CIEGA RUTINA

Nyoin

Ella creía que había entrado solo para tomar un café, él pensaba que  el carajillo de las mañanas no sabía igual  sin las noticias deportivas.  Ella se inclinó para alcanzar el servilletero, él alargó su brazo para coger el periódico, sus dedos se rozaron y una repentina sacudida recorrió sus cuerpos,  se vieron, se miraron largamente y el tiempo se paró entre ellos y el ruido de tazas y cafetera del bar.

Después  ella terminó su café y volvió a casa a poner lavadoras, pasar la aspiradora y preparar la comida y él, apuró el carajillo, cerró el Marca y cruzó la calle para  levantar el cierre de su taller mecánico.

Se volvieron a encontrar de noche en  sueños, se reconocieron  y se amaron sin pudor y sin compasión, sin que  ni siquiera se preguntaran  sus nombres.      

7 comentarios:

Rosa dijo...

Momentos que pueden llenar nuestra imaginación.

Esperanza estas que te sales!!!

Besos desde el aire

montse dijo...

Es increíble cómo has integrado la pasión en la cotidianeidad del día a día. A veces los sueños no bastan. Y pónle hielo a esta entrada que creo que tiene fiebre. (Creo que yo también, jeje).

Sucede dijo...

A veces la rutina es mejor que la novedad... jaja
Muy bueno Esperanza!!

Nicolás Jarque dijo...

Esperanza que bonito encuentro cotidiano llevado al territorio de los sueños. Me ha encantado y sinceramente al principio esperaba un desenfreno... pero bueno está muy bien así.

Un abrazo, Escritora.

Ana dijo...

Intenso, muy intenso tu relato. Si la realidad no se ajusta a los sueños, basta un roce de otra piel para que los sueños nos mantengan vivos. Me gustó.

Gracias por compartirlo.

Un saludo.

Puck dijo...

Es genial la naturalidad con la que llevas la historia. A veces no hace falta mas que un pequeño cruce, quizás al día siguiente vuelvan a encontrarse
Saludillos

MEN dijo...

Porque no?, porque no soñar con un desconocido? Cuando la rutina acapara nuestra vida y no podemos salir de ella hay que darle vida a nuestra vida. Cualquier cosa sirve para soñar. Exquisita tu manera de contarlo, yo también me quede con ganas de un oírte contar lo que paso después de esas miradas jajaja. (es lo que tiene la imainacion)Un bessito