Hace ya dos otoños que cuando tocan las campanas, no vamos a misa
sino a la huerta y nos reunimos alrededor de los pocos frutales que nos quedan,
para ver si nos dan algo más que
disgustos.
Los más optimistas piensan que el verano ha venido muy raro y
todavía tiene que brotar algún fruto. Los demás sabemos que no habrá más
cosecha que la que vemos. Pasamos el tiempo intentando recordar el sabor de una manzana, o
hincando los dientes de nuestra ilusión
en esa pera que se nos hacía agua en la boca. Luego volvemos a casa resignados, compartiendo un sobre de gelatina
con sabor a tutti frutti para saciar
nuestra sed y calmar nuestra memoria.
Dicen que la tierra
nos ha retirado sus favores y que de los
árboles solo brotarán transgénicos de plexiglás con fecha de caducidad. Lo peor
es que ya no somos capaces de evocar el olor
de la fruta madura.
7 comentarios:
Malos tiempos, así es Esperanza, muy bien descrito. Yo firmaba los dos otoños de tu relato. Por aquí llevamos cuatro y seguimos.
Un abrazo
Esperanza, esos malos tiempos me temo que es probable no estén tan lejos de la realidad. Que tu relato no sea tan de ciencia-ficción como podría suponerse. Si eso sucediese, adiós mundo.
Por cierto, creo haberlo leído ya. ¿Participó en ENTC?
Buen relato.
Un abrazo, Escritora.
Por su final me hace creer que lo llevasta a ENTC, y por su fondo, bien podría estar en los lunes ecológicos de Luisa, Esperanza y en cualquiera de los dos luciría con luz propia, tal cómo lo hace aquí.
Estos micros que nos presentan un futuro apocalíptico me dan cada vez más miedo, porque me resultan cada día más verosímiles.
Un abrazo,
Qué futuro más triste aquel que roba los recuerdos y los olores de los manjares de la naturaleza...
Me gustó.
Un beso.
¡Perra vida, perros políticos! Ya hasta desanimáis a los cuentistas que no aciertan ni a poner finales de felices perdices.
Ánimo que los buenos finales dependen de ti.
Triste futuro cuando uno no pueda disponer del sabor de la fruta recien cogida, es como la vida, sin sabor, no es lo mismo.
Besos de gofio.
Lo recuerdo de ETNC, me pareció muy bueno sobre todo por esa sensación de desesperanza que transmite el micro, es triste, ojalá consigamos que no sea cierto.
Besitos
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