La decisión estaba tomada. Una de las dos desaparecería de su vida, tan solo le quedaba resolver cual de ellas pasaría a ser historia: la ardiente Catalpa, que le emborrachaba de pasión y hacía de su existencia un continuo sobresalto o la dulce Acacia, que almibaraba sus días con el néctar de la serenidad. Dudaba entre vivir con Catalpa en una interminable montaña rusa o con Acacia en una barca que acariciara el agua arrancando su murmullo. Las dos le conducían al paraíso pero solo una de ellas era capaz de hacerle morder la manzana. Preparó dos cartas: una de despedida y otra de compromiso, las introdujo en dos sobres sin mirar cual había caído en cada uno de ellos y las depositó en el buzón de correos esperando que el azar decidiera por él, al fin y al cabo, era un hombre del páramo, no sabía escuchar la sombra de los árboles.
(Clara Varela me invitó a ponerle palabras a su ilustración, pero ésta habla por sí sola, yo me he limitado a escuchar lo que dice y traducirlo en relato)
28 comentarios:
Muy bueno, Esperanza.
Tu texto complementa a la perfección la preciosa ilustración de Clara.
Creo que mañana es la exposición.
Un abrazo.
Esperanza, leyendo tu micro me viene a la cabeza esa reflexión que alguien se hizo alguna vez: "¿Es posible amar a dos personas a la vez y no estar loco?" Supongo que a tu protagonista poco le restaría para alcanzar ese estado, por eso tuvo que decidir, aunque dejarlo todo al azar... Luego no se puede reclamar.
Muy buen ejercicio, de dificultad máxima y bien resuelta.
Un abrazo, Escritora.
Me encuentro con tu nombre y por fin te encuentro. A veces el azar o el destino hacen bien su trabajo.
Pues has escuchado muy bien lo que las ilustraciones te han contado Esperanza. Preciosa historia para la ilustración de Clara.
Besos desde el aire
Si ama a las dos por motivos diferentes, porque cada una le proporciona algo distinto, cuando deje de amar a una, le faltará lo que ella le da. Entonces correrá el riesgo de culpar a la otra, aunque ésta nunca le haya aportado lo que llegue a echar de menos.
Está condenado a amar a las dos, o a ninguna, porque encajan con él como un puzzle.
Un abrazo.
Es de lo mejor que te he leído Esperanza. Absolutamente maravilloso, bellísimo, bien escrito, tan dulce como la ilustación. Es verdad, te creo, sólo te has limitado a escribir lo que te dictaban esas dos maravillosas mujeres bajos los árboles. Un beso.
Este micro me lleva a pensar en la disyuntiva del protagonista, Esperanza, y me hace pensar mucho. Ha de ser muy difícil encontrar la felicidad así. Creo que ya se ha dicho, ante la elección de una, le dolerá la ausencia de la otra.
Me parece un trabajo estupendo. Con una prosa fluida, ajustada, dejas al lector completando la historia por la vía de la acción sugerida.
Un abrazo,
MJ, me preocupaba hacer justicia a la ilustración de Clara Varela, si lo he conseguido, mira que bien.
Un abrazo,
NICOLAS, pues yo creo que sí que se puede querer a dos mujeres a la vez, y a tres, y a cuatro...el problema es que la estructura social te obliga a quedarte con una y a veces no se tiene la valentía de elegir.
Un abrazo, Escritor.
PILAR bienvenida, estás en tu casa, paséate por ella como gustes y si decides comentar, se agradecerá.
Saludos,
ROSA, eso espero, haber escuchado bien lo que dice la ilustración.
Un abrazo,
ADRIAN buen análisis, por eso no tuvo la valentía de elegir él, porque sabía que eligiera lo que eligiera, siempre perdería.
Un abrazo,
MAR me halaga tu comentario. Muchas veces las historias están suspendidas en el aire o dormidas entre los dibujos, a la espera de que alguien las atrape o las despierte.
Un abrazo,
PEDRO gracias por tu comentario, yo también creo que la disyuntiva en la que se encuentra no es fácil, siempre sale perdiendo, es lo que ocurre cuando se tiene el corazón dividido.
Un abrazo,
A veces tomar una decisión de amor es dificil, sobre todo cuando las dos opciones que tienes te llenan en diferentes envases, el azar puede sr la solución o la perdición.
Casualmente he descubierto tu blog y me gusta lo que cuentas me asomaré a esta ventana a menudo, un saludo desde Tenerife y te invito a que conozcas mi blog y mis relatos.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Pues has escuchado muy bien y te ha salido un micro muy bueno sobre lo difícil que es tomar esa decisión, en este caso muy difícil.
Besitos
Este micro está lleno de poesía y dulzura, felicidades Esperanza.
Besos,
Ana
estupendo relato, estupenda ilustración, saludos
Me gustó el relato. ¿Tendremos su continuación con Catalpa y Acacia leyendo sus cartas?.
Gracias. Un abrazo.
Vaya, vaya, ¿quién es esta Esperanza?... coño, si fue a la Mega-mircro-quedada, a la misma que yo, soy malo para las caras y los nombres, pero casi peor para seguir un rastro del tipo Facebook. A pesar de ello, te he encontrado. Es un placer, qué bueno, claro que sí, que te conozco. Perdona por no haber pasado antes por tu casa, bueno, yo me lo he perdido, me ha gustado lo que he visto. Con tu permiso me apunto en la lista de inquilinos.
Un beso
GLORIA bienvenida a mi casa, vuelve cuando quieras, serás bien recibida.
Un abrazo,
ELYSA ¡ay si supiéramos escuchar lo que los árboles nos dicen!
Un abrazo,
ANA ¡que bien que te transmita dulzura! Gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo,
BEATRIZ bienvenida, vuelve cuando quieras.
Un abrazo,
ARTE PUN ¡pues no se me había ocurrido, pero me has dado una idea!
Si, ego sum, la misma, ¡pues claro que nos conocemos!.
Es un placer tenerte en la lista de inquilinos.
Un abrazo,
Tremendo relato, asi como las indecisión del pobre hombre. Me encantó.
MARILYN Bienvenida, vuelve cuando quieras.
Un beso,
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