CAMINAR CON LOS OJOS CERRADOS


ugglemamma

Estos malditos vértigos siempre aparecen cuando el cansancio me vence, o eso quiero creer, pero en el fondo, sé que la verdad es otra. Siempre vienen cuando compruebo que a pesar del esfuerzo realizado, pocas, muy pocas son las estrellas al alcance de mi mano.

Mis cervicales, de por sí malheridas, gritan pidiendo auxilio por la presión que las ahoga, el vacío se instala en la boca de mi estómago y el cuadro de vértigos esta servido: toda mi realidad se mueve, se tambalea y no es capaz de sostenerse.

Y entonces compruebo, lo que ya sé, aunque no quiera que sea, la clave no es la lucha, sino la entrega, no es el esfuerzo titánico sino la confianza y me mareo ante la niña indefensa y vulnerable que hay bajo mi disfraz de roble.

Aprender a caminar con los ojos cerrados, aceptar las piedras del camino, sin encoger los pies, inclinarme cuando sopla el viento como el bambú, hasta tocar el suelo, si es preciso, para volver a ser yo misma, sin daños, cuando pase el temporal.

Estos benditos vértigos me recuerdan el camino cuando me pierdo y me invitan a dejar de ser roble para convertirme en bambú, me susurran al oído que mi vulnerabilidad es mi fuerza y aprietan mi nuca , cuando no cambio la fortaleza por la ternura.

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