un alto en el camino y traer a la memoria a todos aquellos que, de una manera u otra, han formado o forman parte de mi vida, a todos ellos quiero recordar en estos momentos:

A mis amigos, tanto a los que os veo a menudo, compartiendo con vosotros mis mejores y mis peores momentos, como a los que estáis lejos, y a pesar de ello siempre os siento tan cerca.

A Juan, por la paz y serenidad que me aportas día a día

A Ana y Pedro, que sois los verdaderos protagonistas de los mejores momentos que he vivido.

A mi gente del despacho, mi equipo, el mejor, que me soportáis y sufrís diariamente.

A mi madre y a mi hermano porque a pesar de mis canas, seguís siendo mis referencias

Al resto de la familia porque me dais el calor que aporta sentirse parte de una tribu que te arropa.

A los que me tendéis una mano cuando me caigo y a los que me regaláis la palabra precisa en el instante oportuno.

A los que me complicáis la existencia porque gracias a vosotros cada día maduro un poco más y me preocupo un poco menos de lo que me ocurre.

A los que estuvisteis y ya no estáis, pero dejasteis en mi la huella de vuestro paso

A todos vosotros que dedicáis una parte de vuestro tiempo en leer lo que escribo.

A todos, gracias por estar ahí y por compartir conmigo estos momentos.


Feliz Navidad y que los buenos deseos y buenas intenciones que nos acompañan en estas fechas, sigan con nosotros durante todo el año.

LA MAGIA DE LA PALABRA



Domingo por la tarde, que nadie cuente conmigo, que hoy no me muevo de casa, quiero disfrutar de una jornada tranquila, calzarme una siesta de campeonato, leer y holgazanear, que es lo que más me gusta.

No estaba en mis planes ponerme a escribir, pero al caer la tarde, y tras varios intentos reprimidos durante el día, me rindo ante el teclado del ordenador y empiezo a lanzar palabras compulsivamente.

Definitivamente, me encanta escribir, me sienta tan bien lanzar fuera lo que llevo dentro!!!!!!!

No me paro a pensar si lo hago bien o lo hago mal, lo hago, que es lo único que me importa y cuando tengo la fortuna de ver como las palabras dan vida a mis sentimientos, y los vivo fuera tal como los siento dentro, una corriente de emoción recorre todo mi ser.

Es mi mejor terapia para darle cuerpo al miedo y así plantarle cara; para poner nombre a los problemas y así poder identificarlos, como primer paso para solucionarlos; para airear mis emociones y ver su imagen en el espejo.

La magia de la palabra me seduce y me rindo a sus pies porque ella crea el milagro de convertir mis vivencias en testimonio.

MI MUNDO DE COLORES



Los que me conocen saben que siempre tengo los pies en la tierra, a veces, hundidos en el fango, diría yo, pero, cuando cierro los ojos, todo cambia, mi realidad se convierte en un mundo de colores.

Azul, blanco, naranja, verde, violeta, rosa......... un color en cada ocasión.

El verde y el violeta se repiten con intensidad. El blanco lo he saboreado un par de veces, y me aferro a su recuerdo, para mantener viva la llama de volverlo a vivir de nuevo. El negro me ha sobrecogido porque cuando lo he visto venía acompañado de desolación y destrucción.

Un color para cada sensación, para cada momento, para cada parte de mi cuerpo, un color para mi frustración y un color para mi emoción.

Me gusta bañarme en el, deslizarme por las formas que dibuja, pero, cuando intento retenerlo, desaparece, mi eterna sombra lo espanta.

¿Qué significa su presencia en mi interior? No lo sé, me he pasado la mayor parte de mi vida buscando respuestas, y ahora que reúno la madurez suficiente, para, por fin, obtenerlas, han dejado de interesarme.

POBREZA


Al girar la esquina casi le piso, no había reparado en él, oculto entre cartones, escapándose del frío y de la miseria, durmiendo la vida en el callejón que huele a orines y a desolación.

Bajo las greñas y la mugre, un ser humano y su historia: un mal paso, una mala compañía, un golpe inesperado de la vida, o todo un poco.

Sigo mi camino y me alejo del hedor que desprende, pero su sombra se queda prendida en mi memoria y baila a mi alrededor mostrándome la línea imperceptible que separa la riqueza y la pobreza, el todo y la nada, la risa y el llanto, el amor y el odio.

La falta de un empleo, el desánimo, la soledad, la desesperanza ........... ayudan a saltar al otro lado. ¡¡somos tan vulnerables!!.

En las heladas mañanas de invierno, le guardo un pensamiento y una intención: que se produzca el milagro de que encuentre su camino.

CARTA ABIERTA A UN MAGISTRADO



Con la venia de Su Señoria:




Disculpe mi atrevimiento pero necesitaba hacerle saber que los que vivimos al otro lado del estrado y unos peldaños más abajo que vuestra Ilustrísima, sufrimos diariamente los estragos de eso que usted imparte y a lo que le llama justicia, y es que, Señoría, con los debidos respetos, se ha vuelto usted a equivocar.

No seré yo quien ponga en tela de juicio su formación y experiencia, pero si soy yo, la que, a la vista de los resultados, cuestiona su forma de administrar justicia. Probablemente, usted piense que yo soy una vulgar leguleya, victima de una terrible pataleta por no haber conseguido la sentencia que perseguía, pero se equivoca, se vuelve a equivocar usted, Señoría, salta de error en error.

Permítame que le recuerde que usted el mes pasado en una sentencia, se sacó de la manga 10 años de antigüedad que le regaló a un trabajador, al que evidentemente, le puso en casa, y su error fue el que determinó el sentido del fallo (nunca mejor dicho) de la sentencia.

Advertido del patinazo por esta irreverente Letrada y a regañadientes, ha reconocido usted la evidencia y la metedura de pata, pero lejos de dar su brazo a torcer, ha dictado nueva resolución donde corrige su falta y esta vez, para conseguir que la sentencia no varíe, se saca de la chistera la ausencia de una prueba. Perdóneme pero se le ha visto el truco, la prueba que dice usted que falta, esta en el expediente de este caso, delante de sus propias narices. Y ahora ¿qué hacemos? ¿qué le digo yo al cliente? Mejor le digo que vaya a verle y se lo cuenta usted ¿qué le parece?

Señoria, de verdad le digo que esto no es serio, no le pido que me de la razón, le pido que haga su trabajo y lo haga bien, que descienda de una vez por todas, al mundo de los mortales, reconozca su error y adopte las medidas oportunas para arreglarlo.


¿No cree, usted, Señoría, que a lo mejor, la diosa romana de la justicia lleva los ojos vendados para no ver lo que hacen algunos de sus hijos en su casa?.



Atentamente,

Fdo. Una humilde Letrada que se resiste a perder la fe en la justicia.







Para vivir

Joan Manuel Serrat le pone música y letra, de forma magistral, como siempre, a la necesidad de dejar a nuestros hijos que vivan sus propias vidas.

LA GENERACION PERDIDA. (II)


Ahora viene la segunda parte: la incorporación al mercado de trabajo de estos vástagos que con tanto esmero hemos preservado en una urna de cristal.

Entre que ellos no le ponen ningún entusiasmo al desempeño del puesto y que nosotros nos erigimos en vigilantes de las condiciones laborales, para que no les engañen, para que no se aprovechen de ellos........ el resultado no puede ser más desalentador.

Ciertamente, yo he comprobado con mis propios ojos, como empresarios y hombres de negocio consolidados, salidos de la nada, hechos a sí mismos, se transforman como si del. Dr. Jekyll y Mr. Hyde se tratara, cuando son sus hijos los que empiezan a trabajar, y se tornan en fieros sindicalistas que no consienten que sus retoños trabajen a cambio de lo que ellos denominan, míseros salarios, salarios que por otra parte, son similares a los de los operarios de sus empresas, pero ¡no es lo mismo!

El colmo del proteccionismo me lo narraron hace unas semanas: una madre que acompaña a su hijo a la entrevista de trabajo, y cuando el candidato va a entrar en la sala para ser entrevistado, la madre pide entrar también, alegando “es que mi hijo se pone muy nervioso”. Desconozco la valía del candidato, pero aunque hubiera sido el mejor, el puesto nunca hubiera sido para él, porque adolecía de un defecto insalvable: su madre.

Bien es cierto que no se pueden pedir milagros, porque no tienen experiencia, como tampoco la teníamos nosotros cuando empezamos, pero el problema es que tampoco tienen ilusión, porque, en realidad el trabajo, no les es imprescindible, sobre todo, cuando no tienen a la vista proyectos de convivencia marital,............ porque siempre tienen dinero en el bolsillo para irse de copas con sus amigos,.............. porque viven en la casa familiar como en un hotel de cinco estrellas, comida hecha, ropa limpia, total libertad de movimientos,............ porque no les hemos permitido vivir la satisfacción y la euforia que acompaña a esa meta que tanto esfuerzo y energía nos ha costado alcanzar................porque no les hemos dejado caerse para que luego se levanten con la lección aprendida y con fuerzas renovadas............ porque no tienen necesidad de levantarse cada mañana y comerse el mundo, ya que es el mundo el que, hace tiempo, les devoró a ellos.

Dejemos que se caigan, se levanten, sufran, amen, lloren, rían, se ilusionen, se frustren, busquen su camino y vivan sus vidas, como a nosotros nos han permitido vivir las nuestras.

LA GENERACION PERDIDA. I

Pertenezco a una generación que nos hemos trabajado paso a paso nuestro porvenir, nada se nos ha regalado, el esfuerzo y la constancia eran valores en alza y el canal necesario para alcanzar nuestros sueños.

Añorábamos muchas cosas que no teníamos y disfrutábamos con su simple contemplación ya que, en el fondo, sabíamos que nunca serían nuestras.

Recuerdo aquellos zapatos de gitana, rojos con lunares blancos, que destacaban entre todos los demás, tras el escaparate de “Los Guerrilleros”. Tantas veces pasaba, tantas me paraba a contemplarlos e imaginarlos míos. ¡hubiera dado cualquier cosa por tenerlos!. Lo mismo ocurría con la casa de muñecas que vivía en el escaparate de aquella tienda de juguetes de la calle Elfo, parada obligatoria todos los domingos de vuelta a casa, tras haber ido a misa de doce. Una de las primeras frustraciones que recuerdo, fue la que experimenté el domingo en el que comprobé que mi juguete preferido ya no estaba.

Estas sensaciones son desconocidas para mis hijos, porque siempre han tenido aquello que han deseado, mucho antes de que el deseo se convierta en anhelo, y no han tenido, hasta ahora, que esforzarse para conseguir lo que quieren, porque aquí estamos sus padres, para proporcionarles todo aquello que nosotros no tuvimos.

Procuramos que nuestros retoños vivan entre algodones, para que no sufran, para que no les hagan daño, para que no les falte de nada………..para que sean ¿felices?, y con estos ingredientes aderezados de una buena dosis de permisividad y una pizca de falsa camaradería entre padres e hijos, conseguimos el prototipo de la generación actual: jóven inmaduro, inseguro y deprimido ante la primera adversidad que la vida le presenta.

Solo hay que observar la cola para hacer la matricula de cualquier Facultad y ver que, entre quienes la forman, predominan los padres y no los hijos que supuestamente van a ingresar en la Universidad ¿Dónde están ellos?.

Si cuando yo entré en Derecho, allá por el año 80, hubiese sido mi padre el que me matriculara y no yo, habría sufrido en mis carnes todo tipo de mofas y hubiera sido señalada con el dedo mayoritaria y públicamente, por los siglos de los siglos.

Y es que nos hemos empeñado en utilizar a nuestros hijos para saldar nuestras más profundas frustraciones. Le voy a comprar a Ana unos zapatos de gitana, si ella no sabe porqué, yo si. Continuará……………………………

ATRAPAR EL TIEMPO

Cuando era niña, el tiempo avanzaba muy lentamente. Los días eran eternos, mi vida se concentraba en esperar: esperar a que llegaran las vacaciones, esperar a ser mayor, esperar a ser dueña de mi vida.........

A la vez que cumplía años, el tiempo se desperezaba e iba cogiendo ritmo, y así cumplí los ansiados dieciocho, pensando que cuando llegará a ellos, todo sería distinto, pero nada cambió.

A los veinte y durante su década, todavía era capaz de ver el tiempo pasar, pero cuando cumplí los treinta, los años decidieron tomar carrerilla, y me puse en los cuarenta en un suspiro.

Con los cuarenta llegó la necesidad de reflexionar al ver como las horas y los días volaban ante mis ojos, llevándose la vida prendida en sus alas y descubrí que el tiempo es la medida de nuestra presencia.

Me di cuenta que lo único real es el momento presente, y no podemos dejarlo escapar, hay que sumergirse en él y hacer que el reloj se arrodille a sus pies.

Vivir atado al pasado es esperar inútilmente a que pase el tren en una estación abandonada, mientras que renunciar al ahora por reservarnos para el mañana, supone cambiar la oportunidad por un sueño que, tal vez nunca tome cuerpo.

Todos los años, en esta fecha, pongo mi atención en el paso del tiempo, y le doy gracias a la vida que, como cantaba Violeta Parra, me ha dado tanto y le pido amor, salud y paz interior para seguir disfrutándola.

Hoy cumplo 46 años.

EL DISPARATE DE LA JUSTICIA


El día ha amanecido nublado, como mi ánimo. Circulo rumbo al quehacer diario, totalmente absorta en mis pensamientos. Saludo a Jaime, haciendo un ligero gesto con la mano, como todas las mañanas, y espero a que la puerta del garaje se abra y me transporte, otro día más, a la vorágine de las llamadas, las reuniones, los juicios, los fuegos que apagar, los problemas que resolver……..

La simple visión de mi mesa, me invita a cerrar la puerta por fuera, pero en un alarde no se si de valentía o de insensatez, entro en mi despacho y me dispongo a empezar la jornada con más sentido de la obligación que de la devoción.

¡¡¡¡Por donde empezar!!!!!, una voz inaudible para los demás, pero clara para mi, me dice “quemalo todo, que el fuego purifica y vete a pasear” (mira por donde, he descubierto el origen de la expresión “mandar a alguien a paseo”). Como no puedo hacer una pira con las resoluciones judiciales que pasaron la noche encima de mi mesa, (porque qué le digo yo, después a los clientes), decido barajarlas y al azar elijo la primera a diseccionar.

Si mi ánimo estaba ya nublado, ahora se torna negro y tormentoso, cuando compruebo que la resolución que ha resultado seleccionada es una sentencia, plagadita de errores, pero no unos errores cualquiera, sino lo que en nuestro argot se denominan “errores groseros y manifiestos” , resumiendo: que el Señor Juez ni se lo ha mirado, pero con todo y con ello, se cree capaz de imponer su “recto” criterio en un asunto donde no ha conseguido ni siquiera identificar quienes eran los indios y quienes los americanos.

No hablo de perder o ganar un caso, eso entra dentro de la dinámica del juego procesal y de los riesgos del directo, hablo de coherencia y de congruencia, de que si interpongo una demanda para divorciarme no salga una sentencia en la que me condenen por estafa.

Hablo de que si resulta probado que un trabajador ha metido la mano en la caja, no me venga el juez con falsos paternalismos, reconociendo que es verdad lo que digo, pero que, como es un hombre mayor, pues lo calificamos de pecadito venial, y aquí no ha pasado nada y todos tan amigos e incluso, nombramos al ladronzuelo responsable de las finanzas de la empresa.

Presencio y sufro en mis carnes diariamente más disparates en la justicia de los que nunca antes había vivido. Las largas horas de trabajo que los abogados dedicamos a preparar nuestros alegatos de defensa y nuestros recursos, son ignoradas por algunos de sus Ilustres Señorías, que no dedican ni un mínimo de su tiempo a instruirse sobre el litigio y sobre las pretensiones de las partes y a pesar de ello, se sienten erigidos de una potestad “cuasi” divina, para discernir quien de los litigantes tiene razón, aunque realmente no sepan si lo que se están disputando es un cordero, o una vivienda en Calatayud.

Sócrates decía que las cuatro cualidades que debe reunir un juez son: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.

¡¡¡¡¡Si levantara la cabeza ahora, no se lo que pensaría!!!!!

EL COLOR DE LA ESPERANZA

El color negro siempre ha estado, de una manera o de otra, presente en nuestras vidas.

Negras eran las sotanas de los sacerdotes que nos hablaban del pecado y de la culpa.

Negras siguen siendo las togas de los jueces, investidos de la potestad de darte o quitarte la razón.
Negro “luto” era el color elegido como penitencia, por las hembras resignadas con su mala suerte, enfrentadas con la vida y acostumbradas a la muerte.
Negro era el adjetivo empleado para calificar un futuro sin expectativas.

Sin embargo, todo esta cambiando, hasta el color negro, que ahora está de moda. Tener varias prendas negras de fondo de armario, es casi de obligado cumplimiento. El negro es el color de la elegancia y desde el miércoles pasado se ha convertido en el color de la esperanza.

Barack Obama ha llegado a la Casa Blanca, será nombrado nuevo Presidente de los Estados Unidos de América y tendrá que asumir la difícil tarea de dirigir, no sólo, los destinos de los norteamericanos sino, de los habitantes de este planeta, porque cuando Norteamérica se resfría, el resto del mundo estornuda.

Tan sólo hace 50 años, que una mujer negra fue arrestada, por negarse a ceder su asiento en un autobús a un blanco y ahora, un ciudadano de raza negra, pasará a regir los destinos del mundo.

Aunque los distintos gobernantes nacionales e internacionales que hemos tenido la desgracia de padecer, han ido matando nuestra confianza, quiero creer que con él llegará el cambio.

Yo también tengo un sueño, con el permiso de Martin Luther King, y ese sueño es vivir en un mundo mejor, para lo cual se necesitan dirigentes con una sólida formación intelectual y humana y una acusada vocación de procurar el bien común.

Quiero creer que con Obama es posible. Mi confianza en la clase política quedaría definitivamente sepultada si al final resultara ser un vendedor de humo. Todo puede ocurrir.

ME DUELE EL MUNDO

Hoy sólo tengo lagrimas para derramar, lagrimas por Aisha Ibrahim Duhulow, lagrimas por la especie humana, que es capaz de cometer una atrocidad semejante.

Aisha Ibrahim Duhulow, de 13 años ha sido lapidada hasta morir en Somalia acusada de adulterio según la ley islámica. La realidad, según informa Amnistia Internacional, es que había sido violada por tres hombres y que al intentar denunciar la violación ante la milicia de Al Shabab, que controla Kismayu, fue acusada de adulterio y detenida. Ninguno de los hombres que participaron en la presunta violación ha sido acusado ni arrestado.

Hoy el aire se ha vuelto más denso y difícil de respirar, porque esta terrible noticia ha tenido un mínimo eco en la prensa, y no ha conseguido arrebatarle ninguna portada ni a la crisis económica ni a Barack Obama.

Hoy este planeta se ha vuelto un sitio más hostil para vivir, porque hemos permitido que Duhulow fuera impunemente asesinada y no hemos hecho nada para evitarlo.

Hoy la esperanza de avanzar hacia un mundo mejor ha dado un gran paso atrás, porque seguimos consintiendo que, en nombre de la ley y la tradición, se cometan crímenes atroces.

Hoy el corazón de la Tierra llora en silencio, porque un ser humano ha sido salvajemente asesinado por el simple hecho de haber nacido mujer.

Hoy sólo tengo lágrimas para derramar, lágrimas por Aisha Ibrahim Duhulow y por todas las mujeres que en el mundo sufren persecuciones, malos tratos, mutilaciones y son víctimas del odio de aquellos que, ahogan su miedo a ser destronados, utilizando la violencia.

ALGO PARA RECORDAR



Soy de las que piensan que recordar no es lo mismo que “te vas a acordar”, no señor, no tiene nada que ver, aunque haya mucha gente que apelando al recuerdo, pretenda la revancha.

Nunca me he creído que la “memoria histórica” sirva para reparar o enmendar situaciones que nunca debieron producirse, sino todo lo contrario, creo firmemente que, tal y como está planteada y tal y como la entendemos, queda limitada a un mero ajuste de cuentas.

¿Quién no ha vivido la muerte de un abuelo, o de un familiar cercano, que ocurrió injustamente durante la contienda? Esa muerte gratuita pende sobre la conciencia de, al menos, las dos generaciones siguientes, que nacen y crecen con la memoria del familiar desaparecido, con las historias cruentas de cómo le dieron muerte, elevándole, en muchas ocasiones a los altares, merecida o inmerecidamente y consiguiendo por tanto que la sed de justicia se torne en sed de venganza.

Deberíamos, por tanto, hablar de venganza histórica no de memoria histórica. Muchas veces confundimos el recuerdo con el rencor, y nos enredamos en la espiral del odio heredado y de la revancha, que no tiene ningún poder para borrar los efectos de una injusticia.

Recordar, sí, sin duda, para que no vuelva a ocurrir, pero lo qué pasó, pasó y por mucha memoria histórica que imploremos, nadie nos va a devolver al ser querido que se fue.

La tan manida dignidad de los muertos en la guerra, que ha de ser restituida, no existe, desengañémonos, la dignidad es cosa de los vivos y frecuentemente recurrimos a ella cuando necesitamos demostrar al mundo que éramos nosotros los que teníamos razón y los otros eran los malos, en definitiva, cuando necesitamos que triunfe nuestro ego.

Sólo cabe un remedio eficaz, y no es el olvido, no, sino el perdón, que deja a salvo el recuerdo, liberándonos del rencor y permitiendo que el se fue, extemporánea e injustamente descanse, por fin, en paz y nosotros también.

LOS CARAMELOS DEL DESAMOR



En el platito de caramelos de recepción, siempre están los mismos, los caramelos de toda la vida, grandes, sobrios, con empaque pero, no se que pasa que nadie se los come y allí siguen, silenciosos testigos de las visitas, del tiempo que pasa y de todo lo que se cuece en el entorno. En cambio las gominolas, son vistas y no vistas, no les da tiempo a llegar al plato y ya han sido devoradas por el primero que pase, da igual que sea la cartera, el mensajero, el cliente o alguno de los que aquí trabajamos.

En cualquier caso, nada comparable con los caramelos de café con leche que compraba mi Tía Taquia en la tienda de la esquina, cuando venía a pasar el invierno a Madrid, y que se te pegaban a los dientes como si de un pegamento se tratara.

Pues con los divorcios pasa lo mismo, ves parejas que llevan más de veinte años juntas, se instala el desamor, aparece la gominola y el caramelo de toda la vida se queda sólo y desamparado, no sin antes convertirse en caramelo de café con leche aferrándose a su santo/a en un intento desesperado de no perderle.

Bromas aparte, y sin ánimo de frivolizar con asuntos tan dolorosos, en el despacho comprobamos diariamente como personas (lease generalmente hombres) entre los 40 y 50 años, con una situación familiar aparentemente estable y con una posición económica acomodada, ponen su mundo patas arriba, dejando atrás vidas y haciendas y embarcándose en nuevas aventuras amorosas que les haga sentirse vivos.

La duda que nos asalta ¿primero se instaló el desamor y después vino la gominola? o ¿vino la gominola y apareció el desamor?, hay opiniones para todos los gustos, la polémica está servida.

No obstante y sin pretensiones de moralina ¿has comprobado lo que dura un caramelo de los de toda la vida en la boca y lo que persiste su sabor? prueba ahora con una gominola, a ver cuanto te dura.


LIBERTAD DE PENSAMIENTO



No me gustan las etiquetas, ni ponerlas ni que me las pongan, me resisto a que envasen mis ideas, que las encorseten dentro de una categoría: de derechas, de izquierdas, progresista, conservadora, a favor de uno, a favor del otro .......

La única categoría a la que acepto pertenecer es a la de librepensador. Ni siquiera lo acepto en género femenino, así que, con permiso de nuestra Ministra de Igualdad, me alisto libre y voluntariamente a las filas machistas y me lo aplico en masculino, que me gusta más.

Me declaro abiertamente librepensador, en el sentido estricto de la palabra, despojada de las connotaciones religiosas y de otras índoles que se le han ido atribuyendo a lo largo de la historia.

No comprometerme con ninguna corriente de pensamiento ni con un ideario político me da la libertad de observar los hechos e interpretarlos conforme a mis propios criterios, puedo disentir, sin tener que pedir disculpas por ello y puedo aplaudir y apoyar un proyecto, sin que ello me comprometa a aceptar el programa entero.

De cualquier manera no es fácil mantenerse en el status de librepensador, los medios de comunicación te bombardean diariamente con noticias que te venden ya masticadas y tamizadas, para que no tengas que molestarte en sacar tus propias conclusiones y así, de paso, te adhieras a la línea de pensamiento que te marcan.

Lo mismo ocurre en mi entorno social cuando me pronuncio a favor de una idea o de un proyecto, en cuanto me descuido, automáticamente me asignan la calificación de adepta al ideario completo.

Mantener el equilibrio entre tanta información maleada y tantos intereses, se convierte en una lucha titánica que, además, llevo en solitario, con resultados inciertos.

Salirme de la manada y de la senda marcada, no solo no está bien visto sino que además acarrea descalificaciones y marginaciones (“o estas conmigo o estás contra mi”). Es el precio de la independencia y de la libertad de pensamiento, que yo, sin duda, estoy dispuesta a pagar.

QUISIERA CONTARTE

Quisiera contarte que nací en el seno de una familia humilde tirando a media, o media tirando a humilde, como prefieras, en el Madrid de los años 60, dentro de una España muy diferente a la que tenemos ahora.


Quisiera contarte que recibí una educación religiosa a la antigua usanza y con ella todos los aderezos, prohibiciones y dogmas que la acompañaban. Todavía hoy sigo soltando su lastre por las esquinas.

Quisiera contarte que de mi padre heredé el don de la palabra. El me enseñó a ser una persona íntegra y a moverme por la vida con la dignidad que te da el actuar conforme a los dictados de tu conciencia. Todavía siento el dolor de su pérdida.

Quisiera contarte que de mi madre aprendo día a día el valor de la generosidad y de la entrega desinteresada. Ella me desveló el secreto de cómo sacar el mejor partido a las distintas peripecias que la vida nos pone delante.

Quisiera contarte que hace más de dos décadas el amor llamó a mi puerta, se instaló en mi casa, y se ha convertido en el fiel compañero que llena de luz mi existencia.

Quisiera contarte que mi oficio me proporciona grandes alegrías, pero también amargos sinsabores. No olvido, no obstante, la gran fortuna que supone ganarse la vida haciendo lo que a uno le gusta.

Quisiera contarte que la emoción más intensa que recuerdo fue la mirada de mi hija nada más nacer y la sensación de tenerla entre mis brazos.

Quisiera contarte que aún conservo la llama rebelde de mi juventud, que se enciende ante las injusticias con la misma fuerza que entonces.

Quisiera contarte que el cielo habita en la sonrisa de mi hijo y en el brillo de sus ojos.

Quisiera contarte que cada día que pasa, me importa más lo que siento por dentro que lo que vivo por fuera.

Quisiera contarte que te he contado trocitos de mi vida en un cuento, en el que por descontado, no cuento ni la mitad de lo que te contaría, si de contar se tratara la historia de mi vida.

MOBBING


Viniste a verme cargada de razones, gritando justicia, pidiendo castigo para quien te había destrozado la vida. Tu jefa, esa mujer inhumana que se había ensañado contigo desde el primer día que te vio, que te había discriminado, fastidiado, perjudicado y que había arruinado tu existencia, tenía que pagar su culpa .

Me contaste todas tus desdichas y a mis preguntas contestabas con un guión aprendido a lo largo de años de lamentaciones, que no ofrecía respuestas.

Que aparentemente no entrabas dentro del perfil de una victima de mobbing, saltaba a la vista, no había que ser muy perspicaz, tus modos te delataban, pero no obstante, había que cerciorarse.

Desempolvando tu pasado descubrí una lista interminable de persecuciones sufridas, en el trabajo, en tu vida personal ........., una persona engullida por la mala suerte, que tan solo había sido afortunada en el casamiento, en elegir marido, al que, por cierto, como pude, personalmente, comprobar, desautorizabas a cada instante, recordándole sus torpezas.

No te acosa nadie, créeme, tan sólo tu sombra, aunque no quieres darte cuenta. El mobbing es otra cosa, cuando penetras en la mirada de una persona acosada te encuentras a un ser que gime de dolor por la agresión externa,. con una autoestima maltrecha, y con un alto grado de desorientación. De una persona sometida a acoso te sobrecoge su desesperación, su miedo y su grito implorando ayuda

En tu mirada no hay nada de eso, solo se percibe el odio y el rencor hacia la humanidad que conspira contra ti. Yo no tengo remedio para tu mal, porque hasta que no seas consciente de ello, seguirás siendo victima del mundo, de sus persecuciones y de sus injusticias. Seguirás siendo víctima de ti misma.

LA CAJA DE PANDORA


Una semana dura, mil y un asuntos a los que dedicarme y ni un segundo para mi. Este es mi momento, el ordenador y yo, solos, una frente al otro, el teléfono descolgado, y yo abandonada en mi cansancio, me dispongo a abrir la caja de Pandora, esperando que de ella salgan todos los males que atenazan esta ocupada cabeza y este pobre corazón.

De la caja sale la mezquindad de los que ponen en tela de juicio el precio de tu trabajo, cuando ellos exigen más dedicación de la que realmente pagan.

Sale también la miseria del que se empeña en someter todo lo que da, a una estricta vara de medir, olvidando todo lo que recibe.

Sale a continuación el afán desmedido de organizar vidas y haciendas ajenas, cuando tenemos en estado ruinoso las propias.

Por último, sale la infelicidad disfrazada de bienestar, de los que necesitan convencer al mundo que su vida es un ejemplo a seguir, tan sólo para poder creérselo ellos mismos.

Cierro la tapa y la semana y como en el mito griego, tan sólo queda dentro la esperanza, como antídoto para superar los males que me atenazaban y que ahora están fuera.

Curiosa la coincidencia con mi nombre.

UN PINCEL PARA EL ALMA

Hay pocas cosas que muestren con tanta trasparencia el interior de un ser humano como su obra pictórica.

Esta es una pequeña muestra de la obra de Dolores Lafuente, comprimida en unas imágenes que no le hacen justicia, montadas por una servidora, que pone muy buena intención pero escasa técnica.

Dolores Lafuente es una pintora entregada, que en sus ratos libres ejerce de médico y que mezcla en su paleta y en sus lienzos colores y formas de sus vivencias que transmiten la fuerza y el equilibrio de la artista.

Sus cuadros son un regalo para la vista y para los más necesitados, porque el dinero que recauda con su venta va íntegramente a aliviar el sufrimiento del tercer mundo.

Merece la pena su obra y merece la pena su intención.

Si te gusta su pintura y quieres y puedes colaborar en esta noble causa, dímelo y yo te pondré en contacto.

CONFIDENCIAS


Me causa un cierto pudor convertir en palabras mis sentimientos, aunque la sensación de paz que me queda cuando lo hago, es la misma que siento cuando derramo las últimas lágrimas después de un largo llanto.

Nunca me ha resultado fácil sumergirme en el fondo de mi corazón, tal vez por miedo a encontrar emociones que no puedo explicar, tal vez por el vértigo que me produce destapar un torrente de sentimientos amordazados e ignorados durante décadas o tal vez porque nunca aprendí a dar rienda suelta a las sensaciones.

Me esta costando limpiar de telarañas este corazón en desuso y como en tantos otros rincones de mi vida, la palabra se ofrece como instrumento para ello, pero mi leal compañera lo tiene difícil en este terreno, porque darle cuerpo a lo intangible y que se mire en el espejo y se reconozca, puede convertirse, según y como, en un milagro.

Es el primer intento, de airear mis emociones, de sacarlas de paseo vestidas para la ocasión y y espero que no sea el último. CONFIDENCIAS pretende ser la calabaza convertida en carroza que haga realidad el sueño de llevarlas de visita allí donde las quieran escuchar.


¡SURSUM CORDA!

UNA CANCION POR EL TIBET



UNA CANCION POR EL TIBET

Yungchen Lhamo es sin duda la voz del Tibet. Su nombre significa Diosa de la melodía y la canción, y se lo puso un monje budista, muy acertadamente, por cierto. Decidió abandonar el Tibet en 1989, y dar a conocer al mundo tanto la música de su país, como su cultura y tambien la opresión que sufre su pueblo por parte de China.: “Antes de los chinos, el Tíbet tenía un orden social que, aunque no perfecto, era una sociedad que se cuidaba a sí misma. Llegaron los chinos e introdujeron cualidades en ese orden: el trabajo de los niños, la anti-espiritualidad, la idea de una inferioridad cultural. El problema está más allá de aquellos que públicamente se resisten y son torturados y asesinados. La vida cotidiana del pueblo está destruida”.
Sus interpretaciones “a capella” la han hecho famosa y sus canciones evocan las cumbres nevadas de su tierra natal, el viento y el lenguaje de los pájaros.
“Me siento muy afortunada de poder hacer esto, aunque conlleva una difícil forma de vida, siempre viajando para nunca llegar a casa. Pero me gusta cantar con la motivación de inspirar al público”, dice Yungchen Lhamo. Prestando al mundo su bonita voz y su visión expansiva, está completando el destino establecido ante ella. “En el budismo, el ideal es ser útil, contribuir activamente para que las cosas sean mejores”, dice. “Es muy fácil sentarse solo y hablar sobre amor y compasión, pero para introducir eso en tu trabajo ... eso es práctica espiritual”.

LA PERCHA DE MI TOGA


Siempre tuve claro dedicarme a esta profesión, no recuerdo haber tenido duda alguna en mi infancia ni en mi juventud al respecto. Las dudas han surgido en la madurez, y tras muchos años de ejercicio. Ahora que estoy en la cumbre de mi carrera profesional, me cuestiono mi vocación ¡hay que fastidiarse!.

A veces, cuando estoy sentada en el estrado, en medio de un juicio, escuchando el alegato del compañero contrario, o la monserga de Su Señoría reprendiéndome por sacar los pies del tiesto, me aíslo, por unos segundos, de lo que me rodea y me pregunto: ¿Qué estoy haciendo aquí?.

Yo creo que Thomas Hobbes estaba pensando en sus abogados cuando pronunció la célebre frase de : “El hombre es un lobo para el hombre” homo homini lupus. Y es que el mundo de los Letrados es una guerra de todos contra todos, colmada de la agresividad que produce la necesidad de ganar siempre.

Con todo y con eso, el cliente, a menudo no se conforma y te pide que le sirvas la cabeza de su oponente en una bandeja, para escarnio público del perdedor, y una, que ya peina canas en la profesión, y que ha visto muchas cosas y presenciado muchas miserias humanas, se resiste a entrar en ese juego reprobable.

¡¡Si mi toga hablara!!! De la percha de mi toga cuelgan mis vivencias en esta profesión en la que me dejo la piel día a día, y a través de la que busco incesantemente el equilibrio y la justicia.

A menudo encuentro historias de rencillas, odios y rencores que envenenan las vidas de los que los sufren y para las que no tengo antídoto. Si dispongo de remedios para aquellos que entienden que un acuerdo no es llevarse el gato al agua y ofrezco mi extenso catalogo de soluciones para los que están abiertos al dialogo.

En la percha de mi toga se aloja un magnifico observatorio del alma humana, que cada día me enseña algo nuevo sobre la vida y sobre los distintos caminos para recorrerla.




POCO A POCO




Alli estabas, angustiada, mirando sin ver, esperándome. Me dijiste con voz entrecortada “vamos a dejar las cosas como están, anoche me volvió a pegar”. Hice como si no te escuchara, te tome del brazo y te conduje a la sala “tranquila, vamos a entrar, tu no digas nada, dejame a mi hacer mi trabajo”.

Te dejaste llevar, y poco a poco fuiste recuperando la calma, poco a poco descubriste que no tenias que pedirle perdón por haberte robado la dignidad, sino despreciarle por ello,
poco a poco fuiste ganando la confianza que nunca debiste perder y le despojaste del poder que le habías otorgado sobre ti,
poco a poco recobraste el coraje del que hacías alarde muchos años atrás, y le arrebataste con firmeza lo que él maliciosamente te quitó.

Tus ojos brillaban cuando salimos de aquella sala, la vida se reflejaba en tu semblante, lo habías conseguido, todo podía ser distinto, volvías a ser dueña de tu propio destino.

Nos despedimos en la esquina de Castellana, “eres un ser único y excepcional, no permitas que nunca más te vuelva a poner la mano encima” te dije, y tu barbilla respondió ahogando el llanto.

Te vi alejarte del brazo de tu angel de la guarda y por un instante creí que el milagro era posible, pero tomaste el camino que ya conocías y
poco a poco convertiste el coraje en miedo,
poco a poco enterraste la confianza en ti misma
poco a poco le regalaste nuevamente tu dignidad y
poco a poco, al fin, volviste a arrojarte en sus brazos,

A veces me pregunto si es lícito mostrar a alguien donde están las puertas del cielo, cuando no sabe como salir del infierno.

EL PODER DE LA PALABRA




Siempre he tenido el gusanillo de escribir, pero últimamente esa necesidad llama a mi puerta con más intensidad y con más frecuencia, y es que definitivamente lo mío es la palabra. No se manifestar mi esencia de otra manera.

Tengo la fortuna de vivir de la palabra, contemplo diariamente su poder curativo y su capacidad de transformar una pesadilla en una esperanza, pero también conozco su lado oscuro y su facilidad para romper en mil pedazos una ilusión.

Me gusta jugar con ella, empujarla, vestirla de ironia, pintarla de amor, y confieso que alguna vez la he utilizado como trueno de la más oscura tormenta.

A veces se va y por más que yo lo intente, no viene cuando la llamo sino cuando ella quiere, y me deja sola y en silencio, sin nada que decir.

Somos compañeras de viaje y nos utilizamos mutuamente: Ella me usa a mi para convertirla en voz y yo la uso a ella para transformarla en sentimientos.

Somos muchos, los vendedores de palabras, sobre los que recae la gran responsabilidad de su buen uso y es que, las palabras gobiernan el mundo y cuando son utilizadas como instrumento de paz y de concordia, nos acercan a una nueva conciencia, pero cuando se ponen a merced de intereses sectarios y partidistas, causan daños irreparables en los que las reciben, si no son capaces de darse cuenta de la intención con la que han sido lanzadas.