Llora, Payaso, llora



Todo en él daba risa, hasta sus zapatos sucios, aunque  no formaran parte del espectáculo. Dejó de limpiarlos cuando las comisuras de sus labios se empeñaron en tocar el suelo y doblaron tanto su risa que la tornaron en llanto. Se echaba a llorar en cuanto salía a la pista contando entre sollozos entrecortados las penas que le rascaban el alma. El público le contestaba con huecas carcajadas y él lloraba cada vez más hondo. Su corazón se desplomó un domingo de Enero en plena función, fue su minuto de gloria, la carpa se deshacía en aplausos. Entre el domador de leones y la mujer barbuda le arrastraron fuera y le tiraron sobre un montón de estiércol. Su nariz roja huyó rodando camino abajo y todavía hoy sigue buscando una sonrisa que decorar.

10 comentarios:

Rosa dijo...

Jo que tristeza Esperanza. Siempre me han parecido tristes los payasos y ahora más.

Besos desde el aire

Miguelángel Flores dijo...

Si bien consigue lo que cualquier payaso pretende, en este caso da mucha pena que sea a costa de su penuria.

Un abrazo, Esperanza.

Sara Lew dijo...

Qué tristeza. Esos cuadros de payasos que lloran (junto a esos famosos cuadros de niños que lloran) no me han gustado nunca. Quizás por ese poso de dolor que dejan en el alma.
Muy bien contado, Yolanda.
Un abrazo.

Petra Acero dijo...

Un micro que rebosa tristeza. Los payasos siempre me han producido ese sentimiento. Perfectamente dibujado el entorno, la atmósfera de soledad que arroja al estiércol su cuerpo muerto... Y esa nariz roja (el contrapunto alegre y de color en una vida gris de payaso), buscando otra sonrisa : qué imagen tan desoladora o esperanzadora.

Besos de Año Nuevo, Paloma.

Juglar dijo...

¡Qué tristeza tanto dolor detrás de la risa!
Pero la función siempre debe continuar, aunque sea a costa de arañarse el alma.
Estupendo micro aunque estruje el corazón.
Un abrazo.

Javier Ximens dijo...

Hay relatos que son tremendos, que arañan los sentimientos. Hay espectadores ciegos que aplauden cualquier desgracia. Es triste, muy triste, pero lleno de esperanza doble. Felicidades por escribir así.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

La otra cara del payaso, siempre suponemos que son divertidos pero..., de niña me daban miedo y en el fondo no me gustan del todo. En tu relato demuestras la crueldad que somos capaces de tener hacía el derrotado, el triste y desaliñado. No somos capaces de mirarnos en el espejo y reirnos de nosotros mismo para empezar.
Vengo de "Despojos de REC" y me han encantado tus micros. Espero que no te importe que me pase por aquí a disfrutar de tus letras.
Besicos muchos.

Arte Pun dijo...

Genial Esperanza. Me gusta cómo has plasmado en casi nada el alma de este payaso que podemos ser cualquiera de nosotros.

Gracias. Un beso

Unknown dijo...

Todos tenemos alma de payaso porque ¿cuántas veces no reimos cuando lo que realmente nos apetece es llorar hasta la deshidratación?.
Triste pero con una lectura colectiva, Esperanza.
besos de gofio.

CDG dijo...

A veces me gusta leer una tristeza tan bien contada.
Gracias.