Siempre tengo a mano un vestido
negro para despedir a los que se van y otro de lunares para disfrutar con los
que se quedan. Unos tacones de aguja para contonearme ante las adversidades y pisotearlas
después. Una buena capa que cubra mis desamores y mis fracasos. El picardías
rojo lo reservo para los instantes de magia y pasión, mientras el jersey de
cuello alto me aporta el calor que me
niega la soledad del invierno. Poseo una gran colección de paraguas de
distintas formas y colores, pero aún no he conseguido que me resguarden de las
más oscuras tormentas.
3 comentarios:
Hola Esperanza, me ha encantado ese fondo de armario, el vestido de lunares sobre todo!!! en serio me ha parecido sencillamente impresionante, lamentablemente los paraguas no protegen todavía de las oscuras tormentas. Feliz fin de semana. Saludos, Pilar
http://pilar-palabrassueltas.blogspot.com.es/
Te has ganado un abrazo de bufanda, que lo sepas.
Lo dicho, abrazo.
Paseando de blog en blog, he tropezado con éste y, con sólo ver el fondo de ese armario tan bien surtido de ropaje, letras y emociones, he decidido volver a visitarte para seguir disfrutando de él. Con tu permiso, claro.
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