Él está nervioso, quiere impresionarla, se atusa con un viejo peine al que le faltan tantas púas como a él dientes y deja que los chorros de colonia apacigüen esos mechones cansados de suciedad.
Ella no para de reírse nerviosa mientras se coloca sobre la cabeza un tul que arrancó de un vestido que encontró entre la basura. Se alisa las arrugas de la ropa y posa ante dos trozos de espejo intentando recordar cuando fue la última vez que tuvo algo que celebrar.
Han llegado todos, también “El Cicerón” que accedió a ser el maestro de ceremonias. No cabe ni un alma pordiosera más debajo del puente. Se intercambian los anillos dorados, sisados en los chinos, sin prestar atención al monótono discurso del oficiante y se besan ante la ovación de los asistentes.
Los bricks de vino peleón pasan de mano en mano, al igual que las latas de sardinas, al son de las palmas y las canciones del “Gorgorito” que dicen que un día fue tenor y cuando el atardecer de Madrid empieza a acurrucarse en la noche, los que aún se sostienen en pie acompañan a los novios rumbo a su nueva vida juntos.
Empiezan a brillar las primeras estrellas cuando llegan al Viaducto, se despiden de la comitiva con una inclinación de cabeza y una sonrisa. Se miran enamorados, se cogen de la mano y encaramados en la barandilla se lanzan hacia el abismo, convencidos de que al otro lado no puede haber nada peor.
13 comentarios:
Ahora entiendo "hay días malos y días peores", una realidad durísima.
Besos y abrazos.
El final, buenísimo, hace a este micro diferente a muchos. Me ha sorprendido, me ha pillado; porque... lo entiendo, la última libertad, elegir cómo, cúando y con quien.
Esperanza, me ha dejado de piedra y superado este final. No me esperaba que tomasen el billete fácil a la otra vida de esta manera. Todos, a pesar de las circunstancias, tienen derecho a ser felices y aunque las pinten calvas, siempre hay esperanza, ¿o no?
Me gustó como recreaste el ambiente del micro y ese giro final es impresionante.
Un abrazo, Escritora.
Vaya Esperanza, no me esperaba que los tiraras al vacío, estaba siendo tan emocionante la ceremonia...
La elegancia con la que la pareja se ha burlado de la vida y casi de la muerte, me hacía pensar en que sabrían enderezar un camino que no sería fácil. Precisamente tú traíste el otro día "la ciudad de los muertos", y estaba llena de vida, por increíble que nos parezca. No me enrollo más, un abrazo, y gracias.
BEATRIZ ya ves que últimamente estoy muy "heavy" y los indigentes son mi debilidad.
Besos y hasta mañana
LUISA ¡exacto! has dado en el clavo, la máxima libertad es esa.
Gracias por pasarte.
Un beso,
NICOLAS, yo creo que para gente que ya no tiene nada que perder, no es coger un billete fácil a la otra vida, sino que la otra orilla es una esperanza para ellos.
Un abrazo, Escritor
ARTE PUN aja,ja,ja, ¿ así que no pensabas que les empujara al abismo? Las apariencias engañan, el relato está lleno de vida y de esperanza, ellos están felices porque han elegido vivir juntos la eternidad.
Gracias por pasarte,
Besos,
AL otro lado no puede haber nada peor. Magnífica conclusión de un amor sin límites. O si los hay, no lo ven.
Un vacío que puede que les llene hasta el golpe final.
Muy buena contada esa tragedia, esa historia de amor, con muchos detalles.
Un beso.
Creo que la ilustración, extraordinariamente de pobreza hermosa, me ha despistado pues pensé que eran padre e hija. Leo la pobreza descrita con sencillez. Adecuado el apodo del oficiante. Me gusta ese acurrucarse en la noche. La llegada al Viaducto, para los madrileños nos produce ya el giro en la historia, sabemos de qué va, aunque ese momento de placidez alcohólica no queremos que termine. Final contundente, desesperación y esperanza. Uff, que fuerte y que bien lo cuentas. Me quedo con la ilustración, para mis tristezas futuras. Venga, te veo en las librerías.
La ambientación con todo lujo de detalles es perfecta, Esperanza. Y como a los que me preceden en los comentarios, el final me ha pillado desprevenida.
En resumen, un micro excepcional.
Un abrazo.
Era poco probable que esta historia nos arrancara una sonrisa, dado el material que conforma la trama.
Describes con maestría - y con una ajustada economía narrativa- tanto en lo explícito como en aquello que dejas soterrado, Esperanza, y ello lleva al lector al estado de ánimmo previsto por ti, con lo que debemos aplaudir tu acierto.
Duro, muy duro. Pero no menos bueno.
Un abrazo,
Me has sorprendido, aunque también confieso que estaba algo preparada dado la entidad de los personajes, pero aún así me ha sorprendido ese final tan brutal.
Pero puedo entenderlos, peor no puede haber nada al otro lado.
Muy bueno, Esperanza.
Besitos
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