A simple vista parecía un gentilhombre, un cortesano que pregonaba a los cuatro vientos su condición de confidente del rey. Las doncellas que aspiraban servir a la reina pasaban por su casa implorando su ayuda y él tras palpar con detenimiento el porte y señorío de cada una de ellas despojadas de sus enaguas, les prometía interceder ante la soberana. Ocurrió que una noche, llamó a su puerta una recatada damisela cubierta con un manto de seda implorando su saber hacer ante la Corona. “Dejadme veros, quitaos la ropa”. La recién llegada echó su manto hacia atrás dejando al descubierto su corona. Ruidos de lanzas y espadas llenaron en un instante el zaguán. Su tiempo había concluido.
(Este Micro es mi pequeña contribución al cuarto juego del Vendaval de Microrrelatos)
8 comentarios:
Me gusta mucho Esperanza. No era fácil darle corazón al inicio y al final propuesto.
Felicidades, un abrazo.
Está muy bien. No he llegado a tiempo del juego, andaba por esos caminos de dios.
El tuyo me ha gustado. La dama trampa.
Un beso
Me gustó mucho, tu dama trampa como dice Elena.
Abrazos desde el aire.
Muy bien.
Se le acabó el chupe.
Besos, Esperanza
Me parece que has logrado un relato con mucha personalidad y muy imaginativo!
Abrazos!!
ALBAJARA gracias me alegro que te guste.
Un abrazo,
ELENA tienes razón, es mucho mejor el título de Dama Trampa que apuntas que el que le he puesto.
Un abrazo compañera,
ROSA me alegro que te haya gustado.
Seguimos leyéndonos.
Un abrazo,
TORCUATO ya podía haber damas trampa por todos los rincones ¿verdad?
Gracias por pasarte,
Un abrazo,
SUCEDE muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo,
Se le acabó el chollo a este "gentihombre". Me ha gustado este irreverente homenaje a los cuentos de caballeros. Un abrazo.
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