UN MICRORRELATO DE ReC

365 días
MALA HIERBA

Una semilla en esta tierra desolada, tan solo una bastó para que brotara la mala hierba. La arranqué pero salió otra…. y otra…. y otra más …. hasta que no quedó un palmo de tierra por cubrir. Entonces empezó a crecer en mi cabeza y aunque la arrancaba todos los días, volvía a salir con tanta fuerza que, cuando me quise dar cuenta, me asomaba por los ojos y por las orejas. Al principio fue un poco incomodo ese cosquilleo constante que me hacía estornudar, pero enseguida me acostumbre a tener siempre un reproche en la boca y un agrio encono en la mirada.

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