Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.
–Si me importa – respondí y un espeso silencio se zampó la frágil normalidad del economato.
-¿Qué ha dicho?- preguntó incrédulo el encargado acercando su rostro al mío.
- Que si me importa – repetí desafiante, -que no voy a guardar una fila más, que estoy harto de hacer colas para todo-
-¡Vaya!, éste ha salido defectuoso - dijo chasqueando sus dedos.
- No consigo recordar más hasta que una amable dependienta me preguntó -¿lo quiere envasado al vacío o se lo envuelvo para regalo? –señalando un reluciente cerebro que tenía en el mostrador
- Me lo llevo puesto, gracias -.
4 comentarios:
Hola, hacía un tiempo que por "h" o por "b" no entraba y hoy me estoy recreando en tus últimos escritos. Unos me han emocionado, otros me han sorprendido y como siempre me han hecho disfrutar.
Así que en vez de ir contestando uno a uno, solo darte las gracias y animarte a seguir deleitándonos.
Besos.
Loly
No te puedes ni imaginar el efecto empuje que tienen vuestros comentarios. Gracias a ti, por estar ahí, por dedicarme tu tiempo y por leerme.
Besos
Esperanza, me gustó. Primero por la utilización de la palabra economato, hoy ya en desuso. Y luego por la historia que tiene un aire fantástico perfectamente recreado. Eso, sin olvidar, la carga de crítica que contiene el micro.
Abrazos.
Muchas gracias Agus. Todo un honor que te pases por mi casa, me leas y comentes.
Abrazos reverenciados
Publicar un comentario