La indignación de Lourdes empezó ya hace mucho tiempo, han pasado casi treinta años desde ese día en que descubrió que su palabra de mujer valía menos que la misma en la boca de un hombre.
Hace veinte años que decidió montar su propio negocio y le estalló en la cara el poder de las etiquetas: todos los empresarios son unos sinvergüenzas, todos los sinvergüenzas son fachas por tanto todos los empresarios son fachas.
En los últimos diez años ha visto como la consigna de “tanto tienes tanto vales” se convierte en el mantra de cabecera de tantos y tantos españolitos a los que el ácido sabor de este veneno les acaba reventando las entrañas.
Desde entonces ha presenciado como el mundo se derrumba a su alrededor, como los ricos cada vez lo son más y los pobres cada vez tienen menos, como se puede meter la mano en la caja pública impunemente y nadie devuelve lo robado, como la justicia se desajusta y sufre constantes crisis de incoherencia…
Han pasado diez meses desde que Lourdes se unió a los primeros indignados y el reloj de la Puerta del Sol sigue marcando las horas que quedan para gritar un “Basta ya” que no tenga retorno ni excusa para seguir integrando en nuestra normalidad tanta tropelía.
11 comentarios:
Esperanza, ignoro si tu Lourdes refleja la vida de alquien en particular, pero sí me atrevo a decir que lo hace de muchas personas que conocemos.
Yo también conozco a Lourdes.
Me gusta tu respuesta a la inciativa. Tiene fuerza.
Un abrazo,
!!!Basta ya!!!
Pero,parece que no basta, por que no paran de pensar en como hincarle el diente a lo poco que tengan los honrados.
Lo pasamos bien ¿recuerdas?
Un abrazo
No todos los empresarios son unos fachas, ni mucho menos.
No todos los microrrelatos son tan certeros y críticos como el tuyo. Me gustó.
Un abrazo.
PEDRO ya sabes que en nuestro mundo la realidad se convierte en ficción y viceversa. Lourdes existe, yo la veo todos los días cuando me asomo al espejo.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo,
FORTUNATA ¡y que siempre pasa lo mismo! descuida que las grandes fortunas nunca sufren las crisis.
Si que lo pasamos bien, yo todavía me relamo recordando.
Un abrazo,
Me uno al grito: ¡Basta ya!
CDG el peso de las etiquetas es un lastre que cuesta mucho llevar y bajo su lema se cometen muchas injusticias.
Un abrazo,
ADRIAN aunque fueran susurros en vez de gritos, si los unieramos y no nos dejaramos manipular por los lobos con piel de cordero, cambiaríamos el mundo, ¡vaya que si lo cambiaríamos!
Un abrazo,
Me gusta tu indignación, tan cercana, tan real...
Saquemos todas los pies del tiesto, ya va siendo hora.
Un abrazo grande, grande.
¡Basta ya!
Basta de mantener a tanto ladrón, Basta de dejar que mermen nuestros derechos...Basta.
Genial como siempre Esperanza...
Besos y abrazos desde el aire
esto es un grito y se oye bien alto, Esperanza. Me alegra que estemos embarcadas en esta iniciativa. Hay mucho por hacer, mostrar indignación a través de nuestros micros es una manera.
Besitos
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