La crisis también ha llegado a mi bosque, está más seco que nunca y aunque él no pierde la compostura y se muestra verde y bello, solo hay que pisar sus alfombras para sentir crujir por debajo la reseca piel de la tierra que llora de sed.
Este verano las cerezas ni siquiera se han asomado, las manzanas se cuentan con los dedos de las manos y las peras presentan la peor de sus caras. Menos mal que los recortes no han afectado al silencio que sigue acariciando mis oidos.
Las hortensias de mi jardín han decidido no florecer este año, tampoco las fresas han querido deleitar el paladar de ningún mortal, tan solo las lavandas y la hierbabuena ponen el toque aromático a un verano al que le sobra calor y fuegos.
Hasta las musas han desertado, dejándome más tirada que una colilla, a merced de esos terribles monstruos que tienen como caldo de cultivo la hoja en blanco. En estos tiempos son los únicos que crecen.
11 comentarios:
Brillante manera de robarle un relato a la deserción de las musas, Esperanza. Esta es una prueba de talento -y tesón- formidable.
Salvo que todo fuera ficción y yo esté dando por hecho lo que no debería, sólo me queda decir que aplaudo tu creatividad.
Un abrazo,
Una perfecta descripción del entorno de ese bosque que intuyo bello, aunque le falte agua.
Bonito relato le has arrancado a la distraída musa :-)
Un beso.
Precioso relato, con ese aire un poco intimista. Tú Esperanza no necesitas musas, tu hoja en blanco ya la quisiera yo para mi.
Un beso caluroso
bla, bla, bla. El relato lo demuestra, así como la historia de portería que acabo de comentarte. Dentro de poco un nuevo ejercicio literario y arrasarás con premios. En fin, Esperanza, que aún cuando estás en blanco tienes ideas geniales. Besos ¿Es necesario que tengas el robot activado?
Esperanza, en este mundo tan pesimista, con razón o sin ella, todo nos parece más negro y deprimente. Y cualquier adversidad la convertimos en mayúscula.
Antes de que finalice el verano, el agua visitara el bosque, los frutos volverán a surgir, y sin duda alguna, las musas despertaran de su letargo.
A escribir tan bien.
Un abrazo fuerte, Escritora.
Lo mejor en estos casos es desconectar, dejar el cerebro en la nevera, y en unos días, seguro, que los buenos cuentos y las musas están de tu lado.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
¿Qué te han abandonado las musas? jajaja, no lo creo ¡¡¡si hasta los "encargitos" te salen redondos !!!!
Disfruta del bosque, del aire, de los paseos, de la familia, de los amigos y de las musas que siempre te acompañan.
Besos desde la urbe.
esa hoja en blanco la sabes rellenar muy bien, Esperanza a pesar de la crisis y de la sequía. Un verano al que le sobra calor y fuegos, como tú dices.
Besos
Pues yo creo que has cometido un robo ,a tus musas las debe tener contentas, porque vaya relato tan genial que te ha salido.
un saludo
fus
Esperanza, qué nombre tan bonito. No me había dado cuenta hasta ahora (como el de Amparo. Por eso uso el de Petra: Piedra, para parecer más dura). Imagino que el relato que nos ofreces es fantasía, pero con ese toque tuyo tan especial que lo hace cercano, real.
Un beso muy grande veraniego y de amistad.
Ya sabes: de Amparo Martínez Alonso, la que no es de piedra :)
¡Vamos, vamos! qué no, qué no me lo creo, aquí esta la prueba con esta manera de contar hasta de ese monstruo que es la hoja en blanco.
En "na" te leo otra entrada donde anuncias premio, seguro.
Besitos
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