LA CIUDAD DE LOS MUERTOS



Había nacido allí, justo encima de donde descansaba el pequeño de la saga Elsayed. Cuando no tenía que ir a por agua para que su madre lavase o ayudar a su padre a transportar  arena, jugaba con él, eran amigos, compartían risas y  a veces, también riñas.
 -Eres un paria, vete de mi casa – le decía el pequeño Omar  Elsayed cuando se enfadaba.
 -Nadie te escucha, estás muerto – le contestaba él, aunque antes de que el almuecín llamara a la oración, ya se habían olvidado de sus diferencias.
Desde hace dos días todo es distinto, ha venido un hermano de Omar para quedarse, le han quitado el sitio y su amigo apenas le hace caso.
Se lo ha contado a su madre pero no le cree, dice que los muertos no hablan, no molestan,  ni exigen un alquiler.
A él de mayor le gustaría vivir en un barrio y no en un cementerio y a ser posible en un piso y no en un mausoleo.

(La ciudad de los muertos en El Cairo, donde viven cinco millones de personas entre tumbas y mausoleos) 

7 comentarios:

Arte Pun dijo...

Hola Esperanza, me gustó tu etiqueta "me duele el mundo". Hay muchos mundos, no sé si cada uno tiene el suyo, y los que nos creemos en el primer mundo sólo sabemos defenderlo contabilizándolo, renta, PIB, esperanza de años de vida, mortalidad, número de móviles, vehículos, consumo de bienes, y todo por unidad de individuo. Aquello no contable no interesa. Sonrisas, cariños, alegrías, preocupaciones, tristezas, soledades, vacíos... Yo me niego a empezar poniendo siempre el acento en lo contable, creo que no es lo más importante. Tu etiqueta es perfecta, porque aunque el relato hable de El Cairo, a mi también me duele el mundo, pero sobre todo el que veo a mi alrededor.

Gracias por la reflexión. Un beso Esperanza.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Formidable, Esperanza.

Desconocía la existencia de la Ciudad de los muertos, así que además de agradecerte el regalo del micro he de hacerlo por ilustrarme.

Me parece brillante tu acercamiento, porque lo haces desde la naturalidad, desde la normalidad, encontrando la voz narrativa adecuada para la historia que nos regalas.

Un abrazo,

ESPERANZA dijo...

ARTE PUN gracias por tu comentario y por unir tu dolor al mío. ¡hay tantas cosas a nuestro alrededor que no deberían existir! Yo no quiero acostumbrarme a lo que veo por eso de vez en cuando escribo sobre ello para que no se me olvide que un mundo mejor es posible.

Un abrazo,

ESPERANZA dijo...

PEDRO la Ciudad de los Muertos fue uno de los sitios que más me impresionaron del Cairo, ver como un par de millones de personas viven sobre las tumbas de otros, se puede interpretar como una integración de la vida y la muerte, si no fuera porque no es una elección sino una necesidad producida por su más absoluta pobreza.

Gracias por pasarte.

Un abrazo,

CDG dijo...

En una ciudad donde hay tantos muertos y tanta huella de la historia, lo normal es que se quejen y que les duela el mundo, nuestro mundo.
Buen lamento.
Un beso.

Nicolás Jarque dijo...

Esperanza, existen en el mundo tanto rincones que desconocemos como este, en donde tener un amigo que está muerto no debe ser extraño. Existen ciudades que aprovecharon sus cementerios para abrirlos y crear parques a su alrededor. Hoy son visita obligada en muchas ciudades.

Me gustó la naturalidad y ternura con la que se cuenta la historia, que para mí es real.

Un abrazo, Escritora.

Elysa dijo...

Conozco la Ciudad de los muertos y es... no sé que palabra utilizar. No hay que temer a los muertos, pero cuando es la pobreza la que te lleva a vivir con ellos eso ya es otra historia.

Besitos