EL SUSURRO DEL DUENDE (27ª entrega)

Boigandreu


El Inspector Fernández había decidido pedir ayuda a la brigada de desaparecidos porque el caso apuntaba una difícil solución. Estaba perdido, no sabía por donde conducir la línea de investigación. Había varios detalles en el caso que no eran usuales en las desapariciones, parecía como si a Diana la hubieran sacado de la cama y después de la casa a través de la ventana. La puerta de la calle estaba cerrada y la cancela del jardín también, no había signos de violencia en las cerraduras, ni las verjas estaban dañadas. Con todos estos datos sólo podía concluir que alguien había entrado volando y se había llevado a la niña por el aire, lo cual era de todo punto de vista imposible.

Unos golpes en la puerta le sacaron de su proceso deductivo.

–Adelante-

- Buenos días soy Javier Vielva, Comisario de la Brigada de desaparecidos- dijo el recién llegado saludando con un apretón de manos al Inspector Fernández.

Tomaron asiento y tras los saludos de cortesía y rigor, el Inspector le relató tanto las certezas como las incógnitas de la desaparición de Diana y le transmitió las impresiones que tenía al respecto.

- El padre de la niña, se mostró muy colaborador y por varias veces, y sin habérselo preguntado, insistió en que el ambiente familiar era inmejorable –

- Excusatio non petita, accusatio manifesta- respondió el Comisario sin levantar la vista de las fotos de Diana.

- La madre es harina de otro costal, no ha prestado todavía declaración, porque su actitud era muy agresiva, y consideré conveniente aplazarla, tal vez cuando esté más tranquila nos pueda ofrecer una información valiosa. –

- Lo que parece claro, es que entre los padres de la desaparecida no hay , precisamente, un ambiente inmejorable, como quiere hacernos creer Luis Arana - prosiguió el Inspector – y la otra evidencia es que Laura Semprum no es una madre al uso-

El Comisario Vielva había estado hojeando durante todo el tiempo el expediente, hasta que oyó el nombre de Laura.

- ¿Laura Semprum?- preguntó con sorpresa

- ¿La conoce? - interrogó el Inspector

- Si, fuimos compañeros de carrera – contestó Javier Vielva con una mirada llena de recuerdos.


(Continuará)

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