Llevaba años merodeando por la acera sin atreverme a entrar. Un día, tras el absurdo y diario ritual de hacerme la despistada frente al escaparate, salí y me dije: -¿Por qué no pasas de una vez y te dejas de historias? - No tenía escapatoria.
Las estanterías estaban ordenadamente llenas. Al fondo reposaban algunas bellezas cubiertas de polvo y olvido y en primera línea se mostraban exultantes las que se habían puesto de moda y circulaban en boca de todos.
Suspendidas en el aire bailaban otras tantas, de distinto pelaje y condición, a la espera de ser elegidas, mientras sobre mi cabeza, algunas, las más atrevidas, se ofrecían sin pudor prometiendo una satisfacción sin límite.
No tuve que escoger, ellas lo hicieron por mí, se alojaron en mi boca, durmieron en mis sueños y coquetearon con mis miedos, riendo a carcajadas de su tamaño en cuanto se mostraron desnudos.
Desde entonces soy una cliente fiel del rastro, me he convertido en una consumidora compulsiva de palabras y me confieso adicta a su magia y a sus efectos sedantes.
Esta deliciosa droga me hace volar…
7 comentarios:
Precioso Esperanza... A mi tus palabras tambien me hacen soñar.
Abrazos desde el aire.
Grande, grande... que sepas escoger o te dejes atrapar por las palabras. Gracias a ello haces magníficos relatos como éste.
Un saludo.
Sigue volando, Esperanza, que esta droga no tiene efectos secundarios y sí la ventaja de que sus efectos son contagiosos. Cuando te leemos también volamos.
Besos.
Las palabras, cuanto más viejas, más sabias. Las que están de moda tienen la pretenciosidad de un adolescente intentando quitarle la razón a un anciano.
ROSA ¡que bien! Es el mejor piropo que puedo recibir.
ALBAJARA vas a conseguir que me ruborice.
ELISA volar sintiendo también vuestras alas me hace disfrutar doblemente.
HEREJE tienes mucha razón, es una pena que despreciemos lo viejo porque perdemos su solera y su belleza
Gracias a todos por pasaros y comentar.
Un abrazo,
Yo también me confieso adicto a la magia de las palabras. Ha sido un placer volar con las tuyas. Un abrazo.
PEDRO gracias por tu cálido comentario.
Un abrazo,
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