Le miré a los ojos buscando lo ocurrido, él me sostuvo la mirada, no le temblaba la voz, no le intimidaba mi toga, por eso confié en que llegaríamos a buen puerto con el juicio, siempre pensé que las mentiras obligan a bajar la cabeza y te hacen entornan la mirada hacia el suelo, pero me equivoqué, tardé en darme cuenta e insistí una y otra vez con mis preguntas, hasta que Su Señoría me tiró de las orejas y me invitó a cambiar de estrategia, no me di por vencida e intenté pillarle en alguna contradicción, tarde o temprano, su mentira quedaría al descubierto, pero lo que esperaba no llegó y tan solo recibí una nueva reprimenda judicial. Solo me faltó decir: “Señoría, está mintiendo como un bellaco” pero hubiera sido lo mismo que reconocer: “Señoría, no se como dejar en evidencia al impostor”. En su lugar solo dije: “No hay más preguntas”. Bajó del estrado, se sentó en la primera fila, le miré nuevamente a los ojos, él me devolvió mi mirada y sonrió de medio lado con aire triunfante, el juez se dio cuenta, ahora solo espero que la justicia ponga a cada uno en su sitio.
11 comentarios:
Yo también espero que la justicia haga bien su trabajo...
Debe ser desesperante no poder desarmar a un mentiroso...
Besos desde el aire
Me parece genial cómo trazas las líneas de este paisaje, Esperanza.
¡Cuántas veces nos quedamos solos con el deseo de que al final las cosas salgan como deberían de haber salido!
Un abrazo,
Esperanza, tú lo debes saber bien que tiene que crear una impotencia grandisima que la justicia no sea justa, pero ahí entra el "juego" de los juicios. Lo expresaste muy bien todo esto.
Un abrazo, Escritora.
Supongo que, cuando la Justicia eres tú, si no has sido capaz de desenmascarar la mentira, esta es, a todos los efectos, una verdad como un templo.
Un abrazo.
Muy bueno, Esperanza. Comparto de pe a pa todo lo dicho por los comentaristas anteriores, así que nada añado esta vez.
Un abrazo.
Al final la mentira siempre sale a flote, aunque sea a través de una sonrisa. Eso sí, que la justicia se de cuenta... es otra cosa
saludillos
Es realmente frustrante saber eso y tener que acatar las normas. Reflejas muy bien esa frustración y espero que la justicia cumpla su cometido.
Besitos
Impotencia y tristeza de no poder aplicar la ley. Lo has expresado muy bien. No obstante, hay algo oculto en tu relato, creo ¿tienen los papeles cambiados?.
Las contradicciones de la vida trascienden a tus relatos. Me ha gustado mucho tu relato, aunque creo que la justicia no va a poner a cada uno en su sitio, al menos aquí, por desgracia.
Un abrazo
¿Realidad o ficción?
Por suerte, nos queda el 8º mandamiento y la justicia divina....
Besos
Es lo que tienen los psicópatas, que se creen sus mentiras. Este interrogatorio me recordó a los de los fiscales en el documental de Inside Job. A ver si lo puedes conseguir por ahí y me cuentas.
Besos,
Ana
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