Cuando encendí la luz la encontré sentada en la cama, con los ojos llenos de lágrimas y con el hipo sostenido de un llanto persistente.
–Estaban aquí, mamá, venían a por mí-
- El monstruo de un solo ojo quería arrancarme a mí uno, el que tenía medio cuerpo de caballo tiraba de mí para soltarme de la cama y una bruja con pelos de serpientes me quería convertir en piedra-
-Tan solo ha sido un sueño, duerme, mi vida- le dije mientras le daba un beso en la frente y la arropaba.
Apagué la luz y cuando me acerqué a la ventana para cerrar las cortinas, vi como el cíclope, el centauro y la medusa se alejaban trotando calle abajo.
10 comentarios:
Un micro muy tierno...Hay que seguir mirando la vida con ojos de niño.
Saludos desde el aire.
Buen cuentito. Tierno sí. Que siga creyendo que fue un sueño...
Un saludo indio
La verdad es que voy a comentar como madre apresurada. Es cierto, los niños tienen razón, no damos crédito a lo que perciben, pobres, pero para ellos es tan real como la hipoteca para nosotros ;-)
Muy bien reflejado, sí señora.
Besos
Se me ocurre una versión de este cuento, algo menos dulce... jaja, pero no lo voy a contar aquí, aquí solo te felicito por lo bien que lo has contado!
Un abrazo!!
Pobres niños, nadie les hace caso.
Muy buen relato :)
ROSA tienes razón, nunca deberíamos de perder esa mirada limpia.
NO COMMENTS los miedos nos persiguen a través de las edades aunque queramos creer que son un sueño
ROCIO ¡Si escucháramos más a los niños aprenderíamos mucho de ellos!
SUCEDE ¡y luego soy yo la de las historias crueles!!! ja,ja,ja.
AMALIA como le decía a Rocio, tienen mucho que enseñarnos.
Gracias a todos por asomaros, leer y comentar.
Un abrazo para cada uno.
Es posible ver las cosas con ojos de niño, lo difícil va a ser encontrar quien nos arrope...
Un abrazo
La mirada de los niños, lo que ellos ven que nosotros no somos capaces, aunque se ve que hay madres que todavía conservan una parte de su niñez.
Un abrazo
Parece que a la madre aún le quedan por ahí resquicios de temores infantiles. Suele pasar.
Me ha encantado el cuento, bonito, bonito.
Un saludo
BICEFA... agudo, muy agudo tu comentario.
ELENA yo creo que siempre nos queda la mirada de la infancia, lo que pasa es que la tenemos sepultada bajo nuestro traje de adulto.
ANGELES los miedos son como la energía, ni se crean ni se destruyen, tan solo se transforman.
Gracias y abrazos a tríos.
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