EL BOSQUE


Quiero escribir tu atardecer antes de que se guarde en mi memoria, antes de que el sol se acomode en tus hojas, cierre los ojos y se convierta en noche,  antes de que la niebla te esconda y el rumor del agua te acune, antes de que te acurruques sobre el musgo y  te cubra el sueño, antes de que  te des cuenta de que he vuelto.  

LAS PALABRAS QUE NUNCA ESCRIBÍ

Milovan

Tienen que estar ahí, estoy segura: en el dobladillo de mi falda… en el color azafrán de  los atardeceres de Madrid …  en la punta de la lengua… en las brillantes hojas del acebo…en  la sonrisa de mi hijo … en el  fugaz   instante en que respiro mi calma…

Subo a la azotea pertrechada de todas ellas y me quedo hasta que los gatos se acurrucan en los tejados de la noche, hasta que mi falda deja de bailar su vuelo, hasta que la oscuridad apaga el brillo del acebo, hasta que la sonrisa de mi hijo se duerme arropada por la luna llena, hasta que olvido que una vez existió la calma, hasta que se me enfría la lengua de tanto sacarla.

Me vence el sueño y no llegan,  ni se asoman, ni las huelo y me abrazo y me consuelo, tal vez mañana …

(Se habrán ido de vacaciones con mis musas, yo sigo aquí pero ya me voy)

VACACIONES

Pablo Lizardo

Llegan las deseadas  vacaciones. Me apetecen tanto que no quiero tomarlas para que no se me acaben, para que no empiecen, para que no se agoten las ganas  de disfrutarlas.

Me voy a olvidar de todo, hasta de mí pero no me queda más remedio que llevarme aunque sea a rastras  y así no hay quien empiece unas vacaciones, cuando consiga ponerme de pie, ya se han terminado.

Si pudiera me dejaría en casa,  como la mascota que se abandona en vacaciones o el abuelo que se mete en la residencia con la excusa de que le alteran mucho los viajes, pero en el fondo me echaría de menos.

Y es que, aunque no lo quiera  reconocer, me caigo bien, me rio de mis gracias y disfruto de mi conversación paseando conmigo, bien es verdad que en algunas ocasiones daría lo que fuera por perderme de vista pero en líneas generales mantengo un entente cordial conmigo misma.

Empieza la cuenta atrás para refugiarme en mis libros, entre mis letras y perderme en mi bosque, pretendo adentrarme en él hasta que consiga darme esquinazo  y llegue lo bastante lejos para no alcanzarme. En la maleta   sólo  llevo mis botas, mis ganas de reir, unas alas para volar y  unos cuantos abrazos para regalar.

Pero no me voy, solo me distancio, no me marcho, solo me evado,  me voy conmigo pero me quedo siempre a mi lado. 

CARENCIAS



A ella le llevaba al cole su hermano mayor, por eso los lunes siempre se le olvidaba  el  baby.  Su padre decidió que tenía un pelo difícil y era mejor llevarlo corto como un chico: no había nadie que pudiera hacerle esas trenzas adornadas con esos lazos que lucían sus amigas.  Incluso salía de casa con los zapatos puestos al revés: no había nadie que le pasara revista. Mientras todas sus compañeras regalaban  caramelos en sus cumpleaños, ella repartía palabras porque a su padre se le había olvidado comprarlos. En las noches de luna nueva salía a la puerta a esperar a que su madre volviera y así se hizo mayor y le creció la melena  y regaló caramelos pero aún sigue pasándose revista cuando sale de casa: a menudo se descubre calzando  los zapatos al revés.  

FLAVIUS


Flavius es un hombre apacible, con un trabajo tranquilo y una familia de foto feliz. Se tira las horas muertas haciendo maquetas que encierra luego en botellas de cristal y que apila en la abigarrada estantería del comedor.  Últimamente su perro le gruñe por las mañanas y  sus hijos evitan encontrarse con él, desde que desapareció el gato y el canario no se atreven a  pasar por el comedor. Su mujer se pregunta cómo habrán llegado a parar al sótano esas enormes  garrafas de cristal. 

QUISIERA CONTARTE V

acastrillejo

Quisiera contarte que a veces tengo los bolsillos llenos de palabras y otras veces  sólo de telarañas.  

Quisiera contarte que cada vez que respiro invento mi historia, a veces la cuento y otras contengo el aliento.

Quisiera contarte que me miro al espejo cada mañana y me sigo viendo y reconociendo.

Quisiera contarte que las musas se burlan  de mí a cada instante pero no lo creo importante.

Quisiera contarte que escribo para ahuyentar los malos presagios y evitar así los naufragios.

Quisiera contarte  que te he contado trocitos de mi vida en un cuento, en el que por descontado, no cuento ni la mitad de lo que te contaría, si de contar se tratara la historia de mi vida.


(Cada cierto tiempo desde que empecé la aventura de este blog hago declaración de intenciones…de principios…hago memoria… Esta es la quinta entrega de esa serie)

CERRANDO CAPITULO

Tnarik

Hoy he vuelto solo  para decirte adiós y esta vez va en serio, no como las 883 últimas veces. Cuando cierre la puerta, me alejaré sin mirar atrás.  Te he traído  tus cosas,  te las devuelvo, no las quiero. Me quedo con algunas como  cuando  me miro al espejo y  veo  tu mirada o cuando abro la boca y escucho tus palabras,  pero, no pienso devolverte ni la una ni las otras, porque ya  son más mías que tuyas, Santa Rita, Rita lo que se da…

Me llevo tu recuerdo y la huella que dejaste en mi camino, lo demás  me sobra

BURBUJAS DE COLORES



A   Juan

Burbujas de colores llenan la pantalla vacía esperando esa palabra que te refleje, esa frase que te haga justicia, esa magia que escriba tu  retrato…

En busca de la palabra precisa te encuentro revoloteando  a mi alrededor, mirándome como solo tú sabes hacerlo, empujándome a bailar con tu alegría, abrazando mi caída…

Vuelven las burbujas y tu presencia las sortea como esquivas mis espinas, como sonríes a la vida, como te entregas cada día y apoyas tu frente sobre la mía, respirando mi aliento, compartiendo mi vida…

Yo me convierto en tus manos y en tu destreza y tú en mis palabras  y en mi cabeza y   juntos reinventamos cada mañana nuestra historia...

Burbujas de colores llenan de amor nuestros silencios. 

CANCIÓN TRISTE DE UNA RISA



Al principio sólo existió el título.  Contra todo pronóstico la idea era su nombre.  Abrí la puerta para que entrara lo demás pero solo llegué a avistar un infinito pasillo vacío. Me adentré en el abismo y después de andar y andar sin caminar me topé con la caja de los truenos. Me costó una eternidad abrirla pero finalmente lo hice.  Un hedor insoportable me golpeó la nariz produciendo la náusea, me repuse y saque de ella unos purulentos pergaminos vitales, unos  pegajosos recuerdos y  un millar de  inútiles sufrimientos. Debajo sepultada entre las inmundicias, estaba ella, impoluta, ingenua, única.  Asomaba entre canciones infantiles, alegrías y amigos. Me atrajo hacía sí,  y rozando mi respiración me dijo:- ya pensé que no venías- , después me besó en la boca, y se quedó a vivir en ella.        

JUGANDO AL AMANECER



No había manera de conciliar el sueño y ya amanecía en la habitación que ocupaba en el hotel de primera línea de playa. No se la causa, tal vez por  el juicio del día siguiente,  tal vez por esa atracción que el mar ejerce sobre mí.

Decidí bajar a dar un paseo por la solitaria playa y sentir la arena aplastándose entre los dedos de mis pies, el sol apareció sólo para mí estirando la línea del horizonte, mostrándome esos encantos reservados para el alba y el murmullo del agua pintada de amanecer empezó  a sedar mi agitada  alma.

Un viento ligero me invitaba a jugar soplándome en la cara, corrí tras él hasta que descubrí la incapacidad de mis piernas para darle alcance, entonces, sin saber por qué, abrí mis brazos y mis pies empezaron a separarse de la arena  elevándose al son que marcaba el viento.  Las gaviotas se apartaban sorprendidas y yo, acunada por el alba, flotaba sobre el agua sobrevolando sus olas naranjas.

-Con la venia de Su Señoría- empezaba a pronunciar  cuatro horas más tarde en la otra punta de la ciudad mientras enredaba mis piernas a las patas de la silla para evitar salir volando por la Sala del Tribunal. 

CIEGA RUTINA

Nyoin

Ella creía que había entrado solo para tomar un café, él pensaba que  el carajillo de las mañanas no sabía igual  sin las noticias deportivas.  Ella se inclinó para alcanzar el servilletero, él alargó su brazo para coger el periódico, sus dedos se rozaron y una repentina sacudida recorrió sus cuerpos,  se vieron, se miraron largamente y el tiempo se paró entre ellos y el ruido de tazas y cafetera del bar.

Después  ella terminó su café y volvió a casa a poner lavadoras, pasar la aspiradora y preparar la comida y él, apuró el carajillo, cerró el Marca y cruzó la calle para  levantar el cierre de su taller mecánico.

Se volvieron a encontrar de noche en  sueños, se reconocieron  y se amaron sin pudor y sin compasión, sin que  ni siquiera se preguntaran  sus nombres.      

DESAHOGO



Es de nochefuera y dentro de la nave  la oscuridad lo cubre todo, por más que abro los ojos no alcanzo a ver la otra orilla, por más que grito no llego a escuchar mi voz, por más que camino no logro avanzar un paso.

Doy puñetazos al aire,  enfadada con la noche, la golpeo    y ella se ríe de mi esfuerzo vano ofreciéndome su manto para subir a la luna.

Mientras, el ordenador de a bordo avisa:  “otro cambio de rumbo…introduzca nuevo destino”.

 ¡Como si yo supiera adónde voy!.  

( llenando de palabras los agujeros negros…)

EL PORTAL DE AYER



Cada vez que paso por este portal vuelvo atrás y  me pongo mi uniforme de colegio de monjas, aspiro el olor a papel mojado que desprendían los buzones y veo a Reme, la portera mirándome por encima de sus gafas, con la bata llena de hilvanes y la boca de alfileres.

Me encuentro con la lasciva mirada de Julianin, el eterno opositor,  a través de su mirilla del primer piso y con los trinos de los canarios de Petra inundando el descansillo del segundo. En el tercero me espera una tarde de deberes de matemáticas con olor a ropa recién planchada y bocadillo de salchichón mientras Elena Francis soluciona radiofónicamente la vida de alguna hembra doliente.

Me asomo a la ventana de la cocina y veo a Teresa la del cuarto, tendiendo  sus sábanas y sus miserias para que las seque el sol mientras Leonardo, el del quinto echa el humo de su cigarro por la boca a la vez que sus pulmones y su fracaso, en forma de tos.

Cada vez que vuelvo atrás paso por este portal.  

MAYONESA



Siempre que tenían invitados a comer se cortaba la mayonesa. Su madre corría de un lado a otro intentando ahuyentar el desastre, la niña cascaba un huevo  y poco a poco iba añadiendo la mezcla cortada, rezando  un padrenuestro tras otro para invocar un  milagro que no llegaba.  Tener invitados nunca era una fiesta.

Ahora la niña se ha hecho mayor,  es una mujer serena y refinada  que  gusta de tocar el  piano y de escribir poemas,   ha decidido que  siempre sea una fiesta inolvidable sentar  invitados a su mesa, por eso les apunta con una pistola en la sien mientras intentan desesperadamente ligar  la mayonesa  rezando  un padrenuestro que ignoran será  su última oración.  

IN MEMORIAM





Hoy han asesinado a Facundo Cabral, lo que no saben los que lo han hecho es que nunca podrán matarle: sus trovas y sus palabras permanecerán por siempre.

Mi pequeño homenaje al maestro son sus propias palabras:

“De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante.
¡Pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!...



“Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la
Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de
tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto
a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas
noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño
que nace es una buena noticia, cada cantor es una
buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos,
por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo
esconde.”


“el día que yo me muera no habrá que usar la balanza pues para velar a un cantor con una milonga alcanza”

¡QUE ILUSIÓN, OTRA NOMINACION!




 Este microrrelato ha quedado finalista en el mes de junio en el Concurso de Microrrelatos de Abogados.


 Os dejo con él ¡que os guste!.  

UN SINIESTRO OBSEQUIO  

Un extraño regalo de cumpleaños me esperaba  encima de la  mesa del despacho: Un cofre cerrado con un candado y sin remitente. Conseguí forzar la cerradura, levanté la tapa y comprobé que contenía tres sobres numerados.

El primero me desvelaba quien lo remitía: un antiguo cliente al que defendí de una acusación de asesinato de su esposa, la había envenenado poco a poco con un tóxico casero.

En el segundo me reprochaba no haber sido más beligerante durante la instrucción del caso y no haberle defendido como él se merecía.

Abrí el tercer sobre  preso de  un ataque de ansiedad que anunciaba los peores presagios, dentro estaba la llave de mi casa, una foto de mi mujer y una nota que decía: -es más rápido con arma blanca-

¡Rosa, dime que no es cierto,  coge el teléfono, por Dios!  

TERREMOTO

Todosnuestrosmuertos

Acabo de concluir un ciclo sísmico que se está liberando compulsiva y  repentinamente. Mis materiales  internos se desplazan, buscando el equilibrio,  desde situaciones inestables que son consecuencia de las actividades  vividas, omitidas y erradas

Las sacudidas y seísmos se producen debido a la liberación de energía acumulada en la deformación gradual de los principios, todo ello en el curso de una reorganización brusca de métodos y planteamientos vitales.  El terremoto está servido, teniendo el epicentro en toda mi corteza humana.

Lo del hipocentro es otro cantar,  sigo investigando la zona interior profunda donde se origina, sin resultados visibles hasta ahora.

La inestabilidad sísmica permanece, me recomiendan los expertos prudencia y, sobre todo,  mucha paciencia. 


Si no hay muchos destrozos, tal vez pueda hacer algo...

MONO-POLI-CROMO

Oscar Albert Rius

Desde pequeña poseo la extraña facultad de ver los colores que desprende la gente.  Al principio pensé que todos los veían como yo, pero pronto me di cuenta de que no era así y que empezaba a ser considerada un bicho raro por hacer comentarios sobre la aureola cromática de las personas.

Por eso decidí no volver a hablar del tema y lo integré en silencio en mi día a día:  cada vez que quería saber el tipo de persona que tenía delante, entornaba ligeramente los párpados, vislumbraba sus colores y me hacía  una idea muy certera de quien era, cómo se sentía y cuáles eran sus intenciones.  Jugaba con ventaja.

Todo fue fácil  hasta que llegaron ellos y se propagaron por todos los rincones : los  seres en blanco y negro.   

TEMPUS FUGIT

Bichuas

Esta tarde he salido a pasear al perro que tuve y me he encontrado a Purita la vecina del bajo que murió de pena hace un par de años por ese amor que nunca conoció:

-¿Has visto a mi Manuel?- me dijo en el portal, no he querido responderla por eso de que da un poco de grima hablar con los muertos y he cruzado la calle como si nada.

Me he parado a contemplar las orquídeas en el escaparate de la floristería que quitaron el año pasado y luego he ido a tomar un granizado al bar de la esquina, ese que derrumbaron hace un par de meses por su estado de ruina.

Me ha sentado bien el paseo y he decidido que ayer saldré a pasear a esos gatinos de Lola que están a punto de nacer.

El tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras.

«Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra».

FALSA IDENTIDAD


No sabe ni como se llama, de tanto cambiar de nombre se le ha olvidado. Camina sobre las huellas de sus héroes y se viste como ellos, solo que en él las mallas de superhombre son la grotesca imagen de los calzoncillos sobre los pantalones. Ríe con la sonrisa de otros, ve el mundo con miradas prestadas y ni siquiera habita en sus sueños. Se mira al espejo y no se ve, busca su sombra y no se encuentra, hace mucho que perdió su rastro, tanto que ni siquiera recuerda que un día existió.

(Este relato fue mi aportación al concurso No me vengas con historias sobre las mentiras)