DE LA NOCHE A LA MAÑANA



Siempre me he negado a tener perro por eso cada mañana saco a pasear a la correa que espera ansiosa el momento de salir a la calle. Hoy hemos esperado en casa a ver si por fin amanecía pero parece que a la mañana no le ha sonado  el despertador y ha obligado a la noche a hacer horas extras. 

Me acerco hasta la panadería guiada por los brincos y tirones  de la correa, pero en su lugar encuentro un local vacío con  un cartel de SE ALQUILA, no puede ser, pienso, si anoche pasaba yo por aquí cuando Roque echaba el cierre, dejando preparadas las bandejas de bollos para hornear al día siguiente…

Decido comprar el pan en la tienda de Sole, que siempre huele a harina de otro costal   y que tiene de todo un poco y casi de nada. La correa se sabe el camino y me lleva casi a rastras hasta la puerta de un bazar oriental,  desorientada mira hacia los lados para finalmente volverse hacía mí y esconderse en mi bolsillo.  Una joven china se asoma a la puerta:

 -¿Dónde está la tienda de Sole?-  le pregunto desconcertada.

- Si tenemos, en la planta de abajo – me contesta sin entender una palabra.

Vuelvo abatido a casa, sigue sin amanecer, y se han ido los de siempre,   me paro ante una papelera  y tiró la correa, menos mal que nunca le puse nombre para no cogerle cariño. 

11 comentarios:

Mar Horno dijo...

Esperanza, me has dejado sin palabras. Lo mejor que recuerdo haberte leído. Excepcional, surrealista y que deja un poso amargo del que es un difícil desprenderse. Las cosas están cambiando deprisa y es mejor no ponerles nombre. Un beso muy grande, me ha encantado conocerte en persona y sólo lamento que el tiempo se haga tan corto cuando se pasa bien.

MJ dijo...

¡Qué gran micro, Esperanza!
Te felicito.

Un beso grande.

Nicolás Jarque dijo...

Esperanza, compruebo encantado que te mueves con gran soltura por el surrealismo. Es un microrrelato encantador en el que lo rural se mezcla con el realismo mágico realizando un combinación de alta escuela.

Me ha encantado y te felicito por ello.

Un abrazo, Escritora.

PD: No te reconozco en las Justas, pero espero que tengas una gran andadura en el concurso. Mucha suerte y si te topas conmigo, no me hagas mucho daño.

Sara Lew dijo...

Magnífico microrrelato, Esperanza. Desde la primera línea atrapa. Y muy bien resuelto con esa brillante frase final. Enhorabuena.
Besos.

Petra Acero dijo...

Esperanza, ¡Chapeau!
Me he visto sumergida en una trama que tiraba de mí, como si esa correa, sin perro, fuera de lo más normal.
Has escrito con magia, envolviéndonos o hechizándonos en tu irrealidad verosimil.
Y al tiempo aparece la otra historia que cuentan casi todos los buenos micros, lanzando una estela de triste realidad: el cierre de pequeños comercios, la proliferación de los bazares orientales (ejemplos del cambio sufrido en los barrios de casi todas las ciudades).

Me ha encantado. Muy buen micro.

Un beso grande.

CDG dijo...

Muy bueno.
Siempre es de noche en ese micro. Siempre es surrealista todo en ese micro...¿todo? No; la tristeza de las tiendas cerradas (que rompen en pedazos nuestra rutina y otras vidas), la correa que no tiene nombre, lo que esconde esa soledad.
Un abrazo.

Beatriz dijo...

Un relato excepcional Esperanza, muy muy bueno y eso que prefiero el tono de colores pero me has dejado impactada.

Enhorabuena !!

Besos y abrazos.

Unknown dijo...

Surrealismo directo, puro,impactante... Buenísimo!
Saludoss!!

Elysa dijo...

Muy bueno, Esperanza, realmente bueno. Puro surrealismo para retratar la realidad de tantos sueños rotos cada día. Y el título muy bueno también.

Besitos

puri.menaya dijo...

Muy bueno Esperanza, yo no lo veo nada surrealista, es la realidad, de la noche a la mañana, todo está cambiando y perdemos lo que más queremos. Lástima que no se quede con la correa para consolarse...

Arte Pun dijo...

Qué bueno Esperanza. Me ha encantado. Maestría en todos sus renglones, y un final adecuado, sin estridencias, que es perfecto.

Gracias. Un abrazo