LÁGRIMAS VERDES





Las primeras gotas del rocío le salpican en los ojos y se despierta armando tal escandalera que los luganos huyen en desbandada. Ha dormido tantas lunas que su gorro se ha cubierto de musgo y sus polainas de hiedra. Se atusa mirando su reflejo en la charca de las ranas y se sacude la chaqueta para quitarle el olor a hierba recién cortada. Con un trébol de cuatro hojas en la solapa, avanza decidido hacia el claro del bosque desde el que se divisa la aldea y tras rascarse con fruición sus orejas puntiagudas suspira porque, por fin hoy, ella se unirá a él para siempre. Mientras la espera, se mimetiza en un arbusto y después en un sauce bajo el que, unas mujeres hacen la colada. Las escucha hablar de la hija del furtivo, cuentan que ha acabado en un manicomio porque le dijo a todo el mundo que en el bosque habitaba un duende que la amaba. El agua se vuelve verde y las lavanderas huyen despavoridas. El sauce que les daba sombra ahora llora, a través de sus hojas, lágrimas verdes.




3 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Qué cuento más bonito Esperanza, me ha encantado. Es precioso. Se te echaba de menos.
Besicos muchos.

puri.menaya dijo...

Felicidades por volver. Es una historia muy bonita aunque tenga final triste. Un abrazo, Esperanza

Sandra dijo...

Todo desprende un halo de misterio, magia y fantasía.